La nostalgia esta vez vino en forma de ráfagas de luz, pasando por delante de mi cuerpo haciéndome sentir cosas que hacía años no sentía. Un lugar al que le tengo un cariño demasiado fuerte, demasiado especial. Paseando por sus calles iba recordando todas esas veces que las recorría, que las memoricé, que las olvidé y las volví a pensar. Nostalgia de una asignatura pendiente y un plan de futuro de permanecer allí una temporada. Para conocerla mejor, para hacerla mía, para adorarla aún más.
Diferentes acentos, palabras, denominaciones, personas...todo igual de adorable a como yo lo recordaba. Sin ganas de volver a este aburrido lugar en el que lo que no se quiere se critica. Una historia que a pesar del tiempo parece imborrable en mi memoria, grabada a fuego como tantas otras cosas. Lugares de ensueño, compañías extrañas, únicas, impresionantes. Todo pintado en un fondo con una historia de amor fugaz que surgió de la nada y de casualidad. El tiempo parece que no ha hecho mella en mí todavía y sigo con las mismas ganas de retornar a aquel lugar.
Tantas cosas por hacer, tantos sentimientos por salir, por dejarse escapar. Ganas de correr sin parar, de detenerme a descansar, de vivir, de memorar. Sin duda alguna, uno de mis lugares favoritos en la faz de la tierra. Tan cerca y a la vez tan lejos que se me hace ajeno luchar contra él. Y como el tiempo pone todo en su lugar...me dejará quedarme allí hasta que tenga que ser...y esperaré ese momento con ilusión.
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