martes, 24 de enero de 2012

REÍR POR NO LLORAR (22/04/2007)


Con los brazos cruzados me quedé. Sin nada que decir, y con ganas de gritar.

Con ganas de sacudirte y de zarandearte, y de repetirte lo idiota que eres.
Me encuentro en medio de ninguna parte. A la derecha veo un camino lleno de incertidumbre, con una vida por delante, sin tener claro su duración. A la izquierda te veo a ti, mirándome fijamente, y con ganas de abrazarme para siempre. Pero en el centro todo es muy distinto. El camino del centro está lleno de látigos, cuerdas y armas. Es un camino masoquista y tortuoso, un camino absurdo y sin sentido, un camino de espinas por el que muy pronto dejaré de ir.
El tiempo pasará y yo decidiré. Y dejaré de ser el actor secundario de la película de otra persona. Seré mi propio actor principal, actuaré a mi manera, e improvisaré el guión. No volveré a ser el espectador de mi vida, seré el protagonista. Gobernaré mi destino y me pondré el disfraz que me de la gana.
Pero mientras sigo aquí, junto a este abismo que me quita la vida. Me acerco y me la da, me alejo y me la quita. Y como siempre, pagando un precio demasiado elevado para mi bolsillo. Simplemente para llevarme algo que al final nunca sabré si era para mí.
Y los días pasarán, y yo seguiré esperando en algún lugar, por si te veo de nuevo pasar, y me dices que esta vez todo será distinto. Por si me ves y me das una patada hasta que desaparezca de todos los mapas a la vez, o por si me coges y me metes en tu vida y me haces el hombre más feliz de la tierra.
Tanta tortura no es sana, y aunque me considere una persona fuerte, toda espalda tiende a sucumbir con el tiempo, con la presión, y con la tristeza. Todo se marchita con la tristeza, no solamente las flores. Los sueños, las ilusiones, el cariño, la admiración…todo tiene su fecha de caducidad.
Quizás cuando me vaya de tu camino, cuando me lleve mi ciudad a otro país, es cuando te das cuenta, que las torres que tengo son más altas cualquiera de las casas que hayas podido ver antes. Quizás las dimensiones de esa ciudad estén limitadas, pero en altura nadie las superará. Y todo eso solamente podrás verlo desde lejos, cuando ya no esté a la vista, ni al alcance de tu mano.
Entonces yo ya ni siquiera pensaré en ti, miraré mi futuro con un porvenir diferente que alguien una vez rechazó, y no imaginaré todas esas cosas que te has perdido, porque de nada sirve lamentarse cuando ya ha pasado el tren. Y es que eso soy yo, una vía de un tren, o de algún metro de una gran ciudad. Aunque mi metro sólo pasa una vez en la vida, da una vuelta y cambia de camino. Recoge los pasajeros que quieran conocer la ciudad, y luego juntos divisan el mundos durante el resto del camino. El que olvida su ticket o no tiene invitación al final se queda fuera de la línea, y nunca volverá a tener esa oportunidad.
El error más grande que puedes cometer es creer que sabes cómo maquinan las mentes ajenas, imaginarte lo que piensan y creer lo que te parezca, pero nunca es así. Aunque las mi boca se equivoque, nunca sabrás lo que maquina mi mente. No me pongas en supuestos, ni en situaciones, ni me des frases que no son mías. Simplemente abre los ojos, mira lo que tienes delante. Mira bien lo que hay justo enfrente y simplemente di lo que sientes, di lo que piensas, di lo que quieras, pero no hables por mi.
Me comparo con una estrella fugaz. De esas que pasa una vez cada cinco años. De esas estrellas que si la dejaste escapar una vez, cinco años después no será la misma, pero quizás nunca vuelva a brillar una tercera vez. Quizás se vaya al otro hemisferio terráqueo, o quizás sea fulminada por el sol. Quizás se convierta en un planeta, o quizás se enamore de la luna, o forme parte de alguna constelación. Las estrellas fugaces no saben de tiempo, ni de esperas, solamente saben de brillos y de tonos.
No merece la pena guardar exclusividad alguna, ni esperar a los indecisos. Cuando se repartieron los papeles de este mundo, los indecisos se convirtieron en pastores y granjeros, y los decididos gobernaban el planeta.
Haciendo el balance de lo bueno y malo, el equilibrio nunca podrá estar a la mitad, y todos sabemos que la perfección no existe ni en los cuentos de hadas.
Hoy no, pero mañana puede que olvide el significado de la perseverancia, el sentido de la paciencia y la noción del tiempo. Mañana quizás quiera volar lejos para no volver, emprender un nuevo vuelo y olvidarme de todo. Mañana el viento seguirá llevándose las palabras y los abrazos se quedarán donde tuvieron lugar, porque ya no habrá espacio en mi vida para ellos. Y después de todo me echaré a reír por no llorar, porque la vida es demasiado corta como para hacer altos en el camino. Y sé que hoy no puedo, pero mañana sí.
Solo deseo que no me digas “te quiero” si no es para siempre, que no me digas que me necesitas si no vas a quedarte a mi lado. Así que haz que ocurra, o vete sin decir adiós.
Siempre podrás ponerte en mi lugar, pero nunca podrás sentir lo que yo he sentido, y cuando saque mi balanza, el equilibrio perderá su poder.

SENDEROS LIMITADOS (31/01/2007)

Una línea demasiado fina como para seguir nítida, que al final, pareció subrayarse sobre sí misma. Compleja situación donde los sentimientos me hacen más y más vulnerable.

Se mezclan las razas, los colores y los acentos. No se a dónde voy, ni de dónde vengo, sólo sé lo que siento.
Una historia no vuelve a repetirse en la vida, por ello tengo que pensar una y mil veces en qué parte de mi ser quiero guardarla. A veces dejarla cerca de mi corazón me hace daño, sobre todo con la distancia de por medio, pero en ciertas ocasiones no soy yo quien puede decidirlo.
El caso es que lo que empezó como una conversación de horas y horas, y días y días, ha continuado siendo una necesidad de contacto. Sentimientos que van y vienen por barco o avión, besos que dicen todo y dicen nada, abrazos que hacen que el reloj se pare, y miradas que dejan al descubierto una vida entera de historias.
Diferentes mundos que a la vez se unen. En el trasfondo de los legados, el día y la noche duermen en la misma cama, pero por lados opuestos; mirándose sin tocarse, pero dando todo de sí.
Poco a poco, el pasado va haciéndose presente en nuestras mentes, y nos trae a día de hoy historias que una vez pasaron bajo nuestra piel. Trayendo continuamente piezas de un puzzle que nunca jamás será completado, pero que ayudarán a conocer a ese extraño con el que caminamos un trazo ilimitado de nuestra vida.
Palabras susurradas al oído, que por mucho viento que sople, siempre volverán a mi mente. Frases que nunca se habían dicho antes. Una conversación que me saca de lo cotidiano y que me enseña lo que antes no había podido o querido aprender.
Una cara a la que miro cada vez que no quiero afrontar la realidad, y un cuerpo al que me abrazo cada vez que quiero huir de lo normal.
Sin oportunidad de huir, ni necesidad de correr. Cada cosa a su tiempo y todo en su debido momento.
En medio del océano me hacía cientos de preguntas que por una vez, no me dejaban duda sobre el camino a tomar. Difícil el sendero, pero ahorrarían lágrimas innecesarias en un futuro…que finalmente, vendrá muy pronto.
Tornados de pasión al calor de una chimenea y bajo la luz de las velas. Besos infinitos que se fundían en un solo abrazo durante toda la noche. Paisajes de ensueño y un atardecer inolvidable con alguien increíble. La perfección en estado puro me invadió, y ni siquiera pudo salir un “gracias” de mis labios en ese momento. Solamente pude saborear cada instante, con los cinco sentidos a flor de piel, a la espera de que alguien me despertase del sueño.
Algo tan mágico que tardaría años en reproducir, pero que con solamente un mes por delante, he podido saborear.
Viviendo en un mundo que no era mío, que no sentía mío, y que me asustaba de algún modo. Un lugar lleno de extraños que sólo en imágenes había tanteado. Un lugar en el que podría pasarme toda una eternidad si las cosas fueran de otra manera.
El agradecimiento en su punto más álgido vino a mí, y ni siquiera me sentí aliviado por haber dicho cuatro palabras, ni por haberlas repetido cien veces.
No termino de comprender como alguien tan adorable me ha inundado de esta manera. Con su voz como arma principal, y su cariño que me llegaba a lo más profundo de mi ser. Y esa sonrisa, la más bonita que he visto jamás. Es ahí donde me quedo; en el momento de carcajada donde sus ojos se cierran por un segundo, y la sonrisa hace que me den ganas de comérmelo a besos. Te quiero.

sábado, 21 de enero de 2012

SIN ILUMINAR LA OSCURIDAD (31/05/2007)

Una vez conocí a un chico muy peculiar. Recuerdo que fue en enero. Vino cogido de la mano del invierno, y con la nieve bajo los talones.

De inmediato pensé que había sido una gran adquisición del planeta. Todo muy centrado, muy conecto, como la tierra y el cielo.
Lo rodeaba una aureola muy poderosa, y sin pensarlo, supe que tendría alguna misión especial en el universo.
Formaba un todo con las estrellas, y podía alinearse con los planetas. Era algo tan profundo, que no podría explicarlo en mi idioma.
Su alma era tan poderosa, que por muchas muertes y maldad que le azotaran, siempre seguiría erguido. Él siempre se preguntaba: ¿Cuánta mala suerte puede venir sin destrozarme, sin atravesarme?
Se hacía cientos de preguntas a cada momento, pero nunca recibía respuesta.
Se sentía un incomprendido, un bicho raro, una oveja negra. Y aunque en un futuro el tiempo le daría la razón, el presente le parecía un asco.
Desconfiado por naturaleza, pero audaz cuando hay que plantar cara a la vida.
Era un centenar de cosas; quizás más defectos que virtudes, pero nadie es perfecto.
Lleno de colores y de tesituras, rebosante de fuerza y energía, emprendió su comienzo aquella noche de nieves.
Con una interna identidad marcada, decidió crear un caparazón donde poder esconderse del exterior. Maquinando cómo escabullirse de conversaciones comprometidas y tratando de huir de comentarios que no tenían lugar en su mente.
Lo es todo y no es nada. Él mismo dice que no es nadie, sólo es mente, cuerpo y alma que va ya por el mundo sin rumbo establecido.
Guarda en sus bolsillos todas esas batallas que le ha ganado al tiempo, y tiene en sus maletas los recuerdos de una vida plagada de alegrías y tristezas.
En un pequeño compartimento se almacenan sus derrotas, que las saca cuando su ego y prepotencia toman el control. El dolor lo lleva bajo la piel, y la tristeza se refleja en su mirada.
Se ha tropezado con muchas piedras, ha topado con mil muros, y se ha levantado de mil caídas. Todo ello en tan solo un par de décadas, que han marcado un antes y un después en la vida de muchas personas. Ha herido y amado a muchos seres, pero también es consciente de que la vida se trata de eso.
Gente de todos los colores han dejado huella en su propia identidad. Sacudiendo su cuerpo y haciendo vibrar su voz hasta la nota más aguda.
Y mientras, él solamente desea pronunciar palabras que nunca se han dicho antes y sonidos imposibles para unas cuerdas vocales humanas.
Esperando en el balcón le gustaría poder reír a carcajadas y ser capaz de decir: “Muchas personas esperan una vida entera por disfrutar de un momento como este”.
Sin embargo, ese momento parece estar sepultado en alguna jungla escondida en la Atlántida, donde no existe espacio y tiempo. Pero su esperanza es mucho más fuerte que todo eso. Desea poder romper las riendas de su destino, sin resignarse a seguir siendo lo que los demás quieren que sea.
Sus ganas de vivir le pueden más, y de repente, se encuentra en medio del océano, estancado en un mar de inquietudes que no sabe si podrá cargar por mucho tiempo.
El saber le corroe, y la injusticia lo corrompe.
Se guía por la estrella del norte, que le indica cada noche dónde se encuentra y le da fuerzas para seguir adelante. La luna lo acompaña en su camino, y el sol le indica la dirección.
La rosa de los vientos es su única brújula y en su muñeca no lleva ningún reloj. El tiempo no volverá a condicionarlo nunca más.
Recuerdo que un día me dijo: “Si pudiera de contarle al mundo una cosa, diría que la cordura empieza al final de la locura, porque nada es lo que parece ser”. La teoría de los espejismos siempre fue una aventura para él, y cuando las cosas iban mal, se tumbaba en la arena y cerraba los ojos. Pensaba en el más allá, en lo que hay detrás del horizonte, en lugares aún por explorar. Sabe perfectamente que el que se estanca en paisajes habitados, nunca podrá caminar por senderos desconocidos.
Con el paso de los años se encuentra en un lugar que no reconoce, y mira atrás. No sabe por qué, pero mira atrás. Ve un collage de recuerdos turbios e imágenes borrosas. Sonrisas y lágrimas en un mismo hogar, donde todo lo que fue ya no será jamás.
Y su deuda pendiente, contra la que lucha cada día. Con fuerza, pero en vano. Creer en sí mismo. Confiar en su sombra, y dejarse llevar por su ser, pero es imposible.
Duerme con un ojo entreabierto por si alguien entra de noche por la ventana a hacerle daño, y siempre mira a ambos lados de la carretera cuando va a cruzar. Una de las lecciones de la experiencia, que tan fuerte le ha atizado desde su juventud.
Valorar la vida al máximo fue su asignatura más brillante, aunque nunca aprobó el curso de intimidación. Siendo incapaz de mirar a alguien a la cara mientras habla, pero es imposible cuando se siente empatía innata. Puede sentir el dolor ajeno en sus miradas.
Nunca se ha entregado a nada al máximo, pero siempre ha intentado sacar lo mejor de la vida.
Después de varios años sigo viéndolo como un niño, comiendo piruletas con los libros en la mano. Estudiando durante años sin saber la razón. Cargando folios con historias que no le interesaron especialmente, pero que fueron escritas en algún momento del pasado. Aprendidas y borradas después de una semana. Sólo se queda con lo que realmente valora, y borra el resto de su mente. El cerebro es limitado y el suyo está cansado de tanto pensar.
Con los pantalones rotos y la camisa arrugada se ve a sí mismo como el reflejo de lo que quiere ser. Al fin se siente a gusto con lo que lleva, y puede sonreír por ser como es. Totalmente abstracto, y humano como el que más. Indescriptible, peculiar, único.
Nunca supo jugar al fútbol, ni era bueno con los videojuegos. Nunca le interesó la política, ni se sintió atraído por los niños, pero sabe de sobra que el mundo gira con billones de personas que no tienen nada en común. Y es que por eso se inventó el arco-iris, para que cada uno tuviese un color distinto donde elegir. La vida es muchas cosas, pero sobre todas ellas es mágica.
Difícil hablar de alguien que nunca has podido abrazar, pero la omnisciencia lo puede todo.
“No te puedes pasar la vida esperando a que la vida pase como esperamos” me dijo un día. Lo que no sé es si él lo tiene muy claro. En más de una ocasión lo he visto esperando en la calle debajo de la lluvia. Sólo en caso de que esa persona especial pase por su lado y le regale una sonrisa. Y viendo como pasa el tiempo, se hace viejo en su propio cuerpo. Esperando a quien nunca vino, y creando historias que probablemente nunca serán grabadas.
A veces se deja la vida, y otras veces se encierra en su habitación. Ahogando su almohada entre lágrimas, o secando su toalla a carcajadas. Un lugar donde las esquinas se encuentran. Una dimensión al otro lado del mundo, donde su realidad y la fantasía se mezclan de forma homogénea.
Justo ayer, lo vi sentado en su muro. Apuesto a que estaba pensando en su futuro, tan incierto como difícil. Llevaba una bufanda de colores y unos tenis amarillos, a juego con su cinto.
Parecía estar muy serio, pero esa es la forma de su cara, con una mueca de enfado. Miraba hacia el cielo, supongo que estaba esperando a que cayera un aguacero. Siempre piensa que cada vez que llueve es porque las personas que hemos perdido en el pasado tratan de decirnos algo. Y así se pasa las horas; sintiendo la lluvia bajo su cuerpo, e intentando descifrar el mensaje de esa persona que tanto echa de menos.
Deseando que en alguna otra vida, puedan coincidir al menos durante unos minutos para fundirse en un abrazo, y despedirse como no pudieron hacer en esta. Mientras tanto, se contenta con esperar que en alguno de sus sueños vuelva a verla aparecer por esa puerta, como cuando se fue hace ya tres años. Para así, poder decir muy seguro de sí mismo, esas palabras que no pudieron salir en su momento, pero que dormían dentro de su ser: “Te quiero”.

UNA VIDA EN UNOS SEGUNDOS (03/04/2007)

Un día normal, con el tiempo en los talones, y persiguiéndome durante todo el día. Diciéndome que no lo iba a conseguir, que acabaría agotado, y que después de todo mi cuerpo tiene un límite.

Mi testarudez salió una vez más y me puse a prueba a mí mismo. No había opción; tenía que hacerlo todo. De otra manera, hubiera sido en vano, y no lo iba a permitir.
Me puse en marcha, salí de casa muy temprano, y empecé la jornada agotadora que me esperaba. Dentro de lo malo todo iba bien, aunque el sueño venía a por mí de vez en cuando. Yo resistía, y un poco de cafeína hizo lo demás.
En mi camino hacia mis sueños, justo al fondo de mi ciudad natal, apareció aquel ángel.
Yo iba con mi mente en blanco, inmerso en las palabras que salían de los altavoces. Nickelback me decían que algún día, de algún modo, las cosas irían bien, pero no ahora mismo…algún día.
Volando con el viento y mi visión nítida y hacia el frente. Estaba concentrado, quizás más concentrado de lo que jamás lo volvería a estar.
No escuché nada, solo vi que el coche se hacía cada vez más grande. En cinco segundos me dio tiempo a mirar el espejo retrovisor, girar el volante con rapidez y pisar el freno con todas mis fuerzas. Giré a una velocidad vertiginosa, mientras veía mi final llegar.
Decidí correr como un loco sin importarme lo demás.
Pensaba en mil cosas. Todas esas caras que han pasado en mi vida dejando huellas hicieron acto de presencia en mi mente. Momentos vividos, alegrías inmensas y sonrisas de ensueño iban apareciendo a la velocidad de le luz en mi cerebro.
Otra parte de mi mente sólo pensaba en escapar, en desaparecer, en desvanecerse.
Aunque la realidad fue muy distinta. La astucia tomó el control y me obligó a salvarme el pellejo. Después de todo somos un equipo, y si algo falla…Raúl deja de existir.
Finalmente los pies me apoyaron y pude ponerme a salvo.
Respiré muy rápidamente, casi sin aliento. Me senté y miraba el destrozo. Vidas tambaleándose, coches destrozados, y yo en medio de ninguna parte. Seguía respirando, pero no podía hablar. Primera vez que la voz me era infiel. No quiso decir nada, simplemente dejó que mis ojos tomaran el protagonismo.
Mi mente intentaba asimilar lo imposible, y no veía lógica alguna.
Seguía sentado…un extraño vino hacia mí y me hizo cientos de preguntas que para mí solo eran murmullos, preguntas retóricas que eran imposibles de responder. Mi voz estaba en huelga indefinida y mi corazón apunto de estallar.
Solamente pensaba en lo que pudo haber sido todo, en el final de los finales, y en dónde me encontraba en aquel momento.
Sentía que si realmente fuera un gato, me quedarían seis vidas. Pero me olvidaba que otra vida está con mi madre, así que debían de quedarme cinco, quizá menos. Pero me sentía un gato después de todo.
Pensaba en que podría haber sido el final de todo, un adiós forzado, y un nuevo camino hacia ningún lugar. Pensaba en todo lo que me queda por hacer, en todo lo que quería conocer, y hasta dónde quería llegar. Pensaba en los besos que me faltan por dar, en los abrazos que necesito de los demás, y en los te quiero que me faltan por decir. Pensaba en tantas cosas que mis neuronas estuvieron apunto de quemarse de una sobrecarga. No podía hacer nada, sólo pensar, pensar y pensar. Darle vueltas a las cosas y revivir en mi mente lo que había pasado, una y otra vez.
No se si llamarlo milagro, golpe de suerte, o que el destino no había llegado a su fin.
Lo cierto es que sigo aquí, más agradecido que nunca, más sonriente que nunca y más afortunado que nunca.
Quizás empiece una racha de buenos tiempos, quizás nunca me deshaga de mi mala espina, o quizás mañana no tenga tanta suerte, pero hoy sigo aquí, con mis sueños por delante, mi futuro en el aire, pero mis ideas claras a cada instante. Y seguiré siempre hacia delante; hacia atrás ni para coger impulso.

VEINTE Y SEIS

"AQUEL QUE TIENE UN PORQUÉ PARA VIVIR SE PUEDE ENFRENTAR A TODOS LOS COMOS".

                                                                                                                                                                         Friedrich Nietzsche

PATIENT SUFFERER (27th February 2006)

Living in the future where no god can guarantee
To be healthy enough to keep alive all my dreams
Shadows torment that faint sparkle within
Forgetting the weight that I loaded to begin.

Now being in the darkness where no one wants to be
Now being in the sadness where is pretty hard to breathe
No loss but no win, no death but no feel
Never wondering what the point of getting this is
Never doubting what’s better to stay or to leave.

Should I paint a picture of blue skies to feel fine?
It could be fine to be painted with blurred blue lines
People talking….saying nothing
Crowds shutting…never knowing
Times goes by, but I’ll remain
Live goes by, but I’ll stay.

Holding on to reminiscences that I’ve never been able to understand
Putting faces to bodies that I only digress in my deepest fantasies
Tearing apart while blinking in the uncoloured thicker sand
Creating reasons to conclude the pain of my constant memories
Encouraging my brightest thoughts even though indefensible
By a man that cannot stand still that seems to be unbreakable…
So tell me, who is going to stop the rain?

Should I paint a picture of green hopes to feel fine?
It could be fine to be painted with erased green cries
People talking….saying nothing
Crowds shutting…never knowing
Times goes by, but I’ll remain
Live goes by, but I’ll stay
I’ll stay awake….one more day.

MÁS VIEJO AÚN

Forjé un amor que no pude dar
Se marchó lejos sin apenas luchar.
Me vi subiendo montañas bajo la lluvia torrencial
Me vi nadando en barrancos sin poder escapar.

Ahí permanecía mi espíritu, junto al lago del dolor
No supe ver que necesitaba bañarse en color.
He dado tantas vueltas sin saber para qué
Cometí tantos errores sin saber por qué.

¿Alguna vez podré dominar cada una de mis emociones?
¿Alguna vez podré controlar todas mis cuatro estaciones?
Nunca sabré…
Jamás lo sabré…

Mi vida murió, comenzó y volví a malgastarla
Por miedo a cambiarla por alguien como tú
Pero el tiempo arruga mis gestos por completo
Para demostrarme que no puedo ser tú ya…

Da igual cuántos pájaros canten nuestra canción
Da igual cuántos recuerdos adornen mi ilusión
Nada volverá al lugar donde todo comenzó
Aquel único espacio en el que yo podía ser yo.

TO...DO



¿Acaso hay algo más bonito que los colores de la vida? Todos y cada uno de ellos reflejan la variedad de este planeta. Etnias nacidas verdes, azules o rojas. Fucsias, malvas o turquesas. Algunas únicas en su tonalidad, otras muy parecidas, pero distintas a su vez. ¿De qué color seré yo? Veo tonos amarillos, anaranjados y otoñales en mis ojos, pero azules fríos y verdes esperanzadores llenan mi alma. Me encanta el planeta Tierra con todo su esplendor, con sus personajes que lo habitan y lo manchan de arco-irises eternos y duraderos. Cada color con su opinión, ya sea positiva, negativa o neutra. Todos con una voz, con una forma de expresarse, con una manera de sentirse. ¿Acaso no es hermoso tantas personas puedan convivir juntas?

Veo individuos plateados y dorados, tan ostentosos como querían y no pudieron ser. Muchos negros y blancos, que se mezclan formando grises tristes y sombríos. Miradas penetrantes que brillan más allá de la oscuridad, de la luz. Un lugar libre de guerras, de impuestos, de imposiciones. En el mundo de los colores no existe semejante cosa, todo es diferente. Sonrisas y llantos ayudan a cada uno a forjarse hasta convertirse en lo que son: colores puros con almas inmortales. ¿Quién no desearía algo así? Brillar para siempre viendo crecer flores y árboles, viendo florecer tonalidades nuevas que surgieron de amores profundos. Un mundo idílico que ha vivido aquí dentro en mucho tiempo. ¿Por qué no desmantelarlo ahora?

TROZOS DE UNA HISTORIA SIN FINAL (07/08/2006)

Y los años pasarán, y las perpendiculares se trazarán, con dos vidas que una vez fueron una, que alguna vez fueron amadas, y que en el pasado serán recordadas. Pero en nuestro presente siguen sin consumirse y el resto del mundo hablando en las esquinas no lo podrá cambiar. A eso se dedican todos, a hablar en esquinas, mientras caminamos con nuestras vidas. Aquí, allí, en la biblioteca, en el trabajo, en la calle…hablan por todas partes, pero yo ya no los puedo escuchar…¿puedes tú? ¿crees que es lo correcto?



Yo puedo acompañarte a casa, puedo enseñarte a jugar a la sordera, a hacerte la sueca, a hablar con los gestos, como un día aprendimos a querernos. Aprendimos lo que fueron las caricias y lo que fueron los besos. Quizás ahora no es el momento, quizás no en este instante, pero los años pasarán y con otro nombre, en otro cuerpo nos volveremos a encontrar. Seguirás siendo tan guapa y tan perfecta como ahora. Comprensiva, sensible y hermosa, entre todas esas rosas, que ni el invierno podrá marchitar jamás. Pero déjame acompañarte a casa, llevarte de manos a donde perteneces y enseñarte a ser más fuerte, a olvidar todo eso que duele, a ignorar todo lo que no se quiere. Es difícil el camino, pero se que puedo hacerlo contigo, confía en mi.


La deuda que comenzó años atrás todavía sigue en vigor, pero pagaré todos los dólares con creces, solo déjame acompañarte a casa. Todo lo que crees que sabes hace que tu vida sea más fructífera, pero si de repente se olvidara todo...¿qué harías? Si te dieras cuenta que ya no eres esa chica con el pelo largo que sonríe cuando está feliz y llora cuando está triste…¿qué harías?


A veces la vida es cruel, pero da igual, ¿a quién le importa lo que nunca más se quedará? No te creas todo lo que veas, todo lo que oigas, porque al final nada importa realmente.


Nunca te lo dije, pero sí que fui feliz, sí que me hiciste feliz, sí que me enamoré de ti. El tiempo jugó conmigo y ahora no soy el mismo, pero puedo decir que sí, que siempre estuve ahí y que sigo estando ahí. Lo puedo decir…porque nunca me fui.


Nunca lo dije, pero me daba lo igual lo que los demás dijesen, lo que pensasen, lo que quisiesen, porque soy el dueño de mi destino. Así que déjame acompañarte a casa, y enseñarte todo lo que aprendí, lo que nuestra historia me regaló, lo que en la vida me dolió. Te enseñaré lo que llena y lo que ahoga, lo que queda y lo que sobra, pero debo acompañarte a casa.


No olvides que un futuro nos espera, conversaciones por teléfono y bebidas en el bar. Sentimientos en el aire y palabras que reflejan lo que somos. Recuerda que aunque me vaya volveré y que un sitio tienes donde yo esté. No olvides que un momento en el tiempo nos perteneció, y que no se borra con palabras. No olvides darme un beso de buenas noches y recordar que te quiero de corazón. No dejes salir más lágrimas de tus ojos porque nadie merece un llanto, y si lo haces no dudes en llamarme, es entonces cuando te acompañaré a casa. Te quiero.


TÚ... (14/05/2007)

Hay veces en las que todo empieza por el final. Como si estuviera escrito en árabe o en alguno de esos idiomas en los que te manchas las manos al escribir al revés.

Otras muchas veces las cosas no tienen principio, o no recordamos haberlo vivido, pero siempre todo tuvo su comienzo. El cerebro no es tan sabio con los años y aprende a omitir partes de ciertas historias. No entiendo el por qué, pero algo me dice que quizás para hacer hueco en nuestros recuerdos. Ya que nadie recuerda el principio de un libro cuando ya vas por la mitad. Es como el intentar resumirlo. Cada uno elije lo que recuerda con más claridad, y muchas veces es imposible, porque en ocasiones todo es abstracto y las palabras son limitadas.
Pues mi vida podría decirse que es algo así. Tan abstracta como yo, pero a la vez muy sencilla. Aún intento comprenderla y buscarle un sentido, pero no resulta sencillo cuando me quedo estancado en cada historia.
Darle vueltas a las cosas nunca es sano, y al final se vuelve todo tan turbio como cualquier ligue de famosos.
Siempre hay dos historias, y nunca coinciden en contenido, pero el tiempo y el espacio las recordarán de por vida. Obviamente cada uno cuenta la suya, pero la objetividad siempre depende de lo unido que esté ojo con la mente del individuo.
En mi caso contaré la mía, que al venir de mí, pues la considero más importante.
En este caso el principio no fue un principio, y el final no se cuando vendrá, de todos modos no quiero averiguarlo.
En un camino donde todo son complejidades, no resulta sencillo hacerse un hueco. Es fácil confundir las emociones y marcharme de la mano del primero que pase.
La promiscuidad nunca fue mi asignatura, y la misoginia no formaba parte de mi aprendizaje. Quizás por eso me encuentro hoy aquí, en la más profunda de las soledades, esperando a alguien que ni siquiera quiere estar aquí, conmigo.
El destino volvió a unir esos dos amuletos que una vez no se pudieron encontrar. Esas dos mitades que aún esperan encajar, pero no se pueden unir cuando sólo hemos hallado una parte.
El tiempo me va reventado los tímpanos para que no oiga los pasos desde el otro lado.
Las aguas del río cada vez son más turbulentas y no puedo construir un puente desde mi lado de la orilla. Necesito que tú me ayudes a edificarlo. Necesito que poco a poco vayas poniendo las piedras una sobre otra, hasta que algún día, no muy lejano, podamos encontrarnos en medio del camino.
Ese día necesitaré que me mimes, que me cuides y que me quieras mucho. Te pediré la vida, pero no para matarla, ni para apagarla, ni para asustarla, sólo para mimarla con caricias. Me gustaría que ese día pudiéramos caminar juntos hacia cualquier lugar. Te dejo elegir el destino, no me importa dónde, si es contigo. Yo te cojo de la mano y seguimos tu camino.
Siempre he escuchado que los puentes al final sólo son túneles oscuros. Me han dicho que las personas intentan atravesarlo juntos y siempre uno se pierde en la oscuridad. Y por eso yo te necesito. Necesito que junto a mi seas capaz de acabar con esa leyenda de pesadillas sin final. Después de tanto tiempo, y sin habernos visto, aún creo.
Y cuesta ser radical y lanzar palabras que actúen de escudo. No es sencillo dejar pasar el tiempo para un futuro incierto. Es duro tener que alejarte de la única persona con la que te apetece estar en algunos momentos, pero una sola alma no puede habitar en dos cuerpos.
Por eso hoy, y desde aquí, hago este llamamiento. En lo alto de esta montaña me encuentro, divisando el horizonte y el sol anocheciendo. Esperando que me digas que falta poco para que amanezca. Para que me digas que no estoy en tu baúl de meros recuerdos, y que te has acordado de esos abrazos que compartimos algún día.
Aún creo que vidas solo hay una, y que hay que sacar lo mejor de ella. Yo aún creo en el respeto, en el amor y en la libertad. Aún me veo capaz de combatir el miedo, y de estar ahí mientras tú vences el tuyo. Te ayudaré y te cogeré cada vez que caigas, pero no me digas cosas que no sientes.
Sólo quiero saber lo que piensas, lo que quieres, y lo que sientes. Me gustaría oírte hablar claro por una vez, y que las palabras no se las lleve el viento.
Si la respuesta a esta réplica es un cielo de nubes grises, no seguiré dibujando arco iris en forma de cartas. Si no necesitas de mi existencia en tu vida, no volverás a ver mi cara en esas calles abandonadas, pero al menos dale la vuelta a ese reloj de arena. Decide que el tiempo se pare cuando hayas terminado de pensar, y ven a buscarme si alguna vez te sientes solo.
Prometí no volver a intentar lo imposible, pero nunca supe mantener mi palabra. Me juré olvidarte y enviarte a esa habitación a la que nunca entro a lo largo de mi vida, pero al final mis ganas de ti pudieron más.
Nadie habla de velocidad, ni de osadía, ni de discreción. Hablo de honestidad, de respeto, y de compañía. Hablo de intentar caminar unidos, y de seguir siendo cómplices en compañía de la luna y aquella noche que nos iluminó.
Se trata de tejer una manta de momentos para cubrirnos en invierno, y de susurrarnos secretos que nadie más comparta.
Quiero que seamos capaces de escucharnos a pesar del ruido y quiero que con una mirada sepas lo que digo. Me gustaría enseñarte que todos los días sale el sol, que no todas las personas son malas, y que se está mejor sabiendo que estás acompañado.
Me apetece querer las cosas que te gustan, y pasar horas contigo sin decir nada.
Me apetece poder terminar esas líneas que un día grabé en un teclado.
Ojala dejases a este poeta demostrarte lo que nunca nadie hizo antes, y ojala dejases a este bohemio enseñarte todo lo que sabe del mundo.
No me hagas reír por no llorar de nuevo, ni gritar al viento que no te tengo. Al menos haz un alto en el camino para sacar la balanza del destino. Elije un punto cardinal y vete contigo a ese lugar escondido donde una fuente te dirá lo que nunca antes has escuchado. Fíate de ti mismo y por una vez di alto y claro a lo que has venido. No trates de adivinar lo que pienso, solo métete en tu cerebro, que yo se lo que quiero.
¿Y si fueras para toda la vida? Pregunta retórica en mi cabeza, que alguna vez sonó, y que a veces me desconcierta.
Y aquí termina esta breve carta con un resumen de lo que hay en mi. No lleva sello, pero está certificada. No tiene segunda parte ni prefacio en la entrada, pero espero que la leas con los ojos bien abiertos, para que no confundas ni un solo sentimiento.
Y aquí esperaré como siempre, con mis ideas claras, con mis ganas de abrazarte y de besarte, y con la esperanza de que mis sueños no se queden en mi almohada.

VEINTE Y CINCO

"EL RACISMO NO ES MÁS QUE LA SOBERBIA DE UN SER EVIDENTEMENTE INFERIOR".

domingo, 15 de enero de 2012

UNA NOCHE EN OTRO MUNDO (16/04/2007)

Estaba escrito en las estrellas, pero nadie lo sabía. Es extraño cómo son las cosas. Todo está planeado en el cielo, pero aquí abajo, en la tierra, todo es una aventura.

Suelo ser de los que planea las cosas, calculando el espacio y el tiempo. Pendiente de cada detalle, y procurando que todo salga bien.
Esa noche fue bien distinta. Aprendí que la espontaneidad puede ser sorprendente, agradable y divertida. Ahora dejo que las cosas surjan solas. Dejo que todo vaya como tiene que ir, y mientras, observo como cada momento pasa por delante de mis narices.
Ese día fue el número dos de una historia que me marcó. Veníamos de una noche muy especial, y nos esperaba un día mucho más mágico.
Nos hospedábamos junto al mar; dos extraños que se conocían y no se conocían. Sabían muchas cosas y no sabían nada. Se querían y a la vez no se querían. Era una paradoja en sí misma.
Todo comenzó en el coche, destino al sur de los deseos. Zonas que desconozco, paraderos que me asustan, y paisajes de otra ciudad. Era tan mágico que nunca pude describirlo con palabras, pero mi cuerpo sentía cada movimiento y disfrutaba de cada instante.
Comiendo manjares de otro planeta, junto a la luz de la luna y con uno de los hombres que más me ha marcado en la vida. Todo perfecto, inmejorable, o al menos eso creía yo.
Reposando después del banquete, cerramos nuestras vidas en unas hamacas que rebosaban energía positiva. Historias venían del este y del oeste. De dos continentes diferentes y que hacían que me hundiese más en el alma de aquel ser.
Ya no había moros en la costa, así que decidimos acostarnos en aquella cama en forma de habitación. Enorme, cómoda, y mágica. Inmortalizando momentos, y repartiendo besos. Todo perfecto.
Entonces vinieron ellas. En forma de terremoto, de nube de humo, de fuego en llamas. Vinieron a abordar nuestra habitación y a llenarla de carcajadas.
Seguro que tenían sus historias en casa, sus caminos encontrados y sus senderos habitados. Todas venían de distintas casas, pero unidas en el alma. Con distintos propósitos en la isla, pero con una meta en común, sonreír siempre. Pasados bien distintos, y sufrimientos pronunciados, pero esa noche estaba prohibido hablar de momentos tristes. Mujeres de pies a cabeza, con admirables vidas por descubrir.
Nosotros solamente sonreíamos, no sabíamos porque, pero nos reíamos. Era imposible estar serio en aquel torbellino de alegría y diversión. Poco a poco el tiempo fue acercándonos más, el alcohol dejaba el pudor de lado, y las barreras ya no existían.
Extraños de distintas edades me rodeaban, y no sentía miedo. Hubo un momento en el que pensé que alguien me pellizcaría la mejilla y me despertaría del sueño. Creí que sonaría el despertador y todo se desvanecería, pero no fue así. Era tan real como la noche anterior. Todo estaba a mi favor. Personas increíbles me hablaban de todas partes y yo apenas decía nada.
Después de no dejar de reír, de bromas y de compartir buenos momentos, las luces se apagaron. Grosería como ninguna que nos hizo reír una vez más. Salimos casi saltando a dar un sorbo de cava. Obviamente la noche acababa de empezar. Cambiamos de ciudad. Esta vez un lugar más concurrido, que yo tampoco conocía. Me sentía un ignorante entre tanta madurez, pero disfruté el momento. Sólo me dejaba llevar.
Persecución de coches y la noche a nuestro favor.
Bailando se nos fueron las horas. Cientos de caras girando a nuestro alrededor, y nosotros los amos del escenario. Complicidad en el ambiente y nuevas caras que grabar en el corazón.
Terminada nuestra misión esa noche, llegó el amanecer. Sin tiempo para recapacitar decidí cantar el resto del camino para espantar a Morfeo y que no viniese a por mí.
Cuando dejé el volante, caímos rendidos en la cama, mi chico y yo.
El tiempo ha pasado y aún ese día sigue nítido en mis recuerdos. Cada uno en un punto cardinal, pero unidos por un momento del ayer. Y estoy seguro de que un día, muy pronto, volveremos a tener una mágica noche. No como esa, porque cada instante es único, pero sí una noche mucho más maravillosa que aquella.

UNIÓN EN LA DISTANCIA (18/12/2006)

Un nuevo comienzo, un nuevo principio que vino cuando creí que sería el final. Ni siquiera me di cuenta de que estaba delante de mis ojos, aunque estuviera con los cinco sentidos en ello. Simplemente apareció de algún lugar que aún no conozco.

El tiempo pasó a la velocidad de la luz, pero pude saborear cada segundo. Y pude comprobar que los charcos más pequeños son los más profundos.
Un extraño se metió en mi alma desde el otro lado del océano, y me hizo ver que si miro hacia arriba, encontraré un cielo aún más azul que ayer.
La energía me volvía a recorrer por dentro, y se renovaba cada vez más. Ahora tenía razones de peso para sonreír y aunque el dolor siguiera presente, en un futuro cedería al fin.
Rompiendo prototipos llegó a un lugar escondido que sólo yo conocía. Y como la brisa marina del océano, me invadió por completo; entumeciendo mis sentidos y susurrando palabras que jamás pensé que pudieran ser dichas. Difícil de creer para un superviviente de los gritos del pasado.
No puedo entender las palabras cuando tengo la cabeza llena de migrañas, pero el tiempo me ayudará a creer en las promesas ajenas, y en lo que se destruyó en un instante.
Cara a cara se desarrolló el principio de una historia por la que hoy que he decidido construir un puente. Pasaremos por encima de todo lo que viene detrás persiguiéndome, persiguiéndonos, y al final descubriremos que ya no quedan más túneles por recorrer.
Un beso después de meses de soledad hizo el resto. Descongelando mi ser hasta donde aún hoy no podría decir.
Aprendí que nunca se olvidan los abrazos, y menos si los he echado de menos durante tanto tiempo. Las caricias y los besos me demostraron lo humano que puedo llegar a ser. Y a pesar de que mi corazón haya estado enfermo en más de una ocasión, hoy late con ganas de vivir. Ya no voy solo, alguien me acompaña. Alguien que quizás no sienta lo que yo, pero que me respeta por lo que soy y represento, y eso me basta.
Caminamos abrazados bajo la lluvia, que poco a poco limpiaba nuestros cuerpos del pecado. El resultado fue una noche mágica bajo la luz de la luna y con un aguacero que no llegaba a corrompernos, sino que nos unía más. Éramos solamente uno, y ahora aunque lejos, lo siento aquí conmigo, metido en mi pecho.
Comprobamos lo que daban de sí cuatro días, y lo intenso que pueden llegar a ser. Decisivos, únicos. Y que se volverán a repetir, pero en otro tiempo y otro espacio diferente. Pero siempre con los mismos cuerpos.

FOOLING ME (8th February 2006)

Pretending what I can’t be, not now

I wonder if it’s me, believing all those theories that in my life I’ve been against
Concealing the key of the final happiness under my true lies…knowing right…being wrong
I want to be a child again, without worries or thoughts again
Because this world is fooling me and it feels too heavy now
I don’t need a chance on life again; I only need to make a pact with the devil
Turning back all the memories, where the wrongness always was right
Devils also stops at traffic lights, devils also pay fees
Finding my tomorrow in the yesterdays, changing all I have for all I miss
And suddenly I don’t know where do I belong…
Did you trust me? Did you believe me?
How dare you! Impossible to see what is not real
A glass which slips away, just like a slight fright.
They shouldn’t have screamed all the realness in my head…
They just should have whispered instead, lying…
The more I see, the less I care. The more I cry, the less I try
However, another day goes by, wondering why I cannot be, why I cannot cry
Many scars, many of them will never heal…never to know
Then I see myself standing here, deceiving myself…doing all the pieces
That long ago created what I’m not, not now
Nothing granted, nothing for free
Begging to all those ancient that I’ve never believed in
Asking them unlikely realities, knowing right, being wrong.

TRANSITANDO...

De tránsito pasé por aquí, y al final me quedé. No puedo empezar a escribir sin saber hacia dónde me llevarán las yemas de mis dedos esta vez, pero sin embargo lo hago…y no sale bien, pero en ocasiones me parece que sí. Si escribo es porque alguien pone interés en leer, si no, ¿de qué serviría molestarse en hacerlo? Igualmente no podría ser de otra manera. Los campos semánticos de mi vida se hacen presentes en todo lo que hago, porque lo amo, y vivo lo que siento y hago lo que quiero. En eso, principalmente se ha basado mi vida en este último lustro. Me paso horas ocupando mi tiempo y el poco tiempo que me queda libre lo paso organizando cosas nuevas. Es cierto que me encantaría tener miles de horas de más para muchas más cosas, pero nadie se imagina lo que da de sí un día y lo intensos que se vuelven a veces. A pesar de todo debo admitir que me gusta mi vida y la forma en la que he decidido vivirla. Creo que no podré seguir con este ritmo durante mucho tiempo más, pero mantenerme ocupado me mantiene vivo. Seguiré así hasta que mis neuronas, mi cuerpo y mi voz me digan que he de cambiar.



Mis semanas parecen sencillas, pero no hay dos iguales. Suelo comenzarlas levantándome a las 5 de la mañana un día, desayuno, preparo el bolso, me pongo el uniforma y salgo de casa (no sin antes hacer la cama y fregar los platos). Trabajo de 7 a 15 de la tarde. En mi trabajo hablo con mis compañeros, que muchos de ellos son grandes amigos. Nos contamos qué hemos hecho en nuestros días libres o la tarde anterior. Creo que todos nos sabemos los nombres de casi todos los familiares de nuestros propios compañeros de trabajo. Nos contamos tantas cosas en 8 horas que a veces siento que son mi familia. En esas 8 horas escuchamos historias y emergencias de todas las personas que nos llaman y no conocemos. No les ponemos cara ni nombre, pero también hablamos de ellas. Se podría decir que es un trabajo complejo e intenso que odias o amas. Yo todavía no me he decantado por ninguno, pero me gusta lo que hago. Al salir de trabajar a las 3 de la tarde caliento mi comida en el microondas que tenemos allí y como tranquilamente. Me cambio y subo a clase. Allí estoy hasta las 20:15 de la noche signando y con mis compañeros de clase, que algunos también son amigos. Nos contamos bastantes cosas, nos reímos y disfrutamos haciendo algo que nos gusta. Una vez finalizadas las clases me vuelvo a vestir para ir a entrenar de 21 a 22. Allí me centro en mi raqueta y las pelotas. No pienso en nada, no digo nada, tan solo golpeo y sigo serio. El tenis se ha convertido en mi confesor. Es mi forma de vivir, de disfrutar de la vida, de hacer lo que descubrí tarde, pero a lo que me hubiera dedicado en cuerpo y alma si el tiempo volviese atrás. Para mí todo tiene un significado: la tierra batida, las biografías de tenistas, los entrenamientos, los golpes, los saques, las voleas, las pelotas, un revés a dos manos….ser zurdo…medio diestro…todo es como tiene que ser. Me convierto en un hombre feliz cuando entro en la pista, cuando salgo de la pista y antes de entrar en la pista. El tenis para mí es la guinda de mi pastel, la que me endulza la vida, la que hace que sea un poco menos jodida. Cuando termino de entrenar vuelvo a casa, me ducho, me pongo mi ropa para dormir y enciendo la televisión. Nunca suelo verla, pero siempre tengo alguna serie empezada o alguna película por ver. Los que me conocen saben que no me gusta la programación española y que no puedo seguir nada todas las semanas (los martes de noche, por ejemplo) porque siempre habrá algún día que trabaje o esté ocupado y no hay nada que odie más que no ver las cosas completas. Tampoco me gusta la radio; no consiento que me digan lo que tengo que escuchar y por eso pongo uno de los más de 100 cds que llevo dentro de mi coche o en mi ordenador. Después de mi sesión de serie casi diaria me pongo a leer, mi gran pasión. Siempre tengo uno o dos libros empezados y siempre los termino. Creo que es la mejor herencia que llegó a dejarme mi madre y mis hermanas y yo la llevamos en la sangre. Así termina un día “normal” en mi vida. Podría cambiarse si trabajo por la noche, duermo por la mañana y voy a clase por las tardes. Intercalo también varias horas a la semana en las que doy clases particulares de inglés a dos pupilos, y que por ahora me van bastante bien.


Confieso que muchas veces me ducho fuera de casa, muchas veces como fuera de casa y muchas veces duermo fuera de casa. Es lo que tiene el vivir lejos, y tener tantas actividades forzadas y seleccionadas a diario. Aunque pueda sorprender a alguien, también tengo vida social, quedo con mis amigos y hago cosas extraoficiales como ir a cenar, teatro, cine, a sacar fotos en alguna excursión o de fiesta algún fin de semana. Siempre he pensado que querer es poder, y yo como quiero, puedo. Mi vida es un círculo que gira en torno a las cosas que me gustan. Quedo con mi familia menos de lo que debería y confieso muy a mi pesar que me conocen bastante menos de lo que deberían, pero las circunstancias no se han podido dar de otra manera, aunque no me quejo. Sigo en pie, tranquilo, feliz, con amigos que me rodean, con gente que quiero y me quiere, que me importa y la que les importo, y que si llamo por teléfono siempre obtendré respuesta. Debajo de mi almohada está mi raqueta, hablo con las manos y durmiendo rezo en inglés. Sergio siempre me acompaña y aunque no diga nada me mira y yo sé lo que piensa, ¿me vas a volver a dejar solo? Sin embargo, es quien mejor me comprende y sabe que él, para mí, es incondicional. Y así es un día de mi vida, con mis más, mis menos, mis prisas, mis horas conduciendo, mis comidas a la prisa, mis duchas en cholas en cualquier municipio, mis ropas de colores o rayas y mis partidos frenéticos de tenis. Soy bastante imperfecto y a pesar de eso, ya me empiezo a llevar bien, y pienso que la tolerancia y el respeto son las respuestas del futuro. El mío, espero…sea largo, sincero, y maravilloso.

jueves, 5 de enero de 2012

UNA PIZCA


Tanto tiempo buscándome y tanto tiempo encontrando a otra persona. En ocasiones no llego a ver del todo la persona en la que me he convertido. Sin espejo que me refleje apenas sé discernir quién soy yo y cuáles son las partes de mí que me he visto obligado a inventar. Cuánto mecanismo de defensa, frases predefinidas para salir del paso de situaciones complicadas. Peligro en labios ajenos, prejuicios en almas hirientes que han querido taladrarme el corazón. Un hombre, es en lo único que veo que me he podido convertir. En ocasiones me quiero, otras muchas me odio, por ser así, por decir lo que pienso, por contarlo alto y claro, por hacerme esclavo de mis palabras en tantas ocasiones. Sin embargo, no puedo llevar mi verdad en otro lugar que no sean mis ojos, así nací y así moriré.
La nobleza, la pureza…tan envidiada por muchos. Yo hasta cierto punto la alabo, aunque otra parte de mí la encuentra insípida, fingida, surrealista. Con la nobleza se viene al mundo, pero para modificarla se necesita experimentar, vivir, continuar expuesto. Hay que ser muy inteligente para combatirla y muy honrado para negarla. A día de hoy, apenas podría decir si un 10% de mí mismo es puro. Lo que sí soy es imperfecto, extraño, colorido, directo. Adjetivos que marcan y tachan haciéndome llevar una cruz muy parecida a la rosada que portaban los judíos del pasado. Me señalan por lo que ven aquí fuera sin molestarse en indagar un poco más. Yo también en ocasiones me odio…maldito yo, que ha osado revelarse contra todo pronóstico, contra toda teoría. Busco mis propias doctrinas y las defiendo hasta el final de los días y todo conlleva que el precio a pagar sea aún más elevado del que he pagado ya.
¿Quién soy en realidad? Aquel chico de pelo alborotado y ojos marrones que se fue de viaje una vez para darse cuenta que su lugar nunca estuvo aquí. Aquel hombre ya crecido en experiencia que porta en sus maletas nada más que ilusión y lágrimas, aquel individuo que sonríe para que no lo vean llorar, que utiliza las carcajadas para sentir menos dolor, que pierde las miradas al caminar y nunca la mantiene fija cuando habla. ¿Será acaso inseguridad? ¿Desinterés? Como todo lector, que busca siempre la biografía de su autor en cada una de sus palabras, que espera conocerlo a través de sus versos y que apenas sabe que como todo maestro de las palabras…se pueden manejar para crear ilusiones ópticas, irreales que todos creen menos quien las crea. Digo blanco, pienso negro, digo negro y pienso añil, pero nadie sino yo lo sabe. ¿Qué pasa cuando no sé quién soy yo?
Lo más complicado de mi vida siempre ha sido vivirla, con sus pros, sus contras, sus favores y deudas. Todo un mejunje que ni yo mismo comprendo. Me visto de arco-iris, me disfrazo de villano y al final acabo perdiendo la partida. Guitarra en mano para cantar lo que no soy capaz de decir, muevo las manos para decir lo que otros no pueden cantar y escucho para guardar lo que a veces no se quiere decir. Todo un trabalenguas de sentimientos contrapuestos, de historias trágicas de muertes prematuras y despedidas solitarias. Noches de lágrimas, llantos enfurecidos gritando al viento y maldiciendo toda religión que no enseña nada, que no adoctrina a nadie. Furor es lo que falta, pero aun así soy visceral. Nunca una palabra me había descrito tan perfectamente….visceral. Da miedo hasta decirla en alto, pero la pasión en ocasiones me puede más.
No voy si no me gusta, no aparezco si no me apetece, no me pronuncio si no tengo nada que decir. ¿Acaso es malo ser así? El ser humano nació libre, y yo lo soy por naturaleza, libre para decidir con quién estar, para escoger los lugares en los que presentarme, para buscar las palabras que quiero decir, sean verdad, mentira o dolor. ¿Por qué actuamos así? ¿Por qué tanto sufrimiento gratuito y obligado? Forzado, acabado… voces en mi cabeza que me gritan lo que no deberían, historias que cuentan lo que ya sé, lo que ya viví y nadie más puede comprender. ¿Qué más da si lo cuento un millón de veces? Es mi elección hacerlo y hablo de lo que vivo, de lo que siento y de lo que me he alimentado. Confieso que si la nostalgia me hunde hoy y cada noche puede que sea por mi culpa, pero hay determinadas situaciones que no se pueden controlar. Ojalá pudiera mandar en la memoria, en los recuerdos, en el pasado. En ocasiones incluso llego a pensar que este soy yo: un hombre hecho de pasados, ardiente de presentes y ansioso de futuros. Y puede que sí, que sea cierto, que al final de todo….yo también pueda ser alguien.

domingo, 1 de enero de 2012

LEY 51

"LOS CHARCOS MÁS PEQUEÑOS SON LOS MÁS PROFUNDOS".

2012

Tras las campanadas y las uvas de 2010, el nuevo año 2011 se presentaba espectacular, brillante, seguro de sí mismo. Parecía que hasta yo mismo lo tenía todo y nada podía estropearlo. Nunca hubiera predicho un año tal como llegué a vivirlo. Tuvo sus altos, sus bajos, sus medios… lágrimas, risas, tristeza…un nuevo año que me deja marcado para bien y para mal.


Enero pasó rápido con un cumpleaños bastante complicado que casi prefiero no recordar. Personas que se interpusieron en mi camino y nunca pedí, ni quise, ni sentí. Tan sólo eran una prueba más, para enredarlo todo un poco más. Carnavales discretos y bastante sufridos por mi parte. Amistades compartidas, lágrimas con noches cortas que sacaron lo peor de mí, aunque la paciencia apaciguó los ánimos. Las clases seguían impredecibles, sacando lo mejor de mí a toda prisa sin siquiera saber si tenía opciones de pasar a 2º. Tras largos meses de esfuerzo, de noches sin dormir, de mucho trabajo laboral y académico conseguí que llegase junio con notas inmejorables para mis bajas expectativas. Mi vida y convivencia en pareja fue un tanto extraña. Todo iba bien, pero no tan bien del todo. Si a alguien tengo que agradecer haber podido abarcar todo es a él, pero sin embargo…algo fallaba.

Junio finalizó con otro sueño cumplido, viaje a Stonehenge. Se terció turbio, pero divertido. Yoda una experiencia llena de sorpresas con personas que conocía, que no conocía y que creía conocer, pero no. Gratos sentimientos y momentos vividos, con toques agridulces en ocasiones. Amigos del pasado durante unas pocas horas, y un paseo por Londres que se me antojaba apetecible. Finalmente se hizo lo que se pudo y esos 5 días dieron más de sí de lo que un día se pensó. Verano turbulento. En julio se rompió mi relación de dos años y medio con muchos motivos, pero sin motivos aparentes. No sé cómo ocurrió, pero la confianza se asfixiaba y yo con ella. La ruptura más dolorosa de mi vida y puedo decir que pocas veces he sufrido tanto por una persona. Se mezclaron tantos cambios que no me veía capaz de seguir adelante. Buscar piso, tres gatos a repartir, reparar y pintar una casa llena de recuerdos, resentimientos escondidos, terceras personas que aparecían demasiado pronto y descubrimientos de una persona que creía conocer, y al final resultó ser algo diferente.

Agosto acabó conmigo… mudanza a la Victoria, una de las montañas más despobladas de la isla en la que iba a vivir desde entonces. Sin cobertura, sin internet, sin redes sociales. Tan sólo yo y mi circunstancia. Todo en cajas, mi vida, mis sentimientos, mi orgullo. A mitad de ladera me instalé a pasar frío y humedad. Comenzaron las clases y decidí tomar una de las decisiones más acertadas que podía tomar (dividir el curso en dos) para hacer las cosas con calma. Se me solapó uno de los peores meses del año (tan sólo superado por el fatídico julio) en el que estuve semanas convaleciente con operación incorporada. Dolor físico en su máximo esplendor y pidiendo favores a diestro y siniestro para que las cosas no fueran tan mal. Ya ni recuerdo a quién más he de agradecer ni la de veces que tendré que volver a hacerlo, pero ciertamente sin ellos no hubiera superado ese bache. Todo terminó a mitad de octubre, que tuve que ponerme al día para que las clases fueran algo mejor. Afortunadamente pude organizarme mejor y poco a poco iba viendo resultados que no esperaba en absoluto.

Quizá lo más positivo del año fue la recuperación del cáncer de mi padre, que tras el tratamiento pareció remitir y esperamos sigue sin empeoramientos inesperados. Con los nervios a flor de piel y manteniendo la compostura para que las cosas fueran mejor de lo que podíamos llegar a esperar. Mi nuevo sobrino nació, más pronto de lo esperado, pero bienvenido igualmente. Tras largos días en el hospital y sufrimientos colaterales incontables apareció el segundo peque de la familia. Después de todo lo ocurrido era la mejor noticia que podía venir y ciertamente superó expectativas. Ya era hora de contar con nuevas altas sin tener que sufrir bajar de ningún tipo. Lo siguiente más positivo vino en forma de persona. De esas que aparecen de repente como hadas para salvarte de situaciones al límite. Afortunadamente me salvó de mi mundo sin aire sin apenas conocerme. Poco a poco se fue metiendo en mi vida, y ahora tiene su hueco holgado en mi corazón y para quedarse. A partir de ahora todo en manos del tiempo, espacio y destino. Gratitud infinita y desinteresada que ya no hay palabras que la hagan fluir. Lo tercero más positivo del año fueron unas notas espectaculares con las que no podía ni soñar. No se trata de un número, sino del esfuerzo que vino atrás, de cómo fui capaz de superarme por fuera, estando tan desequilibrado por dentro. Hoy, y después de todo lo que ha ocurrido, tengo claro que seré intérprete y tan sólo una lesión física podrá impedirlo. No hay duda.

Noviembre y diciembre pasaron fríos, apurados, estratégicos y apenas pude saborearlos. Mi escasa economía me alejaba de toda vida social y luchando día a día por ahorrar unos céntimos parece que el final del año está siendo un tanto positivo para mi bolsillo. Me he quitado varias personas que no tenían cabida en mi vida, que no soportaba y detestaba profundamente. He hecho que signifiquen aún menos de lo que antes lo hacían y lo mejor de todo es que me he vuelto impermeable a sus insolencias y envidias. 2011 ha resultado ser bastante variado, pero para mí no lo suficientemente positivo como debería. Me quedo con que no ha habido ninguna despedida inesperada en forma de baja, que ya parecían ser habituales años atrás. 2011 fue sabio, pero también me hizo daño. Ahora espero que 2012 sea un año especial, lleno de proyectos conseguidos, de metas logradas, de objetivos alcanzables y de salud para poder realizarlos. Tan sólo me conformo con que no me aleje de lo que me gusta hacer, de la lengua de signos, del tenis, de mis amigos, de mi familia, de mi trabajo y que todavía me quede tiempo para celebrarlo. Igual es muy pretencioso, pero ¿quién dijo miedo? Bienvenido al fin, 2012.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE