jueves, 14 de mayo de 2015

A CONTRACORRIENTE

Esta entrada de blog para mí es muy especial y emocional. No recuerdo exactamente cuándo, pero el destino quiso que me cruzara con el perfil de una persona en instagram, facebook y que me llevase a su blog personal. Se trata de un chico que se llama Albert López Ortega y que vive a contracorriente. En resumidas cuentas se trata de una forma de vida que lleva tras haber sido diagnosticado de cáncer en tres ocasiones. Dos de ellas las superó (una con quimio y otra con otro tipo de terapia) y está pasando por su tercera. Todo comenzó a sus 17 años...cuando estaba en la flor de la vida y pasando unos momentos muy felices en un equipo de balonmano. 
A contracorriente es un modo de vida en el que se disfruta del presente, se valora la vida y se sonríe siempre. Albert se considera a sí mismo un piloto y es así como llama a todos sus miles de seguidores, ya que cada persona es piloto de su vida y no al revés. Las circunstancias del destino lo han llevado a madurar a la fuerza y a tener que hacer de tripas corazón, pero nunca ha perdido ni las ganas de vivir, ni las ganas de sonreír.
Desde que lo descubrí estuve viendo sus vídeos de youtube y leyendo sus entradas de blog. Leía cómo daba charlas a jóvenes hablando sobre su experiencia, cómo relataba sus visitas al médico y las pruebas a las que era sometido y cómo hablaba de sus excursiones y pequeños viajes que disfrutaba como si fueran únicos. Ha escrito un libro que ha publicado hace poco más de un mes en el que relata lo que ha vivido estos últimos años y cómo lo ha hecho. Sin darme cuenta me metí en su vida sin que ni él ni nadie más lo supiera. Me siento identificado con muchas cosas por las que ha pasado porque hace unos años yo también tuve un tumor y hasta que no me lo extirparon no supe si era benigno o maligno...la historia tuvo tela porque me han tenido que operar varias veces y esos meses de incertidumbre pensando si ha terminado todo o si seguirá la batalla me han marcado bastante. Por si fuera poco mi padre también pasó por un cáncer que afortunadamente superó (lo que me lleva a pensar que yo podría desarrollarlo a partir de los 40 años, como me han dicho los doctores) y ahora mi primo con menos de 30 años está pasando por otro cáncer. Casualmente también yo estuve en un equipo de balonmano varios años y jugaba de lateral derecho...todo coincidencias. 
En definitiva he vivido paralelamente los triunfos de Albert, me he insuflado de sus ganas de vivir y mi mente inconscientemente me ha llevado a cambiar el chip gracias a su sonrisa. 
Fue hace unos días que tuve un mal presentimiento y apenas pude dormir. Cuando entré en su instagram un familiar suyo escribía que Albert se encontraba mal y estaba hospitalizado. La situación pintaba mal. Justo esa misma madrugada a las 5 de la mañana me desvelé y no pude seguir durmiendo (soy una persona bastante intuitiva) y a lo largo de la mañana leí que Albert había abandonado este mundo justo a las 5 de la mañana. 
Me costó un poco reponerme porque la noticia me cogió desprevenido. Es un sentimiento extraño porque nunca nos hemos visto y no nos conocemos, pero ya formaba parte de mi rutina semanal el leer qué cosas hacía y cómo le iba la semana. Es bastante injusto que haya tenido que pasar por tanto calvario y que haya tenido que terminar a sus 21 años, que aunque muy bien vividos y disfrutados...no dejan de ser pocos.
Yo desde aquí quería hacer mi pequeña aportación a su existencia, a sus fuerzas, a sus ganas de más, a su voluntad incansable y a su sonrisa eterna. Albert fue muy valiente y allí donde esté seguramente lo seguirá siendo. Mando mi apoyo y fuerzas a María, su novia y a sus familiares cercanos que han hecho posible y han ayudado a Albert en todo lo que han podido y más. El cielo brilla un poco más desde que él está allí arriba sonriendo y como de nada sirve maldecir al destino, a los dioses o a la suerte...simplemente me limito a tomarlo como ejemplo y a pensar en él cada vez que alguna pequeña nube vaya a nublar mi horizonte o cada vez que sienta ganas de tirar la toalla. Yo me he convertido en un piloto gracias a él y pilotaré mi avión a mi manera y en la dirección que yo quiera. La muerte ya no va a asustarme y en el peor de los casos conoceré a Albert y me reencontraré con mi madre. De cualquier modo...voy a sacar lo mejor de la vida y a vivirla como el gran piloto que Albert fue. Desde aquí, un abrazo enorme y hasta siempre. Los grandes siempre se van los primeros, pero son los que dejan una huella más profunda. Te echaré de menos dondequiera que estés, piloto.

Aquí dejo la web de su blog por si alguien tiene ganas de conocerlo o le apetece buscarlo en las redes sociales, donde nunca morirá. 
http://www.viviracontracorriente.com/

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE