domingo, 28 de abril de 2013

POR QUERER....

Tuvimos la fuerza necesaria para cambiar una nación completa, tuvimos las ganas que nos llevaron de norte a sur, de oriente a occidente de dos cuerpos que ya no vuelven a conocerse nunca más. Quise convertirte en rey del imperio más especial nunca creado....el de mi corazón. Sin embargo tenías prisa, tenías otra misión que se me va clavando más y más fuerte en el pecho. Éramos maravillosos juntos, y deberías comprender que solamente somos suspiros cuando separados. Y quiero subir, quiero brillar, quiero llegar a lo alto de aquel cielo azul que me dio la felicidad. ¿Con quién? Ya no queda nadie más...
Tú fuiste transparente y yo color de mar. Ahora, no paso de un gris sucio que todos pisan al pasar. Siento el peso de los pasos y las marcas me afean cada vez más. No hay nadie ahí fuera que pueda rescatarme de mi mundo sin aire como aquella vez lo conseguiste tú. Si la verdad se perdió en los labios de nuestra última conversación...entonces prefiero que vuelvas a mentirme una vez más. Ahora me pierdo en papeles con idiomas que no se hablar nunca más. Olvidé lo que llegué a ser cuando éramos uno. Quizás una sombra más para el sol es todo en lo que me he convertido. Y quiero salir, quiero empezar, quiero poder tocar aquel cielo azul que me dio la felicidad. ¿Con quién? Ya no queda nadie más...
Me empujaste al centro de aquel laberinto donde me quedé a vivir para siempre. No puedo salir de paredes espinosas sin una mano limpia que agarrar. En mis bolsillos solamente queda aquel símbolo de nuestro amor, ahora craquelado como un cuadro que nadie quiere pararse a observar. Nuestras almas enredadas finalmente se convirtieron en recuerdos infectados del ayer. Veía cómo te escondías bajo aquel techo mientras yo me mojaba con agua de lluvia. Yo no tenía miedo, ¿por qué tuviste que tenerlo tú? El amor ahora no parece otra cosa que turnos para comprar carne por peso y se ve que mi número ya se pasó...o mi carne está perdiendo el perfume a frescor. Y solamente quiero vivir, quiero poder gritar, quiero decirle al viento que es mío aquel cielo azul que me dio la felicidad. ¿Con quién? Ya no queda nadie más...

domingo, 21 de abril de 2013

CAMINO A L.A.

Una habitación cerrada; cuatro paredes que nunca se encuentran, que nunca se mira, que nunca se ven. Desde arriba se ve una mujer en sus treinta, aunque sus arrugas le jueguen una mala pasada. Lágrimas que caen, cara de dolor y un foco sobre su cabeza. Se aferra de tal forma a aquel muñeco de trapo que cualquiera diría que se trata de la misma persona. Un todo entre dos, un conjunto indivisible, una pena compartida.
En el exterior de aquellas paredes se encuentra la realidad. Se ve todo aquello que ha provocado que esta mujer no pare de llorar, que no quiera volver a salir, que no tenga voz para gritar. Una sociedad llena de prejuicios, de maldad, de egoísmo. ¿Acaso sirve para algo? Mentiras de verdad, frases que ocultan la realidad, explicaciones sin terminar para no ser honesto. Perfiles que nunca existieron, pero que se van disfrazando de deseos a cumplir que no hacen más que alargar lo inevitable. Lobos disfrazados de cordero, corderos que tienen miedo de ser ellos mismos, gritos que atraviesan el aire. Lo que queda atrás se olvida, lo nuevo es siempre lo mejor hasta que se ensucia. Justo en ese momento viene el basurero y lo lleva al lugar del olvido, donde se encuentran los recuerdos con las promesas que no se cumplen. Las promesas, tan baratas de hacer y tan caras de cumplir....ya pasadas de moda hace años. La falta de voluntad de los seres humanos, las sonrisas falsas, las mentiras piadosas, los corazones rotos....son tantas cosas.
Allí dentro, aquella mujer ya no sabe qué más pensar, a qué nuevo lugar ha de ir, hacia qué nueva dirección se debe marchar. ¿Un nuevo principio? Mejor poder terminar ya. Y así, cientos de habitaciones, de puentes, de garajes, de barrancos....así se llenan de cuerpos sin vida que ya no quieren continuar aquí. Porque la vida es injusta, porque la sociedad es cruel, porque donde hace falta una mano para ayudar se encuentra un pie que te pisa hasta hundirte. Es por eso que en algún momento de nuestra vida nos encontraremos en medio de aquella habitación, pensando locuras sin razón y decidiendo si queremos seguir aquí caminando, huyendo o simplemente...dando la vuelta para no regresar jamás.

domingo, 7 de abril de 2013

AYO

Entonces aparece aquella foto que lo cambia todo. En ella encuentro lo que fui y lo que tengo...lo único que tengo. ¿Qué más da si es mucho o poco? no hay nada más y el destino lo quiso así. No hay sombras, sino recuerdos borrosos de aquel adolescente que amasaba el aire esperando oportunidades que tocasen en su puerta y que nunca llegaron. Tras el caos decidió hacerse con su destino y salió a la calle. Hoy, años después, no ha vuelto a casa y cada vez más se aleja del lugar al que solía llamar hogar. ¿Acaso supo alguna vez su significado? Seguramente, pero es culpa del inconsciente que ya no lo recuerde.
La oruga se convirtió en mariposa, creció, cambió de colores y ahora brilla, vuela hacia ninguna parte pero con un objetivo claro a largo plazo: el sol. Es allí donde todo cambiará, donde el calor tórrido lo convertirá en cenizas de plata que bañen el universo, aquel espacio azul al que miraba cada madrugada. Sin embargo es esa foto la que lo vuelve a convertir en oruga, la que lo hace sangrar de dolor, la que ve donde todos sonríen menos él, con su mirada perdida en algún amanecer que simplemente no llegó. Qué perverso el destino cuando se empeña en jugar con los recuerdos.
Aquella corbata servía para que todos vieran que no era el final, pero para él era una cárcel que estrujaba su garganta y lo dejaba sin aire. No obstante, no paraba de sonreír. Alguien dijo alguna vez que la compostura no se pierde ni en medio del océano tras un accidente de avión, y así aprendió él...con lecciones enredadas en rosales espinados, descalzo en piedras hirviendo, mojado con viento polar. Fueron los elementos los que le hicieron sentir la verdad por primera vez. Crueldad que se encuentra ahí fuera y contra la que hay que luchar. Hoy, aquel hombre ya tiene lista su armadura y ensangrentadas las manos de tanta batalla. ¿Victorias? No se acuerda, igual eso ya no importa porque no se siente vencedor. Las derrotas, en cambio, las lleva todas cargadas a su espalda.
La foto lo mató una vez y lo seguirá matando para siempre, por eso es el momento de marcharse a una ciudad lejana donde nadie recuerde su nombre, su vida, su existencia. Allí, donde ya no necesite más caretas, donde pueda elegir, ser, estar, sentir. ¿Acaso existe algo que importe más? Iniciado el paso ya nadie podrá pararlo. ¿Y si la vida no los vuelve a reunir? Entonces será que nunca pertenecieron a la misma dimensión. después de todo, los finales no se eligen...simplemente llegan y arrasan con todo. las despedidas no son más que oraciones que creó el ser humano para sentir menos remordimientos. Él, después de todo, ya no cree en nada...ni siquiera en sí mismo, pero mientras tenga los ojos abiertos no tendrá más opción que mirar hacia delante.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE