martes, 17 de diciembre de 2013

(15/12/2003-15/12/2013...)

Al otro lado del teléfono se escuchó aquella voz quebrada que contó lo que nadie nunca quiso escuchar. Palabras que se compusieron solas para formar una desgracia que hasta el día de hoy perduró. De una desdicha atómica llegó a pasar a ser dolor pegado en el corazón que según la estación sale a relucir su poder y alcance. A día de hoy podrán pensar los más ingenuos que solo se trata de un pequeño hilo de plata que quema sin escozor; no más de un nudo en la garganta que tambalea la voz al vibrar. Yo, en cambio, sigo pensando que no se puede describir por más que estas letras se junten para decir cualquier historia que se parezca a la realidad. Más que un hilo, diría yo, es como una cascada que llevo en mi interior. En la soledad cae sin miedo provocando temor, en compañía se convierte en una sonrisa forzada para no contar lo que pasó. Sin habla, es uno de sus efectos secundarios que me ha tocado afrontar, o perder la mente divagando y preguntándome por qué.
De aquel todavía niño que se convirtió en el hombre que es hoy. Diez años han separado una vida marcada por sensaciones y sentimientos que han aflorado sin pudor. Aprendí a no dejar colores en el tintero, a sacar lo que me arde por dentro, y para mí, una década...hoy sí que es mucho tiempo. Se aprende a crecer de otras formas, a buscar otros colores, otras templanzas, otros consejos. Se busca sin encontrar nada, me tropiezo para caer de la misma forma que ayer y sigo sin ver a nadie que me explique cómo he de hacer para mantenerme en pie más de un mes. Ya no sé si he vivido o si han vivido a través de mí y esos dos lustros que llevo a las espaldas no son más que recuerdos, vivencias que solamente hay una persona a la que se las quiero contar, pero no está. De eso se tratan los deseos de cada cumpleaños, las moralejas de cada uno de mis sueños, las búsquedas secretas en todos mis adentros.
Los días vuelven a pasar y el hombre del espejo cada vez guarda más secretos. Sus arrugas se acentúan a medida que llega a las decenas de nuevo y no ve más que un ser que se parece cada vez más a ella, la que busca en cada rocío de las madrugadas. El sueño nunca volvió a ser el mismo, la almohada se convierte en mi cámara secreta y al despertar no veo más que la triste soledad que me rodea sin preguntar si se puede quedar. El único indicio de que sigo vivo es porque mi pecho se hincha de aire cada vez que respiro. Diez años de metas conseguidas, de trofeos ganados, de partidos victoriosos que no saben a nada porque no puedo compartirlos contigo. Inteligencia malgastada, concentración devastada y unos papeles que dicen lo que he llegado a ser, pero mis entrañas no sienten.
El cielo, aquel inhóspito lugar en el que se rumorea que estás. Ese azul que he atravesado de norte a sur, de este a oeste en cada uno de mis viajes, y cada vez que me asomo a la ventana del avión no veo más que nubes de formas caprichosas que no dicen nada. No puedo verte tras arco iris transparentes, ni tras rayos centelleantes. Te he buscado bajo la lluvia, hasta que mis huesos se calen del dolor, se entumezcan hasta enfermar, y ahí tampoco estás tú. El sol, el único astro de esta vida que me falta por investigar y al que no puedo llegar con este mortal cuerpo que tengo. Allí podrías estar, quizás mirando en el espejo de la realidad o jugando a algo que aquí abajo no tiene lugar. Las cosas inalcanzables será allí donde tienen que estar.
Ahora yo me pregunto qué fue de aquello que creí que podía ser. Me pregunto si en esta cara me sigues pudiendo reconocer, o si ya perdí la esencia del hombre en el que me he convertido esta vez. ¿Volverás? ¿Te veré? En diez años no ha cambiado ninguna de mis preguntas, ni una sola de mis ganas, ni uno solo de mis suspiros que hablan de ti, de tu paradero, de tu nuevo hogar. Nunca sabré si el alma muere con el cuerpo y quizás, solo así quizás hayas desaparecido por completo, pero si es así no podré avanzar. La meta no es el llegar, es el camino que debo andar para encontrar donde estás, y si no llego a ese desconocido lugar...al menos habré tenido una vida dedicada a luchar por lo que más he querido jamás: volverte a encontrar.

1 comentario:

Rosi dijo...

Ufff!!! Q dificil ha sido y sigue siendo. Siempre estara con nosotros.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE