Llevo tanto tiempo encerrado en ese túnel que empiezo a cuestionarme el significado de seguir andando, de avanzar. ¿Para qué sirve aquella luz que muchas otras personas alcanzan a ver? ¿Qué aguarda al otro lado? Llevo tanto tiempo buscándome que no creo que me encuentre ni con una luz blanca alumbrándome. Sin embargo, mi camino es oscuro y frío. Escucho voces que me animan, que me miman, que me cuidan, pero no entiendo cómo un sonido puede dar calor. Ocupado en mi camino, pero desolado en mi interior. Con palabras que me acompañan, pero caminando completamente solo. Me pregunto si los túneles de mis seres queridos son justo como el mío. ¿Acaso lo caminarán al ritmo de mis pasos? Supongo que cada túnel es un mundo. Confío en las bifurcaciones, en los cambios de sentido, en las rasantes que ayudan a terminar con la monotonía del día a día, con la incertidumbre de pasarme la vida completa de la misma forma. Espero alguna banda sonora que me haga caer de una forma distinta, un semáforo que me diga cuándo continuar, un stop que me detenga para siempre, o cualquier otra maldita señal que tenga un nuevo significado en mi vida.
Acaso no es soberbio el destino, que se mantiene recto en sus decisiones y manda castigos constantemente a cada pecado que realizo. Se empeña en lanzarme rocas, en tirarme falsos techos encima, en derrumbarme de cualquier forma. Mi túnel se convierte en un plato de gelatina que tiembla con cada pequeño paso, que amenaza con derretirse en cualquier momento, que me obliga a coger carrerilla de puntillas por si el viento me ataca de nuevo. Sin brújula que me guíe, con la cabeza llena de escarcha del invierno y serrín congelado en su interior. Mis neuronas son copos de nieve que ya no piensan, y mi corazón en vez de latir se rompe con el cambio de estación. A veces pienso que mi túnel pertenece a otra persona más fuerte, más valiente que yo. Igual mi túnel es un camino de rosas y mariposas que puedo pasear alegremente mientras canto, pero algo no me permite encontrarlo. Quizás mi túnel no sea más que producto de mi imaginación y realmente me encuentre en una habitación con cuatro paredes que me aíslan de todo sentido. ¿No todas las paredes han de tener ventana?

No hay comentarios:
Publicar un comentario