viernes, 19 de noviembre de 2010

JUANA DE ARCO

Como Juana de Arco, así mismo me sentí. Con la única diferencia de que la causa de mi sacrificio no me quedó del todo clara. Mi cabellera en manos de la sociedad por nada, para nada. Accedí a intentar llegar a la meta aunque nadie lo hubiera conseguido antes, pero no fracasé...ni siquiera tuve opción a intentarlo. Las neuronas dejaron de existir en ese momento mientras me hacía más pequeño que los microbios que carecen de nombre. Me preguntaba una y mil veces si valía para esto, si mis manos en algún momento servirían para algo más que hacer aces o derechas cruzadas. ¿Se puede hablar con gestos más rápido que con palabras? Ya no era capaz. Todo se complica cuando el tiempo me persigue, me saluda desde la lejanía viéndome correr a toda velocidad para tan solo respirar el color de sus carcajadas. Me visto de un color que ni siquiera sé si me sienta bien y cada paso que creo dar es un obstáculo más grande que el anterior.
Me veo indefenso en un idioma que no domino, en el que soy un inútil. Sin embargo sigo hacia delante, guiándome por esa vocecilla interior que me dice que igual es cierto eso de que cada cosa tiene su motivo y si he llegado hasta la puerta es para tocar y entrar a quedarme. "Por lo menos atrévete, visítala", me dice, pero cien mil veces siento que no puedo. Mis ojos apenas se mantienen despiertos y se ponen a parpadear infinitamente sin hacer caso a mi cerebro. Se niegan a avanzar atascándose en los baches menos pronunciados. Se sientan en cada montaña negándose a volver a retomar el camino que los llevó allí. Al final decido abrir la mochila y buscar una nueva esperanza más, una razón diferente que me haga terminar lo que empiezo. Esa conciencia que tantas veces me ha dicho que puedo conseguirlo, pero ya hace tiempo dejé de creer.
Y Juana de Arco se convirtió en hoguera, pero no para ser quemada, se convirtió en guillotina, pero no para ser decapitada, sino para convertirse en asesina en serie. Esta vez tendría el mayor de los retos posibles...destruir la vergüenza, el contratiempo, las prisas y el cansancio. Luego acabaría con la impotencia, la negatividad y los nervios para así dejar salir el verdadero yo que hay dentro. Ya no se trata de ganar o perder la batalla, ahora hablamos de no rendirse a mitad de camino. Llegar a un punto de final o de retorno forzado al inicio, pero siempre sabiendo que no va a quedar un "pudo ser y nunca sabré si fue" porque agoté cada oportunidad.
Al salir de la cabaña miro hacia el cielo y comienza a llover, pero esta vez no lo veré como presagio ni mala suerte, sino como purificación de cada uno de mis sentidos. Renovación absoluta de la mala suerte que ahora se convertirá en transparencia y naturalidad...materia de la que siempre debí estar hecho. Si nunca he dejado de manejar las palabras a mi antojo, ¿por qué mis manos son tan reacias a igualarlo? Lo averiguaré a cualquier precio...aún sacrificando el más valioso de mis credos...la originalidad....

1 comentario:

Lucy dijo...

te admiro

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE