domingo, 27 de febrero de 2011

RED

Astrología Hindú Había una vez un príncipe indio. Era alto, esbelto y tan guapo como los que salen en las revistas de Bollywood. Todo era tan perfecto en su vida... Las personas lo miraban al pasar, lo envidiaban por su belleza, por su dinero y por su elegancia. Era el soltero de oro que toda suegra ansiaría traerse a su familia. Las chicas suspiraban a su paso y su familia se enorgullecía al ver cómo su retoño se convertía en hombre. Ya buscaban entre los indios más adinerados a la más hermosa joven para comprometerlos, pues así solían ser las tradiciones familiares.
En las celebraciones era el centro de atención, en las discotecas y bodas el rey de la pista, en las reuniones o conferencias era el tema principal. El príncipe tenía todo...lo que no quería. En su interior estaba vacío y se sentía desolado e incomprendido. Sentía una atracción incontrolable por los hombres que nadie sino su diario sabían. Lloraba por las noches, en la ducha, en la cama... Se preguntaba si era normal lo que sentía, si en un mundo complejo y organizado cabría su imperfección selectiva.
De repente el príncipe dejó de sonreír. Ya nada le hacía feliz y nadie entendía por qué. En sus sueños aprovechaba cada segundo para escapar de la realidad y poder ser la persona que quería ser....sin riquezas ni coronas. Ante él se levantaba la decisión más importante de su vida, ¿serle fiel a su cultura o a su corazón? ¿Tener todo o nada? Si todo significa la vida que lleva...igual prefiere no tener nada. Sin embargo, su todo es la felicidad que para el mundo exterior no es nada.
Meses después...tras bajar unos kilos en forma de lágrimas decidió ponerle fin a tanta farsa y tanta mentira. Como su propia familia y cultura le había enseñado, todo tipo de noticia relevante ha de hacerse en público y en voz alta y clara. Organizó un evento de tan calibre que fueron miles y miles de personas. Todos creyendo que el príncipe iba a comprometerse con alguna hermosa india del lugar. Los comentarios nombraban a decenas de jovencitas que podían ser las afortunadas. En el momento crucial, el príncipe se aclaró la garganta y tras un prolongado silencio....se confesó...

sábado, 26 de febrero de 2011

CONEXIONS

Me he dado cuenta que me encantan los seres humanos....las relaciones entre ellos. Las diferentes maneras en las que nos mezclamos. Acabamos juntos, discutimos, nos peleamos, nos queremos, nos odiamos, nos volvemos a querer... Nos conocemos y en cuestión de tiempo somos amigos, conocidos, desconocidos o incluso parejas o amantes. Atracciones físicas, sexo, secretos, confianza, atrevimiento...todo puede pasar.
Encontramos personas en la calle, en la discoteca, en la universidad y sin saber siquiera un mínimo porcentaje de su vida, que probablemente juzguemos sin conocer nada en absoluto. El poder de la imaginación, de descubrir lo que se esconde tras una mirada, tras una historia, tras una vida entera. Reunirse en Pekín, en Atenas, en Madrid...incluso viendo a nuestra media naranja sin saberlo, sin conocerlo jamás, sin cruzar palabra.
La vida nos vuelve a reunir, o no necesariamente, pero ahí acabamos, debajo de la lluvia esperando que alguien nos arrope bajo su paraguas. Las relaciones sociales son fascinantes, lo que se piensa, lo que se siente y no se dice, los secretos mejor guardados de la historia...que se llevan a la tumba, o los esconde el cerebro en los más profundo de la mente. Las personas que he conocido, las que ya conozco y todas las que faltan por conocer.
Existencias que se cruzarán con las mías, que me acompañarán, que me olvidarán, que me recordarán. Una mirada al salir del cine, en la orilla de la playa, al subirme al avión...todo tan impredecible... Creo que eso es lo que más me apasiona de la vida...dejar volar la imaginación y pensar que el destino traerá maravillosos seres humanos a mi mundo para dar, para recibir, para reír, llorar...para simplemente estar. Conexiones...

miércoles, 23 de febrero de 2011

OCHO

"CREE A AQUELLOS QUE BUSCAN LA VERDAD, DUDA DE LOS QUE YA LA HAN ENCONTRADO".

André Gidé

DURBAN

Archivo:Durban skyline.jpg

Durban hizo por mí mucho más de lo que jamás hubiera pensado. Nadie diría que acabaría bañándome en el Índico de sus aguas, paseando por el puerto más importante de todo África, con sus gentes, sus miradas, sus caricias. Durban no pega con látigo, sino con caricias de naturaleza. Lugar perdido del planeta tierra en medio de un mar de pobreza no muy alejada de la costa. Sus aguas, sus barcos, su fauna marina...todo tan mágico que se me llena la boca al hablar de Durban.
Y aquellos días hace años, cuando era pequeño y mi padre me hablaba de un tal Durban que estaba a millones de años luz, pero que tenía algo especial. Ni recuerdo casi sus palabras, pero al señalarlo en el mapa su sonrisa dijo todo. Volvería al mismo lugar que mi padre visito, muchos más años después de los que llevo a la espalda. En ese momento él era yo, porque ni siquiera existía. Ahora entiendo todo...mi padre viajando por medio mundo y yo al salir de parte de él...me llevé su espíritu aventurero.
El destino me llevó a ti, Durban, la gran reina del sur. Adornada con elementos navales que te hacen de lo más bello del hemisferio sur. Tan cálida que haces que mi casa a 26 horas de lejos parezca a mi lado y casi podría tocarla. Te tengo tan grabada en mi mente que todavía recuerdo la ropa que llevaba al pasear por tus calles, la sonrisa...la eterna sonrisa que muestra la claridad de un sentimiento que no se puede esconder. Durban hizo mella en mi alma, en mis ojos, en mi vida... Cuando vuelva a estar preparado para ti, te aseguro que volveré a visitarte...querida Durban.

TIC....TAC

 
 Jamás uso reloj...porque el tiempo me asusta. El tic-tac se me ha quedado clavado en el fondo de mis párpados y no me veo capaz de hacerlo detener. Los años van pesando y ya se notan en forma de arrugas...de pelo blanco, de piel debilitada. Los mañanas permanecen clavados en mis ayeres y mientras me duermo en el presente, mi pasado sigue luchando por volver a ser futuro. El mal nacido quiere que siga sufriendo las peripecias el destino. Todas aquellas guerras perdidas en las que no fui sino un número más. El tiempo ahora tiene rostros, el más amargo que jamás logré ver. Maldito lenguaje este que no me deja describir sentimientos tan profundos.
Si me inspiro viene a lanzarme navajas afiladas al corazón, porque sabe que no me queda alma...dejándome así sin la más poderosa de mis fieras: "la palabra". Vivía para describir imágenes que pasaban de mis ojos a mis manos, pero me quedé petrificado esperando un gran futuro que nunca llegó. Soy como la línea circular del metro de Madrid, que no tiene principio ni fin, que sigue deteniéndose en los mismos doce recuerdos de ayer. Pasando temerosamente uno por uno para descubrir que nada ha cambiado, que todo sigue igual que ayer, igual que mañana.
Enero ya no es mi mes, sino mi tortura y los viernes no son felicidad, sino amargura. El presente deja mucho que desear. Me pregunto si en algún momento de mi existencia obtuvo una afirmativa a controlar mi paradero. Al final me encuentro estancado en un río de aguas turbulentas que me llevan a las rocas hasta precipitarme a un sufrimiento seguro, con golpes maltrechos. De hecho creo que hace años empezó el descenso. Todo culpa de un maldito reloj sin conejo que dejó de correr por la prisa.
Yo me mantengo en mi secundero por si acaso se detiene en el tiempo para poder pensar de una vez por todas. Las horas van a la velocidad de la luz y sigo arrugado como acordeón, viejo como bosque, feo como murciélago...todo tan obsoleto ya... Desde aquí y para siempre te maldigo, Cronos de los infiernos.

EL BABIECA

¿Qué parte de mi ha dejado de ser poeta para convertirse en babieca? Ya no siento que mi sangre sea poesía o experiencia, sino un mar de ignorancia infinita que ni principio llegó a tener. Ya no se hacia dónde partir, si la nada se me hace una cuesta arriba en todos grisáceos con piedras a cada paso que se me atascan en la suela de mis zapatos. Calzado ya podrido del paso del tiempo. Mi pluma ha dejado de ser hermosa y seria, pasando a un mísero pelo de ser vivo que ya no vive entre nosotros. Creí que era de cisne, pero simplemente era de pato. Nunca llegó a escribir versos, sino herejías al idioma castellano.
Dejé de dar noticias para ladrar sílabas chirriosas que molestan al oído humano. El poeta sin rumbo sigue a la deriva en otra dimensión...descubriendo que el título le quedaba enorme. Nunca pasé  de babieca y efectivamente me invento gigantes a los que vencer para no decir en alto que me dan miedo hasta los míseros molinos que solamente aplastan millo y mueven aguas blandas y transparentes.
Mi carne madera comida por las termitas, mi olor el mismo que un aliento de ayuno y mis palabras tonterías pintadas de colores diluidos en agua que se borran en unos minutos. La inspiración que creí permanecía a mi lado en forma de musa solamente era mi demonio interno que me mentía para manipularme. El maldito me hizo creer que se podía ser poeta siendo gay. Al final no pude caminar más allá de tres pasos porque el barranco que había a mis pies no era otra cosa que un abismo de palabras sin transliterar, que no significaban nada. El lenguaje que creí que dominaba se desvaneció con el paso del tiempo y mi libreta de anotaciones, a la que yo cariñosamente llamaba vida permaneció desteñida con las lluvias de febrero.
A tientas me marchaba de aquel lugar que no reconocía como mío, con caras que no veo, con miradas que no reconozco nunca más. No podré escribir más que pamplinas en un pliegue de papel que no irá a botella alguna, sino directa a la papelera sin excusa. Vuelvo a mirarme al espejo buscando en algún recoveco de mis arrugas los restos de un Cervantes que se quedó en aprendiz de monaguillo por toda la eternidad. Ni zurdo, ni creativo, tan solo una pluma torcida sin tinta y un tintero seco del poco uso. Así me quede planchado ante mi futuro, que parecía prometer perdices...y finalmente trajo mendrugos de pan para cenar....la cena de un babieca como yo...

martes, 22 de febrero de 2011

"RA"-PUNZEL ME


Hoy toca el día Rapunzel. Me siento encerrado en una torre infinitamente alta con una única ventana que no muestra paisaje alguno. Ahí me paso las horas hablando solo mientras mis confidentes los ladrillos no hacen más que mirarme sin expresión. No quiero estar con nadie, ni hacer nada, ni ver, ni sentir...tan solo aislarme de mi mundo y de todos los demás mundos que puedan existir. Me encojo y me hago tan pequeño que casi podría decirse que desaparezco. Mi sonrisa se torna curva hasta aparecer una mueca tenebrosa que no transmite sino indiferencia. Mi propia Rapunzel en el siglo XXI, eso es en lo que me he convertido hoy. ¿Mi único deseo...? Sí...desaparecer para todos, para ti, para él, sobre todo para él y eso es lo que haré. Olvidarme de mí mismo, de mis fracasos, de mis triunfos, que se cuentan con los dedos de una mano, y que ya creo que ni recuerdo.
El tiempo no pasa en mi torre, pero para mí se vuelve una eternidad. Tengo asumido que mi pelo no crecerá más de dos centímetros por años y moriré sin tener escapatoria de la soledad final. Una cama y un retrete me separan de todo lo que ya no quiero volver a ver. A cincuenta metros de alturas apenas puedo pensar y eso me consuela. Entumecerme será mi nuevo pasatiempo, que me ayude a dejar de ser yo para convertirme en quien podría llegar a ser...siempre que quiera seguir así, pero igual  no es el caso. ¿Acaso cuenta mi opinión en este mundo egoísta e intrínseco? ¿Acaso alguien como yo podría llegar a ser un humano interesante, cultivado y guapo? Las dudas me abruman con mentiras infectadas con disfraces de colores que ya no me gustan. Mi vida divaga entre tonos grises que van desde el blanco más soso al negro más oscuro. Mi mente se resiente e intenta coger carrerilla para huir de mí mismo, pero yo no se lo permito. Somos un todo y como un todo llegaremos al final.
¿Vendrá en esta ocasión un príncipe a caballo a rescatarme de mi mundo sin aire? No lo creo. No voy a cantar ni a pronunciar ni una sola sílaba que revele mi paradero. Ni mi pensamiento va a echarse a volar más allá de estos ladrillos circulares que se cierran sobre mí. Era verdad, mi pelo ha dejado de crecer, y me he vuelto rubio de nuevo...como cuando era pequeño. ¿Se puede vivir sin espejo? Ciertamente; yo no necesito mirarme a mí mismo porque me volvería loco con dos personas como yo en mis retinas. La vida me ha enseñado a hacer las cosas de la única manera que sé, y es a mí manera. Huyendo de todo...y hoy, aquí, y ahora...voy a huir de ti.

lunes, 21 de febrero de 2011

SIETE

"NADIE ES LIBRE SI NO ES DUEÑO
DE SÍ MISMO".

Epicteto

"YO"


Podría llamarlo casualidad, pero no sabría explicar qué me llevó exactamente a leerme la autobiografía de Ricky Martin, aunque tampoco dudé un segundo cuando lo tuve en mi poder. No ha sido un cantante que despertase en mí ningún tipo de vibración, ya sea positiva o negativa. Tampoco me gusta el estilo de música que hace como norma general, pero siempre ha sido una persona que he respetado por su sencillez, forma de hacer las cosas y discreción de su vida privada. Si sacaba a la luz un libro era porque realmente tenía cosas importantes que contar.
Sin embargo, el destino quiso que tuviese que trabajar una actividad en clase con una de sus canciones y no miento si digo que escuché sus temas más de sesenta veces y vi unos doce vídeos diferentes para que la cosa saliera bien. 
Semanas después entré en una librería y ahí estaba esa portada. Me pareció sencilla a la par que honesta y me vi obligado a coger el libro en mis manos. Yo me imaginaba que se trataba de su biografía (que no autobiografía) en la que se centraría en su etapa como gay encubierto. Me dije a mí mismo que tenía que leerla y como llevo unos años aficionándome al mundo de las biografías...pues así continuaba la tirada.
El caso es que nunca encontraría a nadie con el libro de un tal Enrique Martín Morales (al menos no en mi entorno) y me dispuse a comprarlo para mi propia sorpresa. Fue uno de esos momentos en los que no pienso las cosas sino que las decido directamente y las hago. Ya con el libro en mis manos, aún teniendo dos libros más empezados, decido empezarlo. Ciertamente es muy extraño que yo empiece un libro teniendo varios empezados, ya que uno de mis lemas es terminar lo que se empieza y no "apalancar" las lecturas.
Dos días y medio me duró el libro en las manos, porque fue empezar y no parar. No se trataba de una declaración de homosexualidad a los cuatro vientos, sino de la historia de una vida un tanto peculiar. Fue un todo lo que me llamó la atención. Su manera de escribir, de transmitir todas esas vivencias de una forma tan cálida y humana.
Me quedo con varios momentos: Primero con el trabajo que lleva en contra de la "trata de personas", su ayuda desinteresada en Haití y en Filipinas, luego con la interiorización del éxito, aplicado a su vida diaria´, la paternidad que tanto deseaba, y por último, su confesión al mundo.
Debo admitir que aunque el cantante Ricky Martin no despierte en mí entusiasmo más allá de su impresionante físico, el Enrique humano plasmado en el libro que enternece. La figura del artista es otra cosa que respeto. El llegar donde ha llegado, todas las cosas que ha conseguido y cómo las ha hecho posibles. Lidiar con prototipos, etiquetas y habladurías. Ciertamente es un libro del todo recomendable para salirse un poco de la línea de la normalidad literaria o narrativa. De hecho, el mío ahora se encuentra en otras manos y por lo que veo seguirá de casa en casa por un tiempo...

ONE LIFE


Recuerdo aquel tiempo en el que yo pensaba que las personas que decidían poner fin a su vida no eran otra cosa que valientes. Personas dignas de admiración por plantarle cara a la vida y abandonarla para siempre...por no tener que sufrir, por no querer seguir aquí y no perder el tiempo.
Sin embargo, hoy, y desde aquí...opino de una forma muy diferente. Las personas que cometen suicidio, lo intentan o lo consiguen no despiertan en mí nada más que indiferencia. La única curiosidad que podría llegar a sentir son las razones concretas previas a la toma de decisión y cuánto tiempo llevan en mente. Me refiero a personas con una mente sana y con una cordura suficiente como para saber diferenciar lo correcto de lo erróneo.
Considero todo esto una falta de respeto a la vida, a las personas, a la naturaleza. Rendirse a mitad de camino sin luchar con todas las armas y fuerzas no es digno de admiración, sino de vergüenza. El fin no justifica los medios al fin y al cabo.
La vida es digna de admiración, se tiene que coger con ganas, y cuidarla día a día. El color de la noche, el cantar de los pájaros, el olor de las hojas...del sereno. Contemplar un arco iris, sentir la lluvia caer en la piel, el frío, el sol...¿acaso no son motivos suficientes para querer seguir en pie? Una buena conversación, una bonita voz al otro lado del teléfono, un cálido abrazo, un perfume delicioso, un gran pastel de chocolate... La vida tiene tantos encantos que no hay día en el que no me enamore de ella.
Es cierto que existen enfermedades, túneles infinitos, torturas, maldades, problemas...pero cada obstáculo nos hace fijarnos más en el camino y cada falta nos da la fuerza para luchar contra cualquier cosa. ¿Acaso no vale la pena seguir adelante solamente para descubrir qué nos deparará el destino? ¿Y qué pasa con las personas que aún están por llegar a nuestra vida? Nunca lo sabremos si le ponemos fin a una respiración. Siempre hay alguien esperando por conocernos en algún lado del planeta, y muchas veces está más cerca de lo que pensamos. ¿Cómo sino vamos a ver todo esto si nos dejamos ir?
Las batallas se inician para ganarlas o perderlas, no para abandonarlas por cobardía. Las vidas se van a la fuerza, luces que se apagan sin querer mientras los suicidas regalan las suyas de forma gratuita. Muchas veces los que no se quieren ir han de abandonar, y otras tantas los que quieren abandonar finalmente tienen la suerte de no poder hacerlo...llamémoslo azar o destino...suerte o coincidencia. Yo ahora me encuentro abrazado a la vida con todas mis fuerzas, con cuerpo, alma y corazón. Lo único que se a día de hoy es que si mi llama se tiene que extinguir...no será porque yo lo haya permitido...

domingo, 20 de febrero de 2011

THE LAST DANCE

Siempre llega ese momento. Tarde o temprano nos enfrentamos al instante más esperado de toda existencia, el último baile. No es un baile como cualquier otro, ni suena una canción como cualquier otra. No se va vestido con las mejores galas ni de etiqueta, sino como uno realmente es... Se arriesga todo en esos cuatro minutos y después nos despedimos de todo en absoluto...despojándonos de todo lo que existe, conocemos y creemos saber.
Yo todavía me preparo para el mío. Me imagino que iré con el corazón en la manga y mi alma en los pies. Bailando como si se acabase el mundo con la última nota. Pensando en todas esas personas con las que he bailado durante tantos años...en sus siluetas, miradas, conversaciones...
¿Qué canción sonará? Probablemente no se haya escrito aún, pero imagino que será la canción de mi vida, el tema principal de mi banda sonora. Interpretada por una mujer...adoro las voces femeninas. ¿Y mi pareja de baile? Supongo que en el último baile tendré alguna pareja, o igual son varias personas con las que alterno el ritmo de la música. Espero que sean las personas más importantes de mi vida. Un último baile no es cualquier cosa y quiero terminarlo con una sonrisa pintada en mi cara.
Ese día no puede empezar mal, todo tiene que ir sobre ruedas en mi mente, en mi cuerpo, a mi alrededor. Las palabras que diga seguro serán las correctas, y todas muy sabias y cuerdas. Mis miradas serán las más bonitas del planeta. Todas las personas me mirárán a mí y desearán bailar conmigo, pero les diré que no puedo, porque será mi último baile y ya están los preparativos listos para comenzar.
Me visto, me peino y voy a aquel lugar con la mente en blanco y mi última ilusión en la punta de mis dedos. No se que me encontraré allí, pero mientras lo descubro empezará a sonar la melodía...comienza mi último baile....

miércoles, 16 de febrero de 2011

COSA DE HOMBRES...

Cuando se me tercia el día tonto no hay manera de sacarlo a relucir. Es el día en el que me quedo ciego, sordo y mudo a la vez, sin intérprete que me comprenda. Me hundo y en vez de crecerme...me cierro haciéndome diminuto. Y hoy...hoy no me apetecía luchar, me dejé vencer por todo a la vez, pues hoy no me apetece ser nada. Los ojos se bajan entristeciéndose, se rayan varias veces con sensiblerías mientras escucho hablar a gente admirable que me hace ver un poco de luz al final de aquel interminable túnel que hoy fija mis ojos.
No pido que las cosas salgan como quiero porque he aprendido que con una mano no se llega a las estrellas, pero si la lógica hiciera su aparición más a diario igual podría mejorar el panorama. Pocas personas conozco más positivas que yo, pero cuando soy todo escombros no hay por donde cogerme...me vuelvo una roca, una rama muerta, un jarrón en la mesa. Me imagino cómo me encuentran pasadas unas horas tirado en la bañera cansado de intentar frotarme la espalda por si el baño sabe mejor. Al final me rindo y caigo de rodillas con el agua llegando a mis hombros sin tocar mi pecho, que apenas puede respirar porque a veces mis pulmones no dejan el aire pasar.
Pero sí, hoy me miro en el espejo y veo mi nariz mucho más grande, mi boca mucho más pequeña, mis labios mucho más finos y mis ojeras mucho más negras...hoy soy especialmente feo para mi gusto,  para el mundo, para el destino. Especialmente delgado, o gordo, ya me distorsiono y no opino con claridad. Me termino a mí mismo y sin voz no hay ser, y sin ser no se puede uno mantener. Mis manos no me obedecen y me cuentan que jamás llegaré a aquella meta ni en dos años ni en cinco, pero mi grillo suertudo me dice que todo es mentira, que finalmente lo conseguiré. Hasta el año chino me maltrata adjudicándome una rata por mascota que acabará comiéndose las páginas de mi diario aún por escribir. Siguen en blanco hasta que este vacío se empiece a llenar.
Al menos me convertí en un hombre, o eso creo. Los hombres se vuelven independientes, serios y aburridos, aunque yo no se si lo consigo. La barba cada vez más espesa, las palabras cada vez más maduras, las miradas cada vez más perdidas...al final ser hombre tampoco llegó a trauma como creí de adolescente. Siento que quiero gritar, pero tan solo consigo susurrar...y me vuelvo mudo otra vez...así es como se siente un hombre como yo...un día como hoy...

domingo, 13 de febrero de 2011

YO

Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna,  no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver las otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame  que perdonar es lo más grande del fuerte y que la venganza es la señal del débil.
Si me quitas el éxito, déjame fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme y
si la gente faltara conmigo dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de ti, no te olvides de mí.

Mahatma Ghandi

SITUACIONES

Salir de fiesta con una persona y ser más que suficientes para divertirnos hasta las 8 de la mañana.

Un abrazo infinito a un extraño en un coche perdido en el espacio y el tiempo.

Notar la lluvia cayendo sobre mi ropa y mi piel sintiéndome más vivo de lo que me he sentido jamás.

Hablar del pasado sin miedo a dejar caer alguna lágrima de nostalgia.

Crueldades y tonterías tan inverisímiles que hacen salir risas a carcajadas.

Momento "Commander" en cualquier discoteca que se precie.

Creer que casi todo en este mundo es posible a pesar de no ver la luz al final del túnel.

Momentos de soledad tan profundos que hablan a gritos en cada uno de los sentidos.

Una conversación eterna en la que el tiempo no sea más que un reloj que se mueve.

Un viejo amigo al otro lado del teléfono.

CLAVADO MUY POQUITO A POCO EN MI PIEL


¿Por qué decimos cosas que no se pueden borrar? Siempre procuro mantener la compostura aunque me cueste sudores de sangre. Me parece tan sencillo perder los papeles, enfadarme con el mundo y decir lo cruel que es y lo mal que me ha tratado. Enfurecerme con o sin razón y blasfemar hasta que me salgan bichos por la boca. Finalmente me planteo los motivos o razones que me llevan a ese punto y lo que consigo con ello...realmente no me merece la pena.
Cierro la boca, me trago las palabras y las dejo en una de las repisas de mi cerebro, mientras me van machacando hasta que las venzo por completo. Complicado me resulta cuando no todos hacemos lo mismo y me llegan puñales envenenados por la espalda, por el costado, por todas partes. Algunos los evito, otros me rozan y otros me dan de lleno. Hacen mella en medio de mi corazón, de mi alma, de mi cuerpo, pero nunca pierdo la compostura. Siempre he dicho que aunque un hombre pierda todo, vida incluida....no debe perder la compostura...cabeza alta y lágrimas.
Y sí, muchas veces soy un cabrón y un hijo de puta, quizá la persona más déspota del mundo, cínico, prepotente, borde, seco, caprichoso, y tantas cosas que no caben líneas para comentarlas todas...pero no hablo por lo demás ni falto el respeto a quien quiero. Soy tan imperfecto que no necesito que ninguna foto me distorsione. Sin embargo, no puedo mandar más allá de mi reino de mazmorras y cristales, por más que me cueste.
Sigo buscándome a mí mismo aunque siempre sea otra persona la que vea. No me encuentro ni en el espejo, pero no por ello lo hago añicos para que refleje lo que necesito. Y perderé los zapatos, pero nunca la compostura. Aunque a veces estoy tan harto de mantener la maldita compostura....

LEY 40

"ES MEJOR TENER UN HORRIBLE FINAL QUE TENER HORRORES Y HORRORES SIN FIN".

martes, 8 de febrero de 2011

LO QUE MÁS

Ojala pudiera guardar todo el dolor de una ruptura en una caja y quedármela yo solo para abrirla en silencio. Lamentablemente no tengo tal poder y me mata por dentro hacerle daño a una de las personas que más he querido en este planeta. Se me plantea imposible decir adiós del todo. No me veo capaz de despertarme cada día sin tenerle a mi lado, sin ese beso de buenos días, de buenas noches... 
Se me escapa la vida y no se si es lo correcto, ni quién está equivocado, ni quién tiene razón. Las cosas fueron mal sin darnos cuenta. Ni siquiera ahora puedo saber si no estaré cometiendo el peor error de mi vida. La convivencia nunca fue tan fácil y jamás podré agradecer todo lo que tuvimos, lo que me dio, lo que creamos...era tan grande y fuerte que se volvió frágil a escondidas. 
Por primera vez en la historia me quedo sin palabras para hablar, sin poder decir todo esto que tengo dentro y que permanece en forma de nudo enredado. Mis ojos hacía mucho que no escocían de ver caer tanta lágrima y mi cabeza nunca estuvo tan descentrada. Son tantas cosas a repartir, tanto que cambiar, tanto que cubrir, tapar, despejar...que podría incluso morir en el intento.
Los recuerdos me matarán por siempre, cada día que los vea, que los piense, que se aparezcan. Inevitable esconderse en una isla tan pequeña, que ahora se hace tan diminuta como mi insignificante existencia que me dejó de importar hace unas horas. El rey del dolor vuelve a su trono después de años de abdicación. Ya no se ni siquiera manejar aquel cetro que acaba por hacer daño a cualquiera sin merecerlo.
Me espera la soledad eterna, el destierro del universo, el odio de la humanidad. Lo peor de todo es que estoy convencido de que lo merezco...por tirano, por plebeyo, por irracional. Nadie nunca podrá dudar que "eres lo que más"...

lunes, 7 de febrero de 2011

A-MAN...

Una habitación cerrada con llave por dentro, un ventanal con las persianas bajadas, paredes en tonos pastel y un plafón con su luz apagada. Un armario haciendo juego con la mesa de noche y el escritorio. Cortinas de croché hechas a mano y una alfombra llena de polvo que lleva semanas ahí. En el centro de la habitación una cama de matrimonio desecha desde la noche anterior y sobre ella se encuentra aquel hombre.
El hombre de la camiseta a rayas y los vaqueros rotos, comiéndose la cabeza una vez más. Piensa en todas esas personas que han pasado por su vida, las huellas que han dejado en ella y las marcas imborrables de su corazón. Diferentes nacionalidades y amando distintas ciudades a través de sus caricias. Piensa que ya no sabe qué hacer o decir para que las cosas salgan bien...vayan bien. Se martiriza por no poder ser lo que quiere ser...y comete errores a cada paso que da, haciendo que su camino sea más pedregoso. 
El hombre vuelve al pasado constantemente y de ahí vienen sus problemas al dormir. No sabe qué ha hecho bien de todas las decisiones que ha tomado. Tan solo espera ser de quien le haga totalmente feliz, que aún parece que no llega. Extraños se cruzan y aparecen, miradas confusas que no dan indirectas claras. Nuevas personas con caras bonitas, con palabras bonitas que no dicen nada. Ya se ha vuelto un desconfiado y dejó de creer en nada. Ni siquiera confía en las sonrisas o en un puñado de palabras sinceras. El viento arrastra con todo, incluso con las verdades más pesadas. 
Aquel hombre se replantea la vida y prefiere quedarse solo. Tener una carrera de vida en solitario durante una temporada para ser capaz de mirarse a sí mismo y no encontrarse tan vacío. Un hombre que ya se ha cansado de encerrarse en la habitación para amasar el aire mientras mueren sus neuronas de tanto pensar. Ya incluso lo ven vagar por las calles con aquella mirada perdida que no dice nada...solamente muestra el dolor del tiempo, de los años, de las historias, de los corazones rotos, de las mentiras, de las heridas, de las cicatrices que aún duelen...
El hombre sigue sin volver hacia atrás, sigue sin avanzar, sin presente, sin nada, con las manos vacías. Yo desde aquí le animo a continuar, a hacer lo que quiera hacer, a ser lo que quiera ser. Le aconsejo que no de abrazos si no los siente, que no de besos si no lo quiere y que olvide aquel camino pedregoso que sigue desde hace años. Que la luz aunque ciegue al final se convierte en guía y la oscuridad no es el final, sino el principio de algo nuevo, una bella oportunidad a tomar...

AQUEL LUGAR....

La nostalgia esta vez vino en forma de ráfagas de luz, pasando por delante de mi cuerpo haciéndome sentir cosas que hacía años no sentía. Un lugar al que le tengo un cariño demasiado fuerte, demasiado especial. Paseando por sus calles iba recordando todas esas veces que las recorría, que las memoricé, que las olvidé y las volví a pensar. Nostalgia de una asignatura pendiente y un plan de futuro de permanecer allí una temporada. Para conocerla mejor, para hacerla mía, para adorarla aún más. 
Diferentes acentos, palabras, denominaciones, personas...todo igual de adorable a como yo lo recordaba. Sin ganas de volver a este aburrido lugar en el que lo que no se quiere se critica. Una historia que a pesar del tiempo parece imborrable en mi memoria, grabada a fuego como tantas otras cosas. Lugares de ensueño, compañías extrañas, únicas, impresionantes. Todo pintado en un fondo con una historia de amor fugaz que surgió de la nada y de casualidad. El tiempo parece que no ha hecho mella en mí todavía y sigo con las mismas ganas de retornar a aquel lugar.
Tantas cosas por hacer, tantos sentimientos por salir, por dejarse escapar. Ganas de correr sin parar, de detenerme a descansar, de vivir, de memorar. Sin duda alguna, uno de mis lugares favoritos en la faz de la tierra. Tan cerca y a la vez tan lejos que se me hace ajeno luchar contra él. Y como el tiempo pone todo en su lugar...me dejará quedarme allí hasta que tenga que ser...y esperaré ese momento con ilusión.

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE