DESDE EL SILLÓN DE MI SALÓN

Desde el sillón de mi salón puedo ver una ruleta de la fortuna que me compré en Narayana hace mil, nadie comprendió por qué (yo tampoco) pero a mí me gusta. También veo un mapa mundi enorme con alfileres clavados en los lugares que he visitado, y rodeado de postales de esos lugares.

Desde el sillón de mi salón veo un mueble del renacimiento lleno de libros de idiomas, diccionarios, guías de museos, mis revistas de National Geographic, Viajes y Men's Health, figuras varias donde predominan con formas de gato y mis guías de viajes.

Desde el sillón de mi salón veo una vitrina con todos mis dvd que tengo como oro en paño. También mis temporadas completas de Perdidos, Sexo en Nueva York y Embrujadas (sí, bueno, también tengo un lado friki). Junto a ella hay varias láminas con pinturas de Dalí colgadas en la pared, y sobre ellas hay un espejo de madera con forma de Búho que me regaló Miguelón.

Desde el sillón de mi salón veo un poster de El Grito de Edvard Munch y una cortina Inca desteñida naranja y negra. También veo un tapiz con elefantes que parece hindú y una foto que sacó Eduardito cuando estuvo viviendo en Inglaterra.

Desde el sillón de mi salón veo un trinchante, una mesita con el teléfono y una lámpara líquida con bolas que se mueven. También veo una mesa con seis sillas y la puerta de la entrada. Todo eso veo desde el sillón de mi salón.