Un circo no se limita a ser el recinto de los payasos, los deformes y las fieras. Un circo también es una feria de payasos, una cadena de tontos, un cutrerío barato. En resumen, circo es lo que denominamos televisión en España.
La gente se sienta en sus sillones y se pasa horas viendo a una tal Belén Esteban gritar y contar intimidades a diestro y siniestro mientras guarda su minuto diario para soltar "directas" a sus enemigos principales. Tras ella vemos a una loca bajita con gafas que va echando a los leones a pelear en su circo particular. Creo que se llama Jorge Javier Vázquez o algo así. Un tal Kiko (al que ayer vieron cogiendo comida podrida de la basura) ahora resulta ser todo un periodista documentado y respetado. A su lado vemos a alguna que otra persona semi-seria o pseudo-seria, o "quiero y no puedo ser seria" que alardea secretos (que ellos y solo ellos saben) con detalles.
Por otro lado tenemos Grandes Hermanos a cuales más espectaculares, patéticos, amargados y frikis que buscan dinero fácil y dejar de trabajar a los 45. Cuanto más oscuro y rocambolesco es su pasado, más interesante se vuelve su existencia, y más gentío los ve por la televisión.
Don y doñas nadie que no saben lo que es un re y se dedican a cantar y a sacar discos. Nadie los respeta, ni siquiera ellos mismos, pero ahí siguen ladrando sus canciones. Modelos acabadas que se meten a presentadoras, cantantes olvidados que pasan a actores, actores no cotizados que van a programas a hablar de cualquier estupidez... Es como si el cine volviese al destete de la época de Alfredo Landa y compañía. Vergonzoso, penoso y triste.
Menos mal que aún existe la televisión por cable con canales específicos que cada uno puede escoger libremente. De cualquier otro modo hubiera desconectado la caja tonta y la hubiera llevado al punto limpio más cercano.
La gente se sienta en sus sillones y se pasa horas viendo a una tal Belén Esteban gritar y contar intimidades a diestro y siniestro mientras guarda su minuto diario para soltar "directas" a sus enemigos principales. Tras ella vemos a una loca bajita con gafas que va echando a los leones a pelear en su circo particular. Creo que se llama Jorge Javier Vázquez o algo así. Un tal Kiko (al que ayer vieron cogiendo comida podrida de la basura) ahora resulta ser todo un periodista documentado y respetado. A su lado vemos a alguna que otra persona semi-seria o pseudo-seria, o "quiero y no puedo ser seria" que alardea secretos (que ellos y solo ellos saben) con detalles.
Por otro lado tenemos Grandes Hermanos a cuales más espectaculares, patéticos, amargados y frikis que buscan dinero fácil y dejar de trabajar a los 45. Cuanto más oscuro y rocambolesco es su pasado, más interesante se vuelve su existencia, y más gentío los ve por la televisión.
Don y doñas nadie que no saben lo que es un re y se dedican a cantar y a sacar discos. Nadie los respeta, ni siquiera ellos mismos, pero ahí siguen ladrando sus canciones. Modelos acabadas que se meten a presentadoras, cantantes olvidados que pasan a actores, actores no cotizados que van a programas a hablar de cualquier estupidez... Es como si el cine volviese al destete de la época de Alfredo Landa y compañía. Vergonzoso, penoso y triste.
Menos mal que aún existe la televisión por cable con canales específicos que cada uno puede escoger libremente. De cualquier otro modo hubiera desconectado la caja tonta y la hubiera llevado al punto limpio más cercano.
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