lunes, 20 de julio de 2009

EL HOMBRE SIN COMPOSTURA


Dicen que cuando un hombre pierde la integridad...muere. Yo nunca creí que se pudiese morir por algo así, pero eso era porque nunca lo había llegado a vivir. Hoy sé que sí. No es una muerte física, sino moral, que es peor.
Cuando un hombre pierde la integridad ya no tiene nada. No tiene alma, no tiene cuerpo, no tiene espíritu. Todo ha sido anulado. Si los demás borran la credibilidad, ¿qué es lo que queda? Nada, no queda nada, porque todo se fue en un suspiro. Las verdades enredadas con mentiras y disfrazadas para pasar desapercibidas son un fraude, un fiasco, un boicot. Son una mierda. Llamémoslo injusticia, o suerte, o casualidad.
Sin integridad se puede seguir adelante, pero vagando en espacio y tiempo. Se continúa con un hueco enorme en el interior (como cuando se pierde a alguien, que en eso ya tengo un doctorado) hasta que algo o alguien apuesta un voto de confianza a mi número. Es como la lotería, todos sabemos que está ahí y podemos ganarla, pero tan sólo unos cuantos tienen los cojones de llevarse el dinero. No siempre gana quién se lo merece, sino el más afortunado. Me temo que esta vez tampoco soy yo. Tanto tiempo viendo pasar el tren...y aún sigo pensando que algún día se parará para mí.
Cuando no queda integridad se tira para adelante, sobre todo si se es un luchador nato, como me considero que soy. No se derraman lágrimas (en mi caso porque ya las he agotado todas), pero la tristeza se refleja en la mirada. Los ojos nunca mienten. Es como quedarse de pie debajo del aguacero mientras se sonríe por fuera, aunque se sabe que por dentro no queda nada.
Sin integridad no hay voz, no hay palabras, no hay explicaciones, ya no sirven de nada. Se sentencia de por vida hasta que las circunstancias cambien o bien cuando viene la muerte, o bien cuando viene la suerte.
Los hombres que en alguna ocasión hayan perdido la integridad deberían seguir mi consejo: Respirar despacio y contar hasta diez con los ojos cerrados, porque los caballeros de verdad se guardan todo dentro y nunca pierden la compostura. ¿Existirá la compostura sin integridad?

2 comentarios:

Joan Camacho dijo...

Ayer antes de dormir me dijo un sabio que no pensara tanto en quien no piensa en mi.

Cynthia Candiani Flors dijo...

me encanta tu forma de escribir... cuídate besos

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE