lunes, 3 de marzo de 2014

LAS PIEDRAS DE MI MOCHILA

Decisiones, casualidades, destino, elección, suerte, objetivo, interés, consecuencia, rumbo...todo se mezcla de formas caprichosas para que al final nuestra vida no sea más que una cadena de sucesos que nos hacen reír o llorar. A mí muchas veces me ganan la batalla de forma irreversible. Cómo saber si una decisión es acertada o no, cómo saber si he obrado mal, cómo saber qué va a depararme el futuro si tomo una decisión premeditada o analizada. ¿Habrá alguna diferencia? 
Mi vida ha sido un compendio de consecuencias derivadas de mis decisiones, de habitaciones que he tenido que limpiar por lo sucias que las he dejado. Asuntos sin resolver, o resueltos a medias, o peor aún, mal resueltos. Todos se entremezclan sin objetivo claro, diciendo frases que nunca pensaban que dirían y prometiendo la luna a alguien que ha prometido hasta planetas a varios a la vez. ¿Acaso no es una locura? Pues finalmente no sé qué pensar... Todos parecen tan felices con sus elecciones, con sus decisiones, con las opciones que el destino o la suerte les han brindado. Nadie se queja y todos sonríen como si no existiera nada mejor. 
Puede que fingir sea la solución o pretender que todo va bien, o enviar mensajes diciendo algo que no pensamos, o no decir todo lo que pensamos, o no aceptar que tenemos miedo de la vida, de la muerte, del destino. Que vivimos siendo cobardes por no decirle a una persona que queremos pasar el resto de nuestra vida a su lado, pero que quizás no es el momento. Todo se combina para que finalmente estemos aquí por estar y no por disfrutar, que es el objetivo de cada ser humano cuerdo y coherente. No hay que aguantar, sino pasear, no hay que sufrir, sino sonreír y sentirse sereno con uno mismo. La calma y esa paz que da el haber sido sincero, el haber cogido el toro por los cuernos, el ser libre para decir la realidad tal y como ha ocurrido, porque queremos ser auténticos y sinceros aunque ya no se valore. 
El valor que le damos a lo material, el calor humano que desaprovechamos, las monedas que no damos al pobre, las miradas que no lanzan los ricos. E-mails que vienen y van con mensajes que duelen o reconfortan. Mensajes enviados sin respuesta; alguno incluso sin leer....por miedo o torpeza. Llamadas perdidas que no volverán en el mismo espacio-tiempo o que quizás nunca volverán. Historias que no se saben, pero se inventan e injusticias que cometemos porque los hechos no ocurren como realmente queremos. Cuánta gente se habrá perdido entre el camino de la verdad y la confusión. Cuántos amigos que dieron todo para nada porque no valoraron la raíz de el asunto, que es la amistad, y no las florituras que creamos para llenar silencios. 
Momentos imborrables que nos acompañan durante toda una vida dejando la pregunta en el aire que empieza siempre con un "Y si...". Y mi vida, lamentablemente está llena de esos momentos que pudieron ser y no fueron, que pueden ser y no son, que quieren ser y no es posible. Un sinfín de ilusiones que creamos y regalamos a las personas para que luego mueran para transformarse en forma de piedra. Una vez una amiga me dijo que en mi mochila voy guardando las piedras que todos me dan con sus problemas y que al final yo cargo con mi mochila pesada llena de cargas que no son mías y los demás van ligeros con las suyas vacías. Pero igual es que soy así de tonto. Igual no soy capaz de deshacerme de piedras que se me confiaron por lealtad, igual no me dejan avanzar, pero tampoco quiero fallar a su dueño. Y teléfonos que suenan para que yo vaya a recoger más piedras y aún con los hombros destrozados del dolor yo voy y siempre busco un hueco para guardarla. ¿Y mis piedras? Pues sí, siguen en el fondo de mi mochila y para sacarlas debo quitar el resto primero y es a ello que estoy aprendiendo. No las quiero sobre tejados, las quiero lejanas y abandonadas, o en las mochilas de sus dueños. 
Los finales, mis archienemigos históricos desde el principio de mis tiempos. Yo, el maestro de nada después de todo lo que he aprendido. Yo, que no he visto nada y me he recorrido medio mundo. El insaciable, el impredecible, el infinito, el que sufre en silencio, el que la soledad lo ha devastado, el que hace de tripas corazón, el que flota en el aire, el de las caídas libres...el poeta bajo la lluvia que abandonó su reino para ser escritor. El del futuro incierto, ese soy yo, el que no pertenece a ningún lugar, el que amó tanto que tiene el corazón colgando de un hilo y por ello lo llaman insensible. El de las piedras en su mochila, en su maleta, en sus bolsillos...el que va a aprender a dejarlas por el camino. Y los demás...los demás que aguanten...

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE