sábado, 3 de octubre de 2015

THESAURUS

Es solamente a veces cuando cierro puertas y ventanas al mundo que creía que habitaba, pero que terminó por despojarme de mi alma. Televisiones que me niego a encender y teléfonos a los que ya jamás volveré a llamar. Un huso horario que se me antoja incorrecto por la imperfección de su idioma, de su variedad, de su idiolecto entremezclado con tintes de superioridad por pronunciar unas zetas contra las que me niego a sucumbir. A veces elimino personas por un motivo que no tengo que explicar en ninguna línea de diarios. Las traiciones dejaron de formar parte de mi futuro y acabaron empolvadas en una gaveta que ya no volverá a abrirse nunca más. Mentiras con las que otros tienen que cargar para fingir una felicidad que realmente no tienen y en la que no engañan a otra persona más que a sí mismos. Idas y venidas de calles de un solo sentido. Juegos para no ganar que acabarán con esqueletos y músculos que ya no sostienen cuerpos. El público, lejos de divertirse con el panorama, se niega a lanzar tomates o a invertir un poco más de energía en una causa que no está para nada justificada.
Carreteras que van a ninguna parte, palabras que quieren herir, pero no lo consiguen, y derrotas que saben a victorias por el sabor dulce que da la miel del conformismo. El tiempo, que se dice de él que pone todo en su sitio, se hace de esperar porque está ocupado en otros menesteres más relevantes que dos míseras existencias que se acompañan. Ambos haciendo muy buena pareja, uno miente, y el otro se deja. Así, es como pasan los retoños en las primaveras, las hojas secas en los otoños y los deshielos polares de los inviernos. El verano, como siempre, lo arrasa todo con sus 40 grados a la sombra y eso sí que no hay quien lo soporte más de una hora. Se acabó lanzar dados al aire, pintar cuadros que no van a terminarse o empezar lecturas que no serán comprendidas. La vida, es más que un reloj de arena que se agota de forma infinita. Ahora, pasa a ser una visita a la semana, una investigación sin resoluciones aparentes o un polvo que no se barre con cualquier escoba. 
Todo termina en una barra de bar helada, en una conversación de madrugada que nadie quiere concluir sin el maldito beso de la semana. La lujuria, que controla mentes calenturientas vuelve a hacer de las suyas e impide que el cerebro controle sus hormonas. El amor, o lo que muchos creen que es, no se esconde para nadie y aparece en cualquier rincón meado de una discoteca de mala muerte. El amor aparece en las fuentes de aguas verdes, en un anillo que estrangula el anular, en una puerta que chirría al abrirse. Ese amor, el que ya no existe, es el que mantiene vivo a necios y a listos, a interesados y astutos, a pobres y a ricos. El desequilibrio del mundo actúa en todos y cada uno de los ámbitos de una sociedad que abandona lo que no quiere y maltrata para sentirse más fuerte. Esa misma sociedad, que detesto tan asquerosamente, es superior a cualquier palabra que tú, o cualquier hilo rojo que te cuelgue pueda pronunciar. 

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE