Y fue un 13 de junio de 1995 que salió el disco que marcaría parte de mi juventud y de mi vida. Yo, un inseguro niño de 11 años que apenas sabía lo que le depararía el destino y mucho menos cómo iba a ser mi existencia se entretenía en MTV viendo a aquella chica morena de pelo largo haciendo autoestop en el desierto. Lejos de entender las letras de aquel "You oughta know", sabía que algo extraño me atraía de esa mujer con voz de mezosoprano y armónica en boca. Fue creciendo mi interés a medida que "Hand in my pocket", "Ironic" y "You learn" pasaban a convertirse también en los singles de mi vida. "Jagged Little Pill", el título del disco, no intenté traducirlo hasta mucho después y sus letras eran tan extrañas que tuve que intentar inventarme las partes que no aparecían en el diccionario. Nadie me iba a decir, a aquella edad, que años más tarde dedicaría muchas de sus canciones a algunas personas que me marcaron y que la rabia y el odio de "You oughta know" ha seguido presente a lo largo del tiempo.
Esta semana me he vuelto un poco sentimental al respecto porque hace justamente 20 años que salió el cd original y me he comprado la edición coleccionista que contiene el último concierto de la gira, el cd remasterizado, el cd en acústico y un disco de demos que no había salido a la luz hasta ahora. Me he perdido entre las páginas de los libretos y he vuelto a cantar todas esas palabras que aun me sé de memoria y que nadie ha podido borrar de mí. Alanis definitivamente es parte de quien soy ahora y ese disco fue el inicio de mi pasión por la música, por las voces femeninas, por los instrumentos musicales y por las buenas letras. No se trata de escuchar el cd y sentirlo, sino de entender cada una de sus frases y hacerlas mías. En muchas ocasiones me ayudaban a seguir adelante por muchas cosas que he vivido siendo tan joven. Nada es más cierto que la música amansa a las fieras y yo, que fui Mary Jane durante mucho tiempo, fue Alanis la que me ayudó a dejar de serlo y a encarar y luchar por lo que creo que es justo.
Hoy estoy embarcado en algo muy importante en mi vida que sigue definiéndome a día de hoy y esa pequeña píldora atragantada la que hace que disfrute cada segundo de ella. Disfruto y aprendo a la vez que estoy en armonía conmigo mismo porque sé que lo que hago es lo correcto y lo más importante es que es lo que quiero hacer. Muchas fueron las noches que me encerraba en la habitación escuchando y desmembrando sus frases. Aprendiendo con sus emociones escritas entre líneas y llorando porque la vida me ha brindado la suerte de poder vivir en un país desarrollado en el que el acceso a la música es posible. Imagino que no soy el único que vivió este disco, ya que otras 33 millones de personas lo han comprado (solamente el disco inicial) y se ha convertido en uno de los discos más vendidos de la historia.
Se trata de 20 años que han pasado tan rápido, pero a la vez tan despacio que a veces no tengo la sensación de haber vivido tanto. Mi admiración fue tal que organicé un viaje a Nueva York y Canadá solamente para que coincidiera con la gira de Alanis y poder verla en casa. El tracklist de ese concierto fue especial y único porque como ella misma decía en el concierto, al haber cantado tantas veces en casa ya no tenía que tocar todos sus éxitos, sino sus canciones favoritas para sus amigos y conocidos. Ese concierto ha sido tan especial que todavía hoy lo recuerdo como si fuera ayer. Alanis, para mí, siempre será mi musa musical y una estrella que me guía en todo lo que hace. Y es a ella, a quien indirectamente le doy las gracias por haberse dedicado a la música y no a la gastronomía o a la oftalmología. "Jagged little pill" seguirá sonando entre nosotros durante muchas décadas más.
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