Fue tan violento aquí en mi pecho que no quise volver a estudiar, no quise volver a ese camino que me llevaría a ser intérprete, a adorar la lengua de signos como lo hago. Ya no me merecía la pena corregir mis errores, ni grabar nuevas canciones, ni conocer a más personas sordas, ni hacer de sordociego o de guía por la calle para ser un mejor profesional. Fue tan profundo que me hizo replantearme muchas cosas en mi vida. Hoy, a los 28 casi recién cumplidos, estoy en un punto en el que ya no hago las cosas que no me apetece hacer. Soy diferente, pero no tan diferente como ellos me pintan. Inevitablemente mis lágrimas comenzaron a caer, por primera vez rodaron por mis mejillas siendo el motivo un ciclo superior y lo que ello conlleva en la actualidad.
Gracias a personas que no se molestan en contrastar opiniones, que se creen cualquier cosa que se les cuenta, que no solamente se la creen, sino que aprovechan para divulgarla. Malas personas que inventan y manipulan, que quieren protagonismo a toda costa, personas que en el más fondo de mi bomba yo detesto y desprecio, que no me aportan nada. Ni siquiera merecen estas palabras porque no han sido capaces de interesarse por mis motivos, por mis razones. Ellos son personas que encarcelan sin piedad y juzgan sin información. Por ellos, y gracias a ellos, voy a terminar lo que empecé. Aunque me cueste ir a clase cada día con desgana, aunque nunca llegue a trabajar como profesional en la materia, pero no será por ellos que abandone algo por lo que siento pasión.
Actualmente mi bomba está vacía, limpia e impoluta. Ya no se molesta por ciertas personas que no tienen cabida en mi existencia y por toda esa cadena de seres humanos que los siguen como zombis y que ellos lo llaman “amistad”. La amistad se desenmascara con el tiempo, y todos lo veremos. Lo más gracioso es ver cómo hablan de situaciones o personas que no conocen de nada aunque ellos crean que sí. Profesionales ya formados desviados de su camino, del sendero de la justicia, de la parcialidad. Profesionales que no saben separar la amistad del cotilleo barato. Eso sí que ha sido una gran decepción, pero todo, en esta vida, finalmente caerá por su propio peso. Todos ellos, en su interior, también poseen una bomba y tarde o temprano, inevitablemente…explotará.
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