Los escucho cuchicheando sobre nuestro amor
perfecto y eterno. Veo por cada esquina esas miradas de envidia por tener lo
que tenemos. Siento que nos observan, que nos sonríen, que nos adoran. Me
preguntan el secreto de un amor verdadero, la receta para una vida feliz, el
deseo que pedí en alguna fuente de ciudad. Lamento decir que todos ellos se
equivocan. Nadie ve lo que yo veo, nadie siente lo que yo siento. Ellos ven
belleza, yo veo traición. Ellos ven hermosura, yo veo horror. Ellos creen saber
la verdad, yo tengo total conocimiento de las mentiras. No vales la pena, pero
ellos no lo quieren ver. Ellos no han visto todas las lágrimas que me has hecho
derramar, toda la sangre que me has hecho brotar, todos los golpes que mi piel
refleja bajo la ropa. ¿Acaso creen ser dignos de juzgar? No saben la verdad,
porque muchas veces la verdad se oculta tras un hermoso biombo de paisajes.
¿Nadie se va a molestar en rodarlo?
Todos quieren ocupar mi lugar porque creen que
nuestro amor es perfecto. Todos ven lo maravillosos que somos tras este biombo.
No ven la presión que ejerces, lo duro que eres, lo fuerte que pegas. No han
pasado las cosas que yo he tenido que pasar desde que estemos juntos. ¿Acaso
creen ser dignos de juzgar? Ellos no han visto esa parte oculta que escondes,
esas mentiras que inventas al volver a casa. No ven cómo yo pretendo creerlas
para que no vuelvas a golpear. Creen que me quiero quedar aquí para siempre,
pero me quiero ir para no volver. No quiero más paisajes con nuestras sombras
detrás mientras me besas con locura tras una noche entera sin dormir del miedo.
Me he convertido en alguien igual de cobarde que tú y sé que no estoy preparada
para derribar ese maldito biombo, así que esperaré que alguien ahí fuera lo
haga por mí. ¿Podrá alguien rodarlo?
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