Hoy, por primera vez después de 25 años, quiero volver a ser niño. Volver a esa etapa que tanto detesto y en la que me lo hacían pasar mal. Al menos ahí no tenía responsabilidades, ni tenía que pensar tanto. Sencillamente se trataba de jugar, divertirse, pedir, pedir y volver a pedir. Dichoso Peter Pan que tuvo los cojones que quedarse niño para siempre.
A los 25 años me peleo con el escobillón, con las facturas, con las frutas y las verduras, con el polvo y con el gato. No hay tiempo material ni fuerza física para tantas cosas juntas. La compra, el curro, fregar, barrer, las clases, las facturas, el polvo, el perro, el gato, la azotea, el garaje, las vacunas... y si encima me duele la garganta, me pongo insoportable...jaja.
¡¡¡¡Que me lleve el señor!!!!
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