Parece como si hubiera vivido este momento en otra ocasión. Con otro rostro y otro nombre diferente, pero el resto es igual. Palabras cambiadas, nuevas frases disfrazadas que todas terminan con un "no quiero hacerte daño". Menuda paradoja... Imposible no hacer daño cuando te van quitando la respiración poco a poco mientras te clavan puñales uno tras otro. Hoy soy el Mario de "cruz de navajas" que aún sigue con vida. Y ya perdí a María, no sé hacia dónde se fue, ni si volverá. Ni siquiera estoy seguro si quiere estar comigo de corazón. ¿Qué fue de la María que decía frases de película? Igual sigue inmersa en algún corto de un principiante sin tablas.
Soy fácil de olvidar. Un pequeño susurro que en cuestión de días ya no deja atrás ni un eco, ni una palabra, ni una bocanada de aire. Así que esperaré a ser recordado...algún día, en algún lugar...por alguien que en algún momento fue especial, y quiso volver.
Mientras tanto seguiré con este calor peor que en el infierno, y contaré del uno al diez porque los caballeros como yo jamás pierden la compostura. Después de todo el recorrido, nunca perderé la compostura.
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