domingo, 23 de octubre de 2011

VEINTIDÓS

"LA VIDA ES UNA SERIE DE COLISIONES CON EL FUTURO; NO ES UNA SUMA DE LO QUE HEMOS SIDO, SINO DE LO QUE ANHELAMOS".

GENTE

-Hay gente que sabe escuchar. Gente te mira a los ojos, que te llama por tu nombre, que sabe cómo hacer que los silencios hablen. Gente a la le gusta la gente.



-Hay gente que se ríe de sí misma. Gente que es consciente de que estará con ella misma el resto de su vida. Así que, teniendo en cuenta que una vida es mucho tiempo…mejor llevarse bien, ¿no?


-Hay gente que no aprieta el tubo de pasta de dientes desde abajo. Ni necesita abrir el paraguas cuando llueve. Gente espontánea, que prefiere la casualidad de encontrarse a la seguridad de quedar.


- Hay gente que solo tiene miedo de tener miedo. Personas que saben que el miedo paraliza, pero piensan que el mundo es demasiado interesante como para estarse quieto.


-Hay gente que no se limita a contemplar el paisaje. Personas que interpretan el mundo a través de los sentidos, que prefieren ver a mirar, escuchar a oí, acariciar a tocar.


-Hay gente que no pone cerrojos en su vida. Gente que te abre sus puertas. Gente abierta, dispuesta a compartir, a escuchar y a dar sin esperar a recibir.


-Hay gente que piensa que debajo de los adoquines está la tierra. Gente que tiene imaginación y la usa. Gente que cree que la palabra “libertad” no debería estar encerrada en un diccionario.


-Hay gente que ve la botella medio llena… que sabe que detrás de un no, a veces se encuentra un sí. Gente que a los obstáculos los llama oportunidades. Gente que piensa que un poco de algo es mucho.


-Hay gente que no siempre pone los puntos sobre las íes. Personas flexibles, que hacen y dejan hacer. A las que no les importa equivocarse porque así tienen una nueva oportunidad de volver a empezar.

MI PETICIÓN EPISTOLAR

Una pena que las cartas ordinarias se pierdan poco a poco en lo más profundo del olvido. Los sentimientos epistolares quedan sepultados al peor de los pasados: aquel en el que el futuro no se para a recordar, a investigar. ¿Qué fue de aquellas vidas separadas por la guerra? Noticias de lo más delicadas que bastaban con un “sí…” o con un “lo siento…”. La emoción de ver aquel sobre con líneas rojas y azules en los bordes y mi nombre escrito a bolígrafo con una caligrafía indescifrable a primera vista. Sellos de varios colores personajes míticos que no conozco, con animales o emblemas que no me son familiares. ¿Acaso no vale la pena seguir enviando cartas tan solo por el mero hecho de notar los pliegues del papel en nuestras manos? La saliva intacta que sella el sobre y ese cuño de hace quince días… El trayecto que lleva una carta es impresionante. Las manos por las que pasa, las ciudades que visita sin ser consciente de ello. Todo ese recorrido para llevar un puñado de novedades, de sentimientos, de pensamientos de un lado a otro del planeta, del país, de la ciudad. Toda una intimidad doblada en cuatro en un par de folios. ¿Quién pudiese recibir una carta escrita a mano en 2011? Yo, desde luego, me muero esperando por ella y, como a veces tengo un lado esperanzador…sé que llegará tarde o temprano.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN VI)

29/12/2005


Soy por ti muy feliz…

Descansando, a cierta distancia, en el borde de la cama pensando en lo que estoy viviendo contigo, y me pregunto: ¿De qué trata esta historia? Me siento como un aprendiz de poeta que con versos pobres pero llenos de sentimiento, intenta conquistar el corazón de una gran dama. Demostrándole el tiempo, que después de tantas lágrimas que descendían copiosamente por mis mejillas, sus más puros pensamientos se iban a hacer realidad. Tiempo es quien te da la respuesta del por qué hay gente que todavía escribe algo a una gran persona amada, como lo hago yo en este momento.

Hasta poco después de habernos conocido no atinaba a comprender qué importancia tenían los detalles o momentos que pasábamos, de lo raro que era todo. Me fui con la sensación de que había dejado atrás a un gran amigo al que solo echaría de menos en mis momentos difíciles y una vez aquí me doy cuenta de que te necesitaba, de que me haces falta, que ya estoy acostumbrado a que estés a mi lado…conmigo. Quiero tenerte cerca pues necesito tu dosis de abrazos y besos. Te quiero. Estoy acostumbrado a escribir lo que siento en papel. Es una forma de demostrar que lo que digo es verdad y que a la larga el tiempo te dará la razón conmigo. Que hay cosas como el amor que no solo se demuestran hablando, pues las palabras se las lleva el viento. Prefiero que me beses sin decir nada, que yo lo haré así, aunque ya no me privaré de decirte una y otra vez lo que tengo escrito en papel: “te quiero y te echaré de menos si algún día estás lejos”. No hay ningún amanecer que no me despierte sin saber que te soñé.

Finalmente quiero que sepas la mayor de las razones por las cuales he sido tu amigo a todas horas: quiero que sepas que ya no solo eres ese gran amigo que un día apareció en mi vida y me dio algo de luz a mi existencia. Todo ha cambiado para bien; que ya no me encuentro con el pensamiento de que no tengo derecho a exigir que confíes ciegamente en mí, de que no tengo derecho a saberlo todo de ti, a robarte tu tiempo, a interferir en tus caminos, a hacerte chantaje con tu bondad, a exigir que llores reclinado en mis hombros a que corras siempre en dirección a mí.

Pendientes en cada momento del reloj somos conscientes del poco tiempo que nos queda para estar juntos. Apuro cada instante para recordar la imagen de esos ojitos marrones, de ese lunar tan precioso en tu cachete, del sabor de tus besos, del sentimiento cuando te acaricio, del olor de tu piel, del contacto de tus manos… de cómo me dices al oído “te echaré de menos”. Sigo tus pisadas porque a veces me pierdo, me pierdo en mil preguntas y al final siempre termino huyendo.

En cuanto a ti a mí qué decir. Son muchas las veces y ocasiones en las que te intenté decir “te quiero”. Veces en las que te buscaba con la mirada para que entendieras que me gustabas, que estaba a gusto de estar contigo en ese momento. Te doy las gracias por haberme leído en contadas ocasiones. Necesito decirte que aunque ayer me lastimaron algunas acciones, los recuerdos más frescos que guardo de ti son de los momentos buenos que no viene al caso enumerarlos porque tú sabes bien de lo que estoy hablando.

¿Qué es lo que espero y deseo? Lo que espero y sueño es que si un día necesitas un par de oídos busques los míos, si algún o cualquier dolor te aflige tengas el valor, sin miedo alguno, de encontrarme, aunque estés cansado, amargado o vacío. Llega a mí y dime que necesitas a alguien como yo. Lo que realmente quiero es que entiendas que no te quiero para mí, sino tan solo para ti. No te quiero con exclusividad, sino con ternura fraterna y sincera. Quiero que entiendas que si fuera necesario daría mi vida por ti…eso me susurra el corazón.

Cómo son las cosas, yo pensando que habría terminado de decirte todo lo que sentía y dispuesto a meterme en la camita me doy cuenta que todavía no te he dicho casi nada de lo que siento. Me levanto y me siento frente a un papel, y como un adolescente enamorado al que se le bloquean las neuronas por no encontrar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos, me pongo a dibujar corazoncitos en el margen de la hoja pensando en ese último beso de despedida de hoy.

Llevo rato leyendo tu carta y me impresiones y me emocionas. Hay poca gente que me haya escrito algo así y de entre todas sin dudar me quedo contigo. Ahora comprendo cómo me enamoré de ti y por qué me dices que de mayor vas a ser poeta. Por fin puedo utilizar esa palabra sin miedo a pensar que es otra cosa lo que siente mi corazón en estos momentos. No sé qué ves en mí, no sé si estaré a la altura de las circunstancias en esos momentos difíciles que sueles pasar, y no sé si podré cuidarte y mimarte como te mereces. No sé si seré un buen apoyo para tu tristeza. Yo tan solo pienso en darle calor a tu corazón, en preocuparme por ti en cada momento, en que estés siempre con esa sonrisa picarona que me vuelve loco, en abrigarte de amor, en demostrarte que lo que pasa entre los dos vale la pena vivirlo juntos. Que se me hace difícil imaginarte lejos, que me conozco y me sentiré vacío, la mitad, todo por no tenerte cerca. Que me veo alguna que otra noche: “Perdona si te estoy llamando en este momento, pero me hacía falta escuchar de nuevo aunque sea un instante tu respiración”.

Cuando estoy por caer yo sé que tu amor me volverá a socorrer. Eres mi poder, mi valor a través de lo peor, mi luz mi cielo azul…mi gran amor aún…por siempre tú. Que somos dos cuerpos jugando a amar, puntos en la oscuridad. Fuimos queriendo cada vez más y nada podía cambiar. El paso del tiempo nos quiso alejar y nuestro amor pudo más.

Bueno, ya conoces de sobra mi faceta sentimental y ya has comprobado que soy en ocasiones un paño de lágrimas. Desde hace un año hasta ahora, las cosas en lo que se refiere a lo sentimental me afectan bastante. Compréndeme cuando te digo que tengo los brazos cansados de soportar el escudo de mi corazón y que no aguantará muchos golpes más. Comprendí que hay batallas que uno no puede ganar solo y así ha sido mi vida…batallas perdidas una tras otra. Que en ocasiones tuve un apoyo que lejos del concepto de amistad, y como las estaciones ese apoyo fue cambiando hasta que acepté que era imposible, que no servía de nada estar acompañado de alguien cuando no estás enamorado y me resigné a seguir solo. Me acostumbré a la frialdad de las paredes de mi cuarto, al llanto de soledad de mi alma. Me dediqué a guardar mis problemas para poner atención a los problemas de mi entorno. Es ahora cuando después de tanta penitencia entra un rayo de luz bañado de calor a mi cuarto oscuro de mi alma.

Te vi en ocasiones lejos de mi alcance por mucho que estuvieras a mi lado y hoy te tengo como compañía en la cama, diciéndome al oído te quiero mucho. Se terminó mi agonía de quererte detrás de un cristal sin poderte tocar. Yo lo tengo claro y sé lo que siento. No pienso subirme al avión pensando que me falta dar un beso a alguien como me pasó la vez anterior. Quiero que seas tú la última cara que vea antes de subirme al avión para comenzar con nuestra separación. Incluso ahora, escribiendo, siento cerca ese momento y la tristeza me embarga de no verte allí. Me voy sin la sensación de la calidez de tus besos…y por eso quiero que estés allí, porque me haces falta. Necesitaré ver a esa persona de la que estoy enamorado…de ti Raúl.

Todo empieza a cambiar en mi vida, me siento a gusto, satisfecho de lo bien que nos va todo, de lo bien que congeniamos, de que aún mantengamos esa magia del principio. Todo está cambiando desde la última vez que estuve por aquí. Noches vividas desde que llegué, traducidas en momentos que quedan aquí grabados. Me encanta que ya se lo hayas contado a tus mejores amigos, que ya es oficial, eres tú el ángel que me custodia.

Te quiero mucho Raúl, y quiero estar contigo siempre. Acuérdate de este bobito cuando leas esto. Un beso y un abrazote enorme….

J.G.A.

LEY 49

"EN UN VESTUARIO VACÍO, DOS INDIVIDUOS CUALESQUIERA QUE SEAN, TIENEN ARMARIOS CONTIGUOS".

sábado, 15 de octubre de 2011

PAX...

Dicen que el mundo finalmente vuelve a su lugar, con otra cara diferente y otro color, pero sigue siendo el mismo en el fondo. Yo siempre he pensado que se trata de algo más que un punto azul lejano lleno de agua. Aunque África también forme parte del mundo para algunos sigue siendo el continente de la contaminación destructiva. Para muchos la inteligencia reside en occidente, en América del Norte, en Europa. ¿Acaso no hay seres de inteligencia suprema allí abajo? Definitivamente sí, pero malgastan sus neuronas buscando la forma de encontrar un pedazo de pan.



El ser humano no es más que lo que puede llegar a comprar. Es un parásito de piel y huesos. Una mente criminal y egoísta. Compartimos vidas, pero seguimos estando solos. Lo que se dice nunca es de verdad, jamás es corazón. El cerebro sigue tramando de las suyas en su interior y acabamos con comportamientos rudos, obscenos y hasta obsesivos. Buscamos cuerpos con los que satisfacernos, llamamos felicidad a cualquier cosa mínimamente buena que nos pasa para darnos cuenta finalmente que es tan inalcanzable como las estrellas.


¿Y si el mundo no girase? ¿Y si todo fuera una mentira? Un mal sueño quizás, un puñado de historias inventadas por una mente dominante que nos controla a todos. Un planeta de seres de colores como los que saca la televisión cuando no tiene nada mejor que ofrecer. Si la vida se detuviera tendría que existir algo más, alguna mala segunda parte que todos critiquen, pero luego vivan con entusiasmo. Un día nos vamos a la cama creyendo ser alguien y al día siguiente no nos despertamos para convertirnos en cenizas en una urna.


Virus que nos atacan, enfermedades que nos acechan, dolores de alma, de colores diferentes, de todos los recovecos de nuestro cuerpo. ¿No es eso suficiente tragedia como para encima ir arrebatando vidas ajenas? Sectas, terrorismo, violaciones, asesinatos, accidentes… que alguien me diga un antónimo que me ayude a seguir viviendo aquí, a querer engordar más kilos y continuar con lo que empecé décadas atrás. ¿Paz? ¿Se trata de eso? Una simple palabra de tres letras me tiene que llegar de forma alentadora para seguir siendo yo. Motivación no conseguida…


Todos hablan de paz, de palomas blancas, de tranquilidad, de manos levantadas, de cuerpos limpios. ¿Dónde se esconde la paz? Yo lo sé…se esconde al final de las guerras, cuando ya no queda nadie, cuando el silencio taladra, cuando las lágrimas impiden seguir viendo, seguir hablando. Ahí se esconde la paz. ¿Eso es lo que queremos? Paz después de guerra no son mis días…definitivamente no lo son. Paz debe ser otra cosa, debe ser evitar, conseguir, alcanzar, llegar, vencer, ganar, ayudar, compartir, repartir, acariciar, abrazar, rozar, sonreír…todo ello junto debe ser la paz. Sin aditivos inventados por poetas, sin frases creadas por católicos, sin alientos desmembrados por científicos.


No me marcharé hasta que no encuentre la paz, la interior, la exterior, la mundial, la final…cualquier tipo de paz, para mí, la única cosa que cuenta. Amor con paz, convivencia con paz, sexo con paz, alegría con paz, conversaciones con paz, cenas con paz, trabajos con paz, monotonía con paz. La paz ha de poder con todo, se ha de escribir en el cielo, con mayúsculas y en las ondas de los estanques, en la sal del mar. Los días deben convertirse en paz, y si nadie tiene la intención de ayudarme…a través de batallas sin sangre conseguiré la paz que necesito. Paz…

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN V)

25/12/2005


Después de tanto tiempo, mi primer deseo es que sepas que estas palabras escritas responden a una profunda necesidad de mi corazón. Siendo sinceras y transparentes lo único que buscan es sacarme de adentro algo que nunca se alejó de mí. No pretendo que sientas que lo que busco es tu aprobación o tu perdón, lo que busco es hacerte saber qué es lo que pasada dentro de mí. Después de leerme quedará en ti la decisión de si esto merece una respuesta o no. Escucha mi corazón…¿lo puedes oír cantar? No para ni de día ni de noche. Aunque le suministro mentiras de lo que siento él no se las termina de creer y sigue cantando de felicidad.

En mis sueños puedo verte cada día y me siento cada noche a esperarte por si vuelves a traerme tu melodía. Por si vienes esta vez para quedarte. Nunca supe que podría sentir así, como si nunca hubiera visto el cielo antes. De pronto mi vida no parece vivida en vano y todo gira a tu alrededor. Jamás había conocido la perfección de estar aquí, envuelto en tu calor, amando cada respiración tuya.

Perdona que a veces olvide, pero me suele pasar. ¿Ves? He olvidado si son marrones o negros, pero bueno, solo quiero decir que son los ojos más dulces que he visto jamás. El color del dolor ayer tiñó mi fe, quiero recuperar la paz que perdí. Es más fuerte que yo estar sin ti. Que yo te necesito, me haces falta amigo mío, que seguir sin ti es mi sentencia y mi castigo, que te necesito y que sin ti todo anda mal. Mi boca y mi ser quieren que estés aquí conmigo. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino. Eres tú, amor, mis ganas de reír.

Ahora ya no me arrepiento. Que estoy en un sueño ya y no quiero despertar, prefiero pensar que todo sigue igual. Prefiero vivir aquí, perdido en mi realidad…dejando pasar el tiempo. Ahora que mi vida se encuentra normal y que tengo en casa quien sueña con verme llegar. Ahora puedo decir que me encuentro de pie, ahora mi futuro empieza a brillar.

Que tengo presente en todo momento tu miedo. Que sabes de mi pasado, del que no estoy orgulloso ahora. En todo este tiempo me he dado cuenta que he obrado en algunas cosas mal, o quizás, las podía haber conducido de otra manera. Pero no quiero vivir contigo en el pasado. No quiero ser el libro que no sabes el final y te asusta lo que lees.

A pesar de que la luna no brille mañana, me dará igual porque solo verte reír es lo que le hace feliz a mi alma. Esta vez quiero ser yo la luna llena que te espera y te ilumina. Ahora que te veo niño ya te echo de menos. No imagino mis heridas si algún día te vas lejos. Ojalá que nuestros ojos sí brillen mañana. Que tu voz siga pidiéndome a gritos amor, a gritos de esperanza. Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo, ni perderme por mi absurdo ego ni un solo momento.

Te quiero Raúl

 
J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN IV)

23/12/2005


Por fin llegó el avión. Me faltó ponerme de rodillas y besar el suelo. Llegando a casa le mando un mensaje al “pollo” diciendo: “ya llegué”. Lo hice con la esperanza de que él me contestara y me dijera de quedar. Pasan unos minutos y me llega contestación y la sonrisa me llega de oreja a oreja. Después de dos semanas lo volveré a ver. Me contengo y lo saludo como siempre “hola pollo”, aguantándome las ganas de besarlo y abrazarlo. Algunas razones solo las puede dar el corazón. ¿Cómo pudo ser? ¿Cómo he llegado a esta situación? Parece sacada de una novela de amor. ¿Quién tiene escondido el final? Me siento afortunado, después de todo, junto a él recuerdo la felicidad de estas fiestas.

J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN III)

22/12/2005


Ajeno… aquellos pocos compañeros que quedan en el cuartelito y que tienen billete de salida para el día 24 estoy yo en mi litera. Pensando qué habrá pasado con él en este tiempo. Me acerco a mi taquilla y saco de ella como casi todas las noches esas dos hojas llenas de sentimientos que me escribió. En ellas me habla de una amistad y de lo agradecido que está por conocerme, ignorando que soy yo el que más agradecido está por tenerlo a mi lado.

Es mi última noche por estas fiestas en esta cama fría; pronto llegaré a Tenerife. Solo faltan horas y es cuando me viene la preocupación. No sé si podré aguantar las puertas cerradas de mi corazón y tengo miedo a estropearlo. No quiero caer en la duda de nuevo. No quiero pasar por lo mismo. Fue como si perdiera el corazón. Me lo habían tumbado en el primer asalto antes. Solo podía en esos momentos estar junto a él, hablar con él e intentar en lo posible no tocarlo, no acariciarle, no besarle en la mejilla. Me dolió pero lo acepté y no seré yo quien se entrometa, aunque sufra en silencio siendo tú el motivo. Me quema el vivir sin tenerle…intentando ser valiente y más fuerte.

Antes de irme la historia cambia. Me cuentas que te dio un crujido el corazón y yo mientras intentando borrar aquella noche que tuvimos. Todo ha cambiado. Días antes de partir noto algo especial por parte de él. Díaz que disfruto al máximo cuando estoy con Raúl. ¿Hacia dónde me lleva todo esto? No lo sé, pero me da miedo el final. Bueno, es la hora de levantarme para relevar en el puesto de imaginaria y aprovecho a escribir algunas de estas cosas.


J.G.A.

CARTAS EN PASADO MENOR (VOLUMEN II)

18/12/2005


Llego a tiempo a la cama faltando cinco minutos para que den el toque de diana, a tiempo de poder ver la foto suya en la cartera. Me pasó algo raro… En la cena, una de las chicas se me dirigió con una sonrisita en la cara y me preguntó qué había dejado atrás para tener esa mirada tristona. Y yo le respondí: “mi felicidad”. Lejos de aquella noche, tumbado ya en mi cama lo recuerdo a él. Recuerdo lo último que hablamos, en el último abrazo que le di antes de mi partida. ¿Qué es ese sentimiento? ¿Amistad? ¿Y qué hace continuamente en mis pensamientos? Estaré… no, mejor no decirlo aunque todo es en vano, ya que mi corazón ha decidido. Volveré junto a él…como cuando me fui. Ese es mi pensamiento y no quiero complicar más las cosas con él.

Por sorpresa, la madrina de mi madre que vive en La Palma me regala unos billetes de ida y vuelta a Tenerife y en ese momento lejos de agradecerle el detalle, me embarga el sentimiento de que lo volveré a ver a él y hago un esfuerzo enorme por aguantar las lágrimas. Los ojos ya los tengo encharcados, pero ya no importa porque estoy lejos como para que alguien me vea llorar.

Me tiene preocupado, lo siento triste y algo le pasa. Algo que él no me quiere contar. Son fechas malas para él. Son noches de recuerdos del pasado que le estropean estas fiestas.

 
J.G.A.

domingo, 2 de octubre de 2011

EL CLUB DE LAS MADRES MUERTAS

Existe un club no del todo famoso, pero muy familiar en mi entorno. Se llama "El Club de las Madres Muertas". Las entradas al club no se venden, ni se compran...sencillamente llegan. Nadie sabe por qué ocurre, o quién es el responsable, pero las órdenes se acatan sin rechistar. Recuerdo perfectamente el día de mi ingreso...de hecho, lo llevo grabado a fuego en mi corazón y a tinta en mi carné. Un lunes 15 de diciembre de 2003 a las 2 de la madrugada. Después de un domingo 14 sangriento e inesperado. Un día de horas que no terminaban, de millones de opciones barajándose en mi cabeza dio paso a otro día aún peor. De repente apareció mi inscripción escrita con pluma imborrable y me vi rodeado de extraños en un club del que ni siquiera sabía que existía.

Una vez allí me vi rodeado de extraños. No supe qué hacía ahí, qué significaban todas aquellas caras tristes, las miradas perdidas, los colores apagados, las medias luces, las lágrimas constantes, las lamentaciones al aire. Yo, con 19 años formando parte de una secta en la que no conocía a nadie. Sin instrucciones de uso, sin protocolo a seguir, sin normas internas. Nadie fue capaz de explicarme para qué servía mi estancia en aquel lugar sin puerta ni ventana, sin salida aparente. Sin embargo, allí me encontraba…vacío, inmaduro, ingenuo y vacío, sobre todo vacío. Mi mueca de desconcierto no dejó a nadie desapercibido y empecé a comprender que en aquel lugar tan variopinto solamente había cabida a personas que habían perdido a su madre.

Me encontré con jóvenes, con adultos, con ancianos, con bebés…allí había de todo. Cada uno sumergido en su mundo sin aire, tratando de sobrevivir con la fuerza que encontraban en cualquier cosa. Todo servía para impulsarse. Para mi sorpresa, a una de las personas que me encontré en aquel lugar fue a mi padre, que me contó que él entró en el club desde que nació…ya que su madre murió al darle vida a él. Me contó también que no existe consuelo, que no existe salida, que no existe principio ni vida. Me contó que todos estábamos ahí porque sentíamos el mismo tipo de dolor, un dolor que no se puede imaginar si no se tiene. Un dolor que nadie jamás comprenderá si no lo ha vivido. Un dolor que fue suyo durante más de medio siglo y que ahora sería mío para siempre también.

Llevo más de 7 años en ese club y todavía me pregunto si estoy pagando por algún crimen. Me cuestiono si realmente era yo el que debía estar ahí y por qué. ¿Acaso mi madre no era igual de buena que el resto de las madres? ¿Acaso no se merecía verme crecer hasta que me salieran arrugas? ¿Acaso no existían muchas cosas que debía aprender de ella antes de irse? Parece ser que no… parece ser que tenía que aprenderlas a base de palos, de soledad y de persistencia. Tropezando en piedras, chocando contra puertas, cayendo desde ventanas. Sin aliento, sin respiración. Aprendí a base de palos, patadas y puñetazos. Todas esas lecciones que cualquier chaval de 19 aprende con su madre…los del club las aprendemos a lo bestia, y no por ello las comprendemos.

No deseo a nadie el ingreso en el club, pero no me cansaré de decir que yo tampoco lo merecía. No hay palabras que consuelen, no existen frases prefabricadas para esto, ni lágrimas con abrazos, u hombros en los que llorar. Nadie puede comprender aquí. Si no lo vives…no lo sabes. No sería el que soy sin este carné que me señala a todas horas, pero preferiría ser otra persona con tal de volver a estar con ella unos instantes. Esa es la primera norma que debía aprender…”has de dejarla ir”, pero todavía no la he aprendido. ¿Cómo voy a dejarla ir si nunca llegué a despedirme? ¿Acaso no me echa de menos? Mi nombre, mi pelo, mis ojos…todo se lo debo a ella, todo fue por ella misma y ni siquiera puedo tenerla para compartirlo. Maldito club de la muerte…una de las razones por las que nunca seré padre…es porque nunca dejaría que mi hijo formase parte de este tipo de clubes. Y si sufrir en silencio y llorar por las noches es lo único que queda…que así sea…

sábado, 1 de octubre de 2011

VEINTIUNO

"LA SABIDURÍA CONSISTE EN SABER CUÁL ES EL SIGUIENTE PASO; LA VIRTUD, EN LLEVARLO A CABO".

David Starr Jordan

507

Y octubre empezó hace diez minutos. Tan solo diez minutos y ya pesa en mi espalda. Solía ser de mis favoritos, pero este año ya lo empiezo a aborrecer un poco. Septiembre me traicionó, apuñalándome por la espalda como nunca lo había hecho...y octubre ya viene con dolor.
Cuando un ser humano sufre una cadena de acontecimientos durante su vida; todos hilados, seguidos, y a cual peor...se empiezan a hacer conjeturas macabras. En mi caso ya no se trata sencillamente de eso, yo me maldigo un poco más y busco la salida rápida. Si no la encuentro...me armo de paciencia hasta que intento tener todo planeado, pero nunca sucede así. Siempre me gustó utilizar la frase de "hay personas que nacen con estrella y otras nacen estrelladas". Igual ese es el motivo que me ayuda a seguir adelante...el saber que me voy a estrellar constantemente con obstáculos que no considero que lleven mi nombre de fábrica.
Llega el momento de contarlo, de gritarlo al aire, al viento y resulta que nada me consuela. El resto de la humanidad parece andar escaso de consejos, de apoyo, de ayuda. No hay palabra que me sirva de alivio, ni acción que haga amainar el dolor. Incluso, en ocasiones...lo empeoran.
Pienso que cada hombre tiene en su interior un cobículo donde guarda sus miserias durante los años que está con vida. Este compartimento tiene un límite y si se sobrepasa significa que ya no puede volver nada más que el final...la oscuridad. De nuevo vuelvo a pensar que mi cubículo está sino lleno...a punto de rebozar y me pregunto qué demonios vendrá después. Tras escribir en el blog acostado desde un sillón ajeno boca abajo...¿qué puede venir? Para mí nada sorprendente...pocas cosas me faltan por vivir. Algo sí me ha quedado claro en los años que llevo siento hombre: "las cosas buenas no siempre ocurren a quien espera".

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE