domingo, 16 de marzo de 2014

ESTA COSA LLAMADA VIDA

Porque a mí esta vida se me antoja demasiado corta, casi como la bocanada de aire que entra por los pulmones y nos enfría el alma, allá donde esté o sea como sea ésta. Tan breve que no da el tiempo para conocernos a nosotros mismos, y mientras nos conformamos con los adjetivos que otros nos adjudican que en cierta medida son más o menos ciertos. Para mi, un hombre de 30 años con varias batallas perdidas y otras tantas ganadas no termino de sorprenderme y acabo por achacar muchos de los logros a la naturaleza, a la imperfecta perfección del ser humano y a su máquina interior. Caminar erguido no es tarea sencilla y mantener la compostura en ocasiones se convierte en todo un calvario, pero aprende, el ser humano siempre aprende. 
Yo, posiblemente el ser más visceral que conozco, hasta el punto de volcar toda pasión en aquello que creo justo y que me llena. El de la lucha incansable, el que pelea contra la soledad. El eléctrico, probablemente el adjetivo más extraño que me han colgado, pero no deja de ser lógico. Varios tonos de mala persona con buen fondo, cruel y divertido, soñador y realista. Acaso será todo cierto, todo mentira o medias tintas...el caso es que no dará tiempo a comprobarlo del todo en esta breve vida. Para mí como un acantilado de dimensiones extremas del que saltamos y nos dejamos llevar hasta que nos hacemos daño en el proceso o bien caemos de pie victoriosos. Caídas libres maravillosas que nos enseñan que lo bueno viene en pequeñas dosis y lo material se nos va cayendo por el camino...con el paso del tiempo.
Los años por los que antes mataba para que pasaran y hacerme mayor, ahora les temo para no volverme muy viejo. No se trata de canas, arrugas o calvicie...es algo más profundo a medida que vemos que la muerte no es otra cosa que una ruleta que gira a diario y destina finales terribles a personas normales. Más edad, más probabilidad de caer. No es miedo a la muerte, se llama ganas de vivir. Mientras tanto pasamos el tiempo interactuando con seres vivos como nosotros, con caracteres de todos los colores. Compartimos momentos, creamos recuerdos, dormimos juntos, nos abrazamos, reímos, sufrimos, lloramos...todo culpa del ser humano que se vuelve dependiente desde su primer día de vida. Pasamos de dependencia por supervivencia a dependencia sentimental, porque necesitamos calor y llenar el mundo de sentimientos que muchas veces se nos hacen demasiado fuertes para cargarlos en un solo cuerpo. 
Pasamos de vivir una historia bonita a otra trágica, relaciones tóxicas, relaciones imposibles, relaciones de ensueño que terminan mal hasta que llega esa relación en la que decidimos establecernos indefinidamente porque no queremos sufrir más y ahí aguantamos todo lo que podemos hasta querer darnos cuenta de que solamente nos encontramos ante un fracaso más. La experiencia que nos lleva a saber qué no debemos elegir, pero apenas nos da margen para decidir qué nos conviene. La culpa es de una sociedad hipócrita que solamente tiene en cuenta un gran físico o un generoso y abundante bolsillo. Yo, en ninguna de las dos situaciones, me limito a ver cómo las personas pasan por delante de mí sin preocuparse por quién soy. Es ahora cuando ya no le doy importancia a este tipo de triquiñuelas de la vida y me centro en lo que realmente tengo delante de mí, que no es otra cosa que el día a día. 
Sin prisa, pero sin pausa. Cumpliendo en cada momento lo que más me apetece hacer y pensando en el pasado lo menos posible. Técnicas que ayudan a sacarle el máximo partido a esta cosa llamada vida que sabemos cuándo empieza, pero no cuando termina. Rodearse de las mejores compañías, y no ser muy exigentes con cada decisión de nuestra rutina. Aprovechar las oportunidades, crecer al máximo como personas y hacer, pero dejando hacer también, porque no estamos solos ni en nuestra propia habitación, y porque siempre, allá donde vayamos tendremos algún que otro ángel que nos vigila para que todo vaya bien. Todo...siempre y cuando nos mantengamos en pie en este juego llamado vida. Para lo demás...con una sonrisa nos basta. 

No hay comentarios:

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE