miércoles, 14 de septiembre de 2011

THE HOLLOW

El muñeco se volvió demasiado emocional con el paso de los años. Me atrevería a decir que poseía un saco gigante en su interior en el que almacenaba cientos de sentimientos, de vivencias, de secretos. Justo con el de Mary Poppins; infinito, interminable, devastador. El saco contenía gavetas con etiquetas solapadas en el manillar. Cada una resumía su contenido: “emociones”, “amores sin terminar”, “dolor abrasador”…hasta llegar a un último compartimento mucho más grande que los demás, que rezaba así: “No abrir jamás, Pandora en su interior”. Sentía tanta curiosidad por destaparlo aunque solo fuese por una esquina que mi misión final, en vez de amarle y hacerlo feliz…se convirtió en desvelar el interior de aquella gaveta misteriosa. ¿De quién era esa letra escrita en cada cajón? Parecía provenir de la misma persona.



Con el paso de los años me hice un hueco en su interior. En su pecho se fue creando un archivo con mi nombre que crecía con mimos, caricias, palabras bonitas. Desde ese archivo podría acceder al contenido de aquel lugar misterioso, tan solo necesitaba que creciese un poco más para tener vía libre en todo su cuerpo. Exteriormente ya me pertenecía, pero hacerse con las entrañas de un hombre es tarea bastante más compleja. Así que seguí mintiendo, diciendo palabras que no sentía, fingiendo sentimientos que leí alguna vez en libros de amor, tocando temas que desconocía de forma práctica. Mi archivo incrementaba a la vez que mi curiosidad. ¿Qué podría guardar un hombre de 27 años en un sitio tan escondido, en un lugar tan oscuro, en una caja tan bien sellada? Algo importante seguro, algo que habrá marcado su vida para siempre.


Casi llegado el momento paseé a su alrededor acariciando el material de la gaveta, que parecía hecha de una tela viscosa y dura, casi impenetrable. Me acerqué pegando mi oreja por si escuchaba algún latido, alguna palabra, algo que me revelase el contenido. A la hora de la verdad tuve miedo…como si algo me dijese que no debía desempolvar aquello, pero mis ganas pudieron más y no fui capaz de controlar mis manos. Con fuerza tiré de aquella gaveta que no se abrió. Lo intenté con todas mis ganas y no conseguí nada. Se me ocurrió una idea y la llevé a cabo. Arranqué una de sus costillas de su pecho, la más pequeña para que no sintiera mucho dolor, y con ella hice palanca para abrir aquella caja. Finalmente y para mi sorpresa…la gaveta cedió. Con mis cinco sentidos a flor de piel me introduje en su interior…


Nunca imaginé que podría ocultarse algo así, tan tenebroso, tan maquiavélico. La gaveta estaba llena de vacío. No había nada en su interior. Un silencio ensordecedor que me taladraba poco a poco. ¿Acaso un ser humano podría abarcar tanto vacío en su interior? ¿Se podría llenar a alguien con tanto vacío? Me dolía todo, estaba muy oscuro, hacía mucho frío. Nunca debí abrir esa caja… Con un poco de suerte podría colocar todo en su lugar sin que él se diera cuenta. En cuestión de segundos el vacío se propagó por todo su cuerpo dejando el cajón totalmente al descubierto. Ya no habría vuelta atrás, debía salir de su cuerpo. En un intento de huir me quedé anclado dentro de la gaveta sin opción a mover ningún músculo o hueso de mi cuerpo. Vi una mano gigante que se acercó y volvió a cerrar la gaveta sellándola con una materia pastosa y maloliente.


Cuando volví a despertar me encontraba en un lugar frío, oscuro, interminable. Ya podía caminar, pero no llegaba a ninguna parte, no salía de ningún sitio…estaba atrapado en su interior. ¿Acaso estaría destinado a pasarme ahí dentro el resto de mi vida? Su vacío realmente era muy poderoso, pero si él me quería de verdad no sería capaz de encerrarme dentro de sí para siempre. ¿Qué clase de ser humano preferiría llenarse de la nada, del vacío dejándome a mí abandonado para siempre en su alma? Ciertamente me equivoqué de persona. La curiosidad venció al amor, el dolor venció al vacío, la ambición venció a la vida…


-Mientras tanto, por fuera alguien había pegado una nueva etiqueta: “Grandes Decepciones”.

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE