Sin ser consciente del significado de vivir, me sumerjo en un planeta donde nada es como parecía y donde los sentimientos no me sirven de nada. No hay lugar para el dolor, ni la compasión, ni la lástima. Solamente se habla de importancia y prioridades.
Y mientras, me cuestiono quiénes son los responsables de tomar esas decisiones. En este lugar donde la cordura sale de las minas más pobres y la locura es como el aire que respiramos. La justicia brilla por su ausencia, pero se intenta hacer lo posible por reconstruirla.
Cuatro paredes, cuatro cristales, cuatro tablas que nos separan del mundo exterior. Solamente yo y mis cinco sentidos. Aprendiendo a agudizarlos y a sacar lo mejor de ellos, que parece que llevan dormidos durante lustros enteros, entumecidos al máximo… indiferentes a mi persona.
Por primera vez en la vida me siento realmente útil. Horas y horas de ayuda y de vuelco total para poder salvar vidas. Haciendo todo lo posible porque el mundo exterior vuelva a sonreír de nuevo, o al menos, por seguir caminando por el sendero de la vida.
En el más extremo anonimato, sin ningún tipo de medalla, ni identidad, y eso me reconforta más.
Formando un equipo unísono con unos cuantos extraños más, con los que no tengo nada en común, pero que nos une un objetivo claro: ayudar.
Y ahí estoy yo, sintiéndome insignificante, inútil, e inhumano. Recibiendo información como palabras en una Biblia. Millones de historias que no han de conmoverme. Millones de hechos distorsionados, de verdades compradas y de sinceridad poco verídica. Frases que nunca he oído antes y situaciones difíciles de creer.
Me veo obligado a confiar en cada voz, y dejarme llevar, pero siempre llevando yo mismo el mástil del barco. A veces a la deriva, pero con una gran responsabilidad a mi espalda. Mis pasajeros no han tenido vidas fáciles, ni momentos para lucirse en ningún escenario. Gente de lo más normal que se preocupa por lo cotidiano. Gente extraña que habla en chino y que es imposible de comprender. Personas que han sufrido lo que nadie se imagina, y personas que sienten y que padecen como tú y como yo.
Nada suena a gloria, y la victoria sigue siendo tan infiel como una prostituta casada.
Me miro a mi mismo, y me doy cuenta de que necesito varios sentidos más. No puedo ayudar con mis cinco sentidos tanto como quisiera, y me propongo dar lo mejor que hay dentro de mi. Necesito mil manos más, y cientos de orejas para sentirme pleno y completo.
Golpes, armas, enfermedades, muertes, destrucción, violencia, todo en unos segundos. Todo ahí fuera, esperando en cualquier esquina para llevarse varias nuevas victimas. En esta ruleta todo es posible. No importa quién seas, de dónde vengas, o cuál haya sido tu pasado…si el destino y la casualidad quieren jugar contigo, solamente queda ponerse de rodillas y rezar.
Locura en su máximo esplendor, y la humanidad siendo ella misma. La humanidad siendo mala, imperfecta y corrupta. Intentando destrozar corazones, mentes y almas.
Destrucción intelectual, y malestar físico; todo en un solo espacio. Nada de teorías, nada de leyes, nada de política. Solamente seres vivos sin ningún tipo de raciocinio.
Los cuerdos son locos escondidos, y los locos son cuerdos enfurecidos. Nada es lo que parece. Las niñas son asesinas en serie, y los bebes son muñecos diabólicos. En este mundo paralelo todo es muy confuso, y nadie juega bajo su propia piel.
Horas pulsando teclas que no se a dónde van a parar. Palabras cruzadas que se mezclan con mentiras y desvariación. Exageración en su punto más álgido. Gritos, gritos, y más gritos.
Sin objetivo, sin destino, sin rumbo…todo al azar.
Me pregunto si yo pertenezco a este lugar, me cuestiono el por qué me siento tan bien haciendo esto, y me demuestro que puedo dedicarme a hacer cosas tan misceláneas como mi propia personalidad. Me subestimo y confirmo que sigo sin confiar en mi, aunque haya dado un paso en pro de mi autoestima.
Todo vuelve a su lugar, y al final podré caminar sin tener que mirar hacia atrás, y sin llegar a desconfiar de mi sombra, podré levantar mi mano derecha y jurar que me llamo Raúl.
No hay comentarios:
Publicar un comentario