jueves, 19 de septiembre de 2013

EL VACÍO DE LA LIBERTAD

Allí seguía, sobre aquel sofá deshilachado y tan desquebrajado como su alma. A partes iguales maldecían la vida que les tocó soportar. Uno por ser aplastado por traseros sin corazón constantemente, el otro por ser prisionero de sus propias decisiones. Ambos con diagnósticos crónicos, no necesariamente hereditarios. Pánico a no encontrar la llave que guarda esa libertar que él siempre necesitó, pero que prefirió vender en algún rastrillo de quinta mano. El paradero de ese metal bien puede ser el mismo infierno, que a día de hoy está bastante transitado por la raza humana y su imbecilidad.
Pasmado como espantapájaros se quedó pensando varias horas, buscando la solución a un problema que lo tenía atado de pies, manos y lengua. Algo crecía en su interior y empujaba por salir, pero no era más que esa rabia que sentía. Sin embargo no, él no iba a permitir que un sentimiento como aquel reinara en esa habitación, así que tragó un nuevo nudo de dolor que se contuvo derramando una sola lágrima. Aquello podía ser un final, un principio o una inflexión. De cualquier manera era algo que no había sentido antes, una prueba de fuego.
Hay muchas veces que no se puede ser quien se quiere ser y él lo sabía muy bien. Tampoco sabía durante cuánto tiempo más podría soportar ser aquella otra persona que ya se había cansado de ser. Como si le hubieran pasado turno y ahora solamente quedaba esperar otros 7 años más para poder encontrarse a sí mismo. Aquel hombre ojeroso del espejo es la apariencia que podía dejar de ver, ni él ni todos los que ya no se le acercaban más. La vida una vez más se volvió a reír de él por ganarle una nueva batalla, mientras que la muerte prefería esperar a que se convirtiera en un despojo menos aprovechable para raptarlo sin dudar. 
Con el paso del tiempo el sofá se convirtió en su hogar, su infinita trinchera. De noche se abría y le daba cobijo para todas sus pesadillas que se hacían realidad cada amanecer. De día permanecía sentado, inmóvil, esperando a que algo, sin saber muy bien el qué, viniera a rescatarlo y a sacarlo de su momento de catarsis. Así, sin más, pasaron más de veinte años. Se fue su juventud, sus ganas de luchar y sus kilos de más. Aquel 26 de febrero marcó la gran diferencia de todas. Fue el día de su liberación. En el sofá, ya roto del paso del tiempo, permanecía una piel arrugada y un puñado de huesos. En su interior, el vacío más oscuro que se podía imaginar, el vacío de la libertad. 

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EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE