Al final surgió. El destino quiso que la ruleta del avión se parase en Sudáfrica, con los leones, los elefantes y los hipopótamos. Johannesburgo, Pretoria y Ciudad del Cabo de una tirada, pasando por el parque Kruger y quién sabe qué otros lugares habrán por el camino. Como no podría ser de otra manera, las Cataratas Victoria tenían que estar en el itinerario (aunque pertenezcan a Zambia y Zimbabue). Todo en tiempo récord. Guías compradas, billetes pagados, alojamiento ojeado y saco de dormir preparado. Mínimos detalles quedan por unir para comenzar el viaje dentro de un mes, justo hoy.Sin miedo, pero con respeto, con ilusión, con emoción. El viaje de una vida. Mucho tiempo en mente, pero tan lejano que no creí que pudiera hacerse realidad "anytime soon", pero así fue, con un esfuerzo enorme, pero las ganas me pudieron más. Y ahí estamos, con un pie en Europa y otro en África, mi tercer continente, tan cercano, pero tan alejado y desconocido. Peligrosa e imponente se plantea la excursión, aunque con un puñado de vacunas en las venas, un buen mapa y dos dedos de frente, se sale bien de todo lío. Sin llamar la atención. Quince días en tierras negras y aires secos, inolvidables para bien o para mal.
Sudáfrica nos espera.
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