sábado, 11 de abril de 2015

LA ILUMINACIÓN DE LOS AMORES IMPOSIBLES

Ocurrió, en la noche más estrellada jamás vista. El poder de un deseo que él sabía que era imposible de cumplir. Una meta sin llegada, un camino sin luz, un infinito sin brújula, a oscuras. No hizo más que rezar, a los dioses del pasado, a los griegos, romanos, a los ancestros mitológicos que había leído en tantos libros durante su juventud. Poseidón o Neptuno, a cualquiera que quisiera escuchar su plegaria. El ser humano, siempre creando ídolos inventados a los que rezar cuando las cosas van mal, y cuando van bien...apenas los recuerdan. Qué eterna es la estupidez del cerebro y qué crédulos son los ojos de un mortal. Allí, en aquella habitación cerrada a cal y canto pronunció el conjuro en latín que encontró bajo aquel colchón. Nadie sabía para qué servía, pero igualmente se decidió a recitarlo con la clara intención de cambiar su situación. 
Nada sucedió, nada excepto las ganas de volver a verla, de encontrarla en cualquiera de las dimensiones existentes. La buscaba en las enciclopedias polvorientas que hablaban de aulagas y de tabaibas. La buscó en los versos de poemas sin terminar, en los labios de recién nacidos que no saben hablar, en las palabras de cualquier anciano con boina cruzando esquinas. La buscó en dunas, en montañas y mares, en iglesias, mezquitas y catedrales. Se la inventó para seguir respirando, la imaginó en cualquier espejismo de un oasis, tumbada boca arriba contemplando planetas o conduciendo en carreteras perdidas. La buscó hasta que se quedó sin voz, sin aliento, sin lágrimas. No comía, no reía, no pensaba. Su cuerpo tenía un objetivo claro y no barajaba la opción de descansar.
Meses perdidos donde solamente ojeras violetas y negras yacían. Bostezos a destajo, parpadeos secos sin un cese. Hiperventilando de angustia se encontró ante aquel acantilado que decían pertenecía a los amantes más envidiados del lugar. Tomó del bolsillo el papel con el conjuro e intentó nuevamente descifrarlo sin éxito. Cualquier jeroglífico previo a la piedra Roseta hubiera sido un juego de niños comparado con el significado de ese pedazo de celulosa de papel. Damián, sin saberlo...no había conjurado otra cosa que el más obsesivo de los deseos. Provocó y trajo a la vida un hechizo que no le dejaría descansar. No, hasta que la encontrase en el más remoto de los recovecos. Él, sin saberlo...juró amor eterno a alguien que se perdió entre ilusiones de cementerio. Una vida que había terminado justo al principio de su desesperación. Y así, intentando deshacerse de sus recuerdos, solamente encendió una nueva y poderosa luz. La iluminación de los amores imposibles. 

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE