jueves, 4 de septiembre de 2014

# GELATINA SIN CUAJAR

Y aprendí que no existen los "érase una vez" ni los "comieron perdices". Aprendí que las cosas se regalan a quienes no se las merecen y que los pobres nunca llevan las de ganar. Aprendí a robarle al tiempo sus minutos y me castigó haciendo o bien que fueran eternos o que terminasen antes de empezar. Me tragué tantas palabras que morí ahogado de la rabia, me comí tantas mentiras que me dio un corte de digestión y descubrí tantas justicias que dejé de creer en un mundo mejor.
Aprendí que cada historia tiene tres versiones, que el futuro es lo que soñamos tener y nunca llega porque no existe. Aprendí que caminamos por la vida rebobinando recuerdos para vivirlos tantas veces...que al final no llegamos a disfrutar del presente ni un solo segundo. Aprendí que el ser humano es absurdo en su amplitud y es inversamente tan simple como la complejidad de su organismo. Aprendí que la perfección se encuentra en los cuentos infantiles y la felicidad son momentos robados que nunca fueron nuestros.
Aprendí que caerse no sirve para nada, que creer en el amor no garantiza un porvenir y que hagamos lo que hagamos siempre habrá alguien señalando por la espalda. Aprendí que las personas de nuestras vidas son igual de pasajeras que con las que nos cruzamos por las calles y que los trenes que pasan más de una vez son invenciones que se desvanecen cuando más ilusionados estamos. Aprendí que los aviones que se estrellan son los que mejores personas llevan, que la gente que se muere es la única que deja huella de fuego en la respiración y que los sentimientos nos hacen tan débiles como un plato de gelatina que no termina de cuajar.
Aprendí que las sonrisas son forzadas, que las lágrimas son de cocodrilo, que el maquillaje oculta la fealdad y que a nadie le interesa lo que llevemos dentro. Aprendí que somos lo que valemos, que nos quieren por lo que tenemos y que cuando estamos perdidos no habrá nadie que guíe nuestro camino porque estará sometido al más oscuro de los túneles. 
Aprendí que si quiero luz tendré que ir yo a encenderla y si quiero comer tendré que salir al mercado a comprar víveres. El celofán oculta siempre un regalo no comprado, lo que nos llega sin nada a cambio tiene un trasfondo peligroso y los que dicen que no pasa nada son los que más mienten del planeta.
Aprendí a no sentarme durante demasiado tiempo, a no acomodarme por muy cómodo que estuviese y a no soñar despierto cada vez que alguien me guiña un ojo. Lo diferente nadie lo valora, solamente queremos lo que vemos y aunque el color marrón sea el más feo de todos...millones de personas llenan con él sus armarios.
Aprendí que la hipocresía es marca de la casa, que la falsedad habita despierta en las personas, que los remordimientos desaparecen como el agua de lluvia y que una bella voz oculta un corazón oscuro. Aprendí tantas cosas que si he de irme estaré preparado, si he de quedarme no seré el más callado y si me cuentan historias...a otro perro con ese hueso. 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Raúl, ultimamente,, tengo por aqui muche gelatina sin cuajar...A veces por falta de gelatina a vecs por falta de agua.....Animo

Unknown dijo...

Unos aprenden a hacer gelatina demasiado pronto y otros no llegan a terminar de aprender nunca. A otros, sin embargo, ni les interesa saber cómo se hace una gelatina bien cuajada. Una pena....

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE