sábado, 24 de septiembre de 2011

MENDRUGO DE PAN


Enquistado de nuevo, con latigazos marcados en cada rincón de mi cuerpo. Sigo sin saber qué demonios hago aquí. Me acostumbré a jugar por la consolación hasta que descubrí que solo se perder. Ni todos mis triunfos en el azar me salvan de ser un reo sin poder. Y aquí me planto frente a mi pobreza dándole vueltas al coco para comprender el desequilibrio que ven mis ojos. ¿Cuánta mala suerte me puede azotar sin despedazarme? Que venga ahora un Coelho o un Bucay y me digan que busque el yo interior, la paz y la positividad de las cosas. Que se acerquen que los rajo. Lejos de la pena, el dolor y el llanto…siento aquí dentro algo nuevo. Tampoco es mi amiga la impotencia; se trata de doña rabia, que ha venido a visitarme. Hace que me importe una mierda a la hora de escribir, me hace querer salir con una pistola a volar cabezas, con una catana para desmembrar cuerpos, voces.

Es ahora mi desdicha la que habla, que me dice que todo ocurre por una razón. Pobre ingenua…se ve que no ha padecido los dolores que he tenido que vivir. Dolores en el cuerpo, en el alma, en el corazón, en las entrañas, en cada fibra de mi ser. Ya me duele hasta mi silla, mi mesa, mi puerta, mi voz, mi ropa…me duelen mis libros. Duele todo tanto que si deja de doler parece que no soy yo. Me obligan a caminar por un lugar en el que me apedrean constantemente. Cada vez voy más despacio lamiéndome las heridas, pero me veo en un punto de no destino y no retorno que no me deja más que sed en la boca, lágrimas en los ojos, y mentiras en los oídos. Mientras tanto el mundo gira, sigue su curso como si yo no fuera más que una mosca posada en una gota de miel…muriéndose dulcemente.

No sé a quién odiar, ni hacia dónde correr, pero Clarita se cansó de la silla de ruedas, de las piernas doloridas y de las barreras constantes. Me cansé de las Heidis alegres que me rodean que no saben lo que esconden mis ojos y me hablan de pena y frustración cuando no la han visto ni en el televisor. Escucho frases absurdas que ya no saben a nada y me encuentro pensando en todo lo que quiero y no digo para no volverme loco. Solamente deseo estar tranquilo, solo, en silencio…sano, sobre todo sano. Como si el futuro me guardase ya pocos ataques de migraña, pocos problemas de espalda y pocos dolores de testículo, el destino todavía me obsequia con nuevas intervenciones que me matan por dentro. Me quitan días y noches, que para alguien solo son pausas, pero para mí son 24 horas de vida, de luz, de movimiento.

Si me roban mi tiempo me lo roban todo. No soy, no siento. No tengo cara ni cuerpo si no puedo correr, saltar, reír a carcajadas. Créeme que lo intento, quiero buscarle el lado bueno, pero hoy es que no lo encuentro. ¿Acaso está en mi tintero? Oscuro desde aquí lo veo, y no parece que vaya a salir de ahí por sí solo. La positividad quedó en anulación, en aniquilación, en tres sentidos en vez de seis. Muero postrado en una cama…me mata el coco, de tanto pensarlo, de tanto agobiarlo, de tanto dormirlo y drogarlo. No puedo engañarme a mí mismo…ya no quiero jugar al traidor. Seguiré acostado boca abajo escuchando lo que debería haber hecho, lo poco que falta para que acabe y con perspectivas isométricas de realidades surrealistas que ni siquiera un Dalí enfurecido se atrevió a pintar. Y yo todavía sin Gala…sin gala ni gloria sí que estoy…maldiciendo al cielo y al infierno.

Convertido ya en un mendrugo de pan duro salgo a la calle para descubrir que ya no puedo ser ni una triste torrija. Sin huevos, leche y canela no soy nadie. El viento me desmigaja hasta que desaparezco, si me mojan me deshago y si me dejan quieto termino por acabar en la boca de algún perro hambriento. Nadie se me acerca, como si se tratase de un mundo de celiacos que huyen despavoridos de mi vida. Ennegrecido de tanto quemarme al final parezco una teja de carbón ignífugo o una piedra pómez sucia de río. Me pisan y apenas digo nada más que un maullido y creo que hasta yo soy alérgico a mi propio gluten, que ni yo mismo pedí jamás. Los Hansels y Gretels del universo me odian y  ni siquiera los rodillos quieren darme una nueva vida, o darle fin a la antigua para terminar rebozando carnes. Los hornos no me dejan entrar, las panaderías me ignoran…así no puede haber futuro…pequeño mendrugo…

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE