domingo, 11 de noviembre de 2012

TAN VISCERAL...

Y le regalé mi vida envuelta en celofán con un enorme lazo rojo, y él, aquel que juró a los faraones que seguiría a mi lado hasta la muerte lo tomó, frunció el ceño y lo lanzó al mar de plata. Fue entonces cuando dejé de comprender a esta sociedad. Si él aún seguía vivo...entonces todo era mentira. Y fue justo así, con dos líneas en "a" menor, que comenzó mi mundo en solitario. A veces sin aire, otras con mucho calor y muchas noches con frío, apoyado en la pared mirando aquel enchufe que era a la vez vía de escape o cárcel. Un simple objeto marcaba aquella delgada línea entre latidos de un corazón y unas venas sangrantes. Todo muy visceral, como yo.
Finalmente se atrevió a llamarme, a reprocharme que no luché y que fue ahí donde nació la distancia entre el para siempre y un jamás. Dios sabe que peleé; con hondas, con lanzas, con espadas, con arietes, con catapultas, con mil objetos que inventé tan solo por hacer que funcionase. Siempre sin escudo; será por eso que mi cuerpo lleva tatuadas tantas cicatrices de guerra, tanta metralla hundida en el pecho, tanto dolor cargado en la mirada. ¿No luché? Roma fue un cuento de hadas en comparación a mi campo de batalla. Todavía veo la sangre manchando el suelo de marrón reseco y llena de marcas de tanto arrastrarme sobre ella. Todo muy visceral, como yo.
En un taxi, como los ricos de Nueva York, así fue como comenzó. Esta vez no eran amarillos o negros, sino blancos como la nieve, pero sucios por dentro...como en la vida real. Los que nunca han pisado nieve creen que es blanca con sus copos cayendo y el muñeco con la zanahoria. yo les confirmo que no, que la nieve es gris como el hollín. La culpa la tienen las pisadas, pero así es justo como hiciste conmigo, como si fuera un puñado de nieve. Y yo, en vez de convertirme en hielo duro...me derretí como los témpanos en verano. Posiblemente en unos años tampoco quede nada de mí. Todo muy visceral, como yo.
Las cartas que te enviaba, que ahora engrosan tongas de papel para reciclar en aquella nave. ¿Las leería alguien alguna vez? Todos mis versos de amor desenfrenado, de locura juvenil, de ganas de lanzarme al vacío. Me pregunto dónde habrá quedado el estúpido que las escribió...sepultado bajo algún seto seguramente. Yo apenas le reconozco ya, llorando en las esquinas y lamiendo heridas que ya nunca sanarán. Las ilusiones son lo que mantienen un cerebro con vida, pero las decepciones lo matan muy lentamente. Y yo, desde aquí abajo, más profundo que el mismo asfalto...le pregunto al amor de repente: ¿Por qué siempre soy yo el de la mala suerte?

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE