domingo, 24 de octubre de 2010

# 1877


Y es ahora cuando entiendo que tu cuerpo es un cuerpo diferente al mío, tu alma un pájaro volando a la velocidad del relámpago y la mía un colibrí que a veces se hace aún más pequeño. Nos hicimos con una veleta poderosa que nos guiase a lo largo de todo el camino, que crease puntos cardinales nuevos por si los existentes se nos hacían aburridos. La lujuria hacía que adorase tu silueta, que detestase mis manos molestándola al tocarte, mi cuerpo sin forma...plano, escurridizo...comprendo que a veces te costara mirarlo.
Caídas libres de colores fríos, cálidos, semejantes, todas sin dolor. El amor que creía que existía escondido en un armario se convirtió en un mísero puñado de polillas acabando con mis harapos. Mi pelo nunca estuvo al viento porque le daba miedo caer al vacío, igual que a mí, por eso me agarraba a tu cintura, a tus gustos, a tu carácter, a tu vida. Me agarré tan fuerte que por poco la quiebro con la yema de mis dedos, que a veces queman cuando tocan. Me dediqué a los instrumentos, a cantar por las calles, a pedir monedas para comprarte ropa nueva. La gente me miraba intentando reconocer aquel rostro afilado y amasacrado. Yo nunca me escondí.
Tus ojos aceituna me mataron cientos de veces, de miles de formas distintas, tanto fue que ya dejaron de doler, ahora los miro con nostalgia porque veo que han de alejarse. Me han contado que nuestro crimen fue amarnos tanto porque ya el corazón no pudo con la presión. No termino de creerlo, tu versión del espacio y el tiempo que necesitas me resulta más real. Sé que es lo mejor para los dos, no porque entienda los motivos, sino porque confío en tu palabra, siempre lo he hecho.
Mi cuerpo se marchitó, como las flores más feas de los invernaderos más artificiales. Mi cara se quedó sin expresión y mi voz murió de ronquera, de repetir siempre las mismas frases, de terminar con los fonemas que comenzaban con uve y terminaban con lágrimas. El mundo ahora se me antoja colosal, ajeno y diverso. Caminar solo toda una proeza y cuando miro a los lados no veo más que ciruelos en flor que me miran con recelo. El tiempo se va volando porque tiene prisa, porque guarda un nuevo camino para ti, por haber sido tan valiente y ver la realidad antes que yo. El futuro te espera en aquel muelle con sus nuevos trucos y secretos. Te quiere ver vestido de blanco al fin, como en aquellas visiones que a veces soñabas.
Yo volveré a la playa con los centollos y los pulpos, para ver cómo se mueven a la velocidad de mis neuronas. Dejaré que las aguas me limpien los zapatos para llevarlos a alguna otra orilla. Allí quizás alguien realmente los necesita. Yo de momento me quedaré aquí, mirando aquel horizonte que no parece tener fin y pensando en los pocos recuerdos que ahora me vienen a la cabeza en los que pervives tú. Tu sonrisa eterna y adorable y tú, mirando a otro lado mientras yo te miraba a ti. Ahora entiendo que nunca estuviste junto a mí, sino que esperabas en aquel lugar a que pasara un tren más rápido que el mío. Con un destino más suculento que el mío, con unos besos más dulces que los míos.
Y yo que pensaba que diez mil vidas no eran suficientes para tenerte aquí...

1 comentario:

AMPOWER dijo...

Desgarrador!!esopectacular,me encanta!!

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE