"Ni pude entonces, ni puedo ahora, comprender tanta violencia, tanta muerte y tanto dolor gratuito. En un país repleto de luz, de sol, de riquezas. Un país que lo tiene todo para ser un vergel y que sin embargo se ahoga en una viscosa mezcla de sangre y petróleo. Donde el odio entre hermanos ha vencido a la esperanza. Donde existen más armas que manos para empuñarlas. Armas de gatillo ligero que funcionan como un virus contagioso. Porque violencia llama a violencia. Y, como es tradición tupamara, quien mata a un hermano muere por otro hermano."
"Los revolucionarios y los terroristas quizás están acostumbrados a ver como mueren sus camaradas alrededor, pero yo no. Y me planteaba seriamente abortar toda la investigación. Me fallaban las fuerzas. en otras infiltraciones, como los skinheads o las mafias, sabía que podía convencer a los neonazis, o a los prostituidores, de su error. Sabía que tenía argumentos irrefutables para demostrar a unos y otros su equivocación. Pero ¿cómo debatir contra un fusil? ¿Realmente existe alguna manera de convencer a los violentos de que las armas jamás traen la paz?"
"Mujeres y hombres buenas y buenos, creyentes en una fe que podemos compartir o no, que intentan cada día integrarse en una sociedad y en una cultura que no les es propia, y que los observa con desconfianza y rechazo. Soportan la ignorancia y los prejuicios con estoicismo, porque necesitan trabajar o estudiar en Occidente, o simplemente porque es el lugar que han escogido para vivir. La mayoría estudia nuestras lenguas, nuestras costumbres y nuestras creencias para adaptarse a ellas, aunque no las compartan. Pero desde el 11-S todo es más difícil para los musulmanes. Satanizados por los crímenes de unos cuantos asesinos, como todos los alemanes fueron estigmatizados por los crímenes del Tercer Reich.
En 2001, Occidente, y en especial los Estados Unidos, desató sin piedad una feroz campaña propagandística contra el Islam. Tras la caída del Muro de Berlín y de la amenaza comunista necesitábamos otro adversario, otro enemigo temible al que satanizar y en quien proyectar todos nuestros males. Y ese enemigo es el Islam".
extracto de "El Palestino" de Antonio Salas
No hay comentarios:
Publicar un comentario