viernes, 28 de enero de 2011

PECADO

Nació una nueva ley que decía que amar no bastaba si se quería ser feliz. Los corazones son demasiado pequeños para tanta emoción y quiebran en cuestión de segundos. Nuestro caso, sin embargo, rompió toda noción. Norte y sur no llegan a entenderse, viviendo a gritos de este a oeste no puede mantenerse una relación. Teníamos todos los ingredientes, pero faltó el vital, que el tiempo nos robó. Te vi correr, pero no me atreví a detenerte porque sabía que la muerte acechaba para romperte. Yo me mantenía en mi bola de cristal esperando que llegaras al nevar, aunque los copos nunca pasaron de mis tobillos. 
La inocencia nunca es pura y nos destrozó lentamente, corrompiendo los besos que nos dimos. Yo solamente soy un hombre de carne y hueso que los palos también siento. Puedo gritar sin llegar a decir demasiado, pero si lo tengo no lo guardo porque me ataca el pasado. Desde entonces no puedo dormir, voy de tejado en tejado esperando consejos, que no vienen, que no llegan...yo persisto en mi tormento. Te quise tanto, amor desafiante, pero no pude esperarte. 
No quiso  salvarnos ni el temor que sentimos al vernos a escondidas, ni las llagas que surgían de todas mis heridas, ni las palabras de amor que en silencio compartías. Pedazos de un corazón que se rompió una, mil veces...y seguirá por mucho tiempo, pues no quiere dejarse vencer. Todas esas palabras quedaron encadenadas a la pulsera de tu muñeca que se negó a decir nada. Quién sabe qué diría si la vida la obligara. Recuerdo cómo te miraba al marcharme y ni te atreviste a reclamarme. Nadie más sabrá jamás qué pudimos conseguir o cuántas metas por batir. Es una pena que con lo que sobró de nuestro ser no llegáramos a nada...ya no alcanza. Ni tres años, ni en semanas, ya una vida no parece tanto, pero al volver júrame que persistirás en tu objetivo de seguir siento solo tú mismo...aunque yo esté a años luz de tu destino. El viento me ha prohibido cruzarme en tu camino y no tengo armas para luchar lo invisible, pero haría lo posible, con un simple puño desnudo.
No volvamos a engañarnos....esta vida no era para nosotros, pero igual en las próximas quinientas que vengan podamos abrazarnos a pesar de las tormentas. Si me llega la paciencia te prometo una larga espera, pero si en mil años no regresas me traslado de planeta a algún otro con huecos para un pobre desgraciado. Me despido sin remiendos, ni dolores, ni esperanzas...

LEY 39

"LOS TONTOS ENTRAN PRECIPITADAMENTE...Y CONSIGUEN LOS MEJORES ASIENTOS".

miércoles, 26 de enero de 2011

EL ÚLTIMO RECUERDO....

Así no se puede. Día tonto a la vista...yo lo veía venir y se me puso delante...me hice pequeño y dejé de ser yo. Me encontré a mí mismo en el país de las pesadillas, creyendo ser una Alicia acabada sin final feliz. No celebrando "no" cumpleaños, sino cumpliendo años cada día y haciéndose un viejo en apenas dos meses. Noto cómo los ojos van pesando poco a poco, como si estuvieran llenos de plomo. Los párpados caían como los telones de los teatros más polvorientos. Sentí cómo anudaban mis tobillos a un millón de anclas gigantes que me hundían en el mar más profundo del planeta, el mar de la angustia, y este sí que no está en La Luna, sino en mi vida. Todos me miraban al bajar, pero nadie osó decir nada. Unos reían, otros tenían cara de pena, pero no vi apoyo alrededor.
Una vez abajo no pude hacer nada, ni respirar, ni hablar, ni gritar. Lloré, pero mis lágrimas se fundieron con el agua del mar y ni los peces se dieron cuenta que nadaban en tristeza. Me hice tan pequeño que no logré verme ni en el reflejo. Nadie se percató de mi insignificante presencia, de mi carencia de confianza en lo que podría haber llegado a ser y jamás podré.  El día se tornó complicado y no pude luchar contra su fuerza colosal. Grilletes en las manos, soga atada al cuello y yo dejándome vencer...eso es lo último que recuerdo del día de hoy...yo dejándome vencer...

DENYING

Llegar a los 27 años y no saber sobre qué escribir se me convierte en algo extraño y contraproducente. Creí que acercándome a los 30 tendría más inquietudes, pero creo que las situaciones de un hombre adulto van en detrimento con los años. Ciertamente poco ha cambiado dentro de esta cabeza que sigue comiéndose el coco cada vez más, a la vez que se despreocupa por otras tantas cosas y se deja llevar por la dirección del viento haciendo a veces de veleta y dejando pasar o cogiendo impulso con la brisa.
Los seres humanos somos unos cretinos. Tenemos nuestra ética muy aprendida, interiorizada y preparada para lanzarla vocalmente cuando alguien no la respeta. Sin embargo, cuando se trata de nosotros mismos, nos permitimos el lujo de romper cada una de sus reglas sin buscarle sentido propio y como nosotros las creamos, nosotros las rompemos. Nos creemos muy fieles a los dogmas, muy correctos y luego nos corrompemos a la primera de cambio. 
Cierto que nadie puede controlar del todo cuerpo, alma y corazón, pero si tampoco se opone resistencia es cuando vienen los remordimientos. De todos modos el ser humano no es tan racional como pretende y es capaz de evadir sentimientos con facilidad, y la culpa es uno de ellos. Acabamos tristemente haciendo todo lo que dijimos que nunca haríamos. Volvemos a relaciones que nos destrozaron alegando excusas que no se mantienen y que nadie realmente cree, pero todos comentan. Regresamos a ese lugar del dolor mientras nadamos en las aguas de la amargura de forma gratuita.
El cuerpo dice sí, la mente dice no, el corazón no sabe qué decir, pero finalmente todo se desmorona y acaba mal, con la peor de las opciones plantada en la cara. Daños colaterales que no tenían que crearse necesariamente. Finalmente nadie se siente mal, el tiempo guarda todos los secretos y las decisiones que quizá nunca vuelvan a resurgir. Todo queda en nada, en un puñado de recuerdos en la memoria que se avivan levemente con el paso del tiempo.

viernes, 21 de enero de 2011

ANTARES

No hay mejor manera de estrenar años nuevos que con la mirada perdida y los ojos tristes. Esforzándome al máximo para volver a ganarme la estatuilla del mejor actor secundario por fingir ser algo que finalmente no soy, ni creo que sea nunca. Incluso cuando gano...me siento un perdedor, y vuelvo a perder el rumbo como hace unos años solía hacer...acostumbrándome a perder. Caras que deseo ver, pero no puedo, quiero ver, pero no debo. Muchas ni siquiera están en este mundo, pero yo sí. Prometí ser el eterno optimista, pero con un dedo no puedo tapar el sol. Hoy soy lo que se ve...un poeta sin pluma ni papel, con un puñado de teclas que no expresan lo que quiero decir, que no van al ritmo de mi corazón, que ya hace bastante dejó de obedecerme.
Una reunión que se me antoja inoportuna. Qué poco previsores son los 27 que vienen siempre en mal momento año tras año...después de navidades, la fecha maldita, cuando ya nadie tiene ganas, ni dinero, y la ilusión se perdió con las luces de diciembre. Me siento como un muñeco de nieve en verano...un puñado de botones y una zanahoria en el suelo, eso es lo que soy hoy. También podría ser un árbol en otoño, desnudo e indefenso, o un monumento deformado que todos miran con desprecio. Empiezo a pensar que si alguna vez hubo belleza aquí dentro, ya empezó a marchitarse. Quizá hasta se desvaneció del todo. Igual nunca la tuve en absoluto.
El dilema de qué cara adoptaré para enseñarle al mundo lo bien que me va esta vez. Aumentando mi despiste selectivo para no pecar de inverosímil y centrándome en el guion que me he propuesto por meta. Sin director ni reparto me encuentro en un abismo de nostalgia y recuerdos que me estremecen hasta la saciedad, que no me dejan continuar siendo lo que quiero ser. De hecho, olvidé qué quería ser...una rana esperando beso, un niño de madera con nariz infinita, o una princesa envenenada por frutas aparentemente deliciosas. Ciertas miradas me matan cuando se clavan en mí y no se si esta vez podré lucharlas. Ser fuerte me parece imposible a estas alturas, pero no dejaría de intentarlo jamás, aunque lo único que desee es dejarme vencer.
Cierto, soy eso mismo, una mano en una ventana, un puñal en un pecho, una corbata en el cuello. Soy agobiante, y mi ego me dice que no puede continuar soportando mi lado destructivo que solamente desea que las cosas estén bien y todas las partes cómodas. Sin llegar a comprender que las cosas no funcionan así en este planeta, que ya no recuerda ni mi nombre. De hecho tampoco yo se cómo me llamo, ni de dónde surgió mi nombre...lo impronunciable. Tan ocupado por fuera y tan solo por dentro...jamás creí que fuera posible...pero así estoy...atónito y perdido...

SIN COHESIÓN....

A dos días de los 27 no me apetecen celebraciones, ni velas, ni compromisos. Sin embargo, me apetece convertirme en alguien diferente a quien soy, a quien veo en el espejo. Quiero ser menos sincero, menos duro, menos humano. Conseguir algo más de tablas en la actuación para poder decir siempre que me apetezca todas esas cosas que no siento, pero que los demás esperan escuchar y yo debería decir. No quiero meterme en conversaciones en las que nunca fui invitado y preocuparme un poco menos por los demás. Impedir que me afecten las cosas como lo hacen a día de hoy. Decir que sí, pensar que no, sonreír cuando tenga ganas de llorar y que los ojos no se me enjuaguen cuando estoy ardiendo por dentro. Aunque las lágrimas no salgan, las pupilas comienzan a destellar.
Cansado de anidar en ropa ajena y no poder hacerlo en las prendas que debería. Buscando calor que no llega, calentando frío arriesgando mi temperatura a escondidas sabiendo que no debería. Mi cabeza hacia un lado, mi corazón en otra dirección, mi mente centrada en sus asuntos, mis neuronas ahogadas en alcohol. Raqueta en mano, signando con la otra, no me veo capaz de soportar el ruido de la calle, los pasillos abarrotados de recuerdos que no me veo capaz de borrar. La vida que viene, otra que se me va, me tomo tiempo, el tiempo se ríe de mí, no me valora. Acabo dudando de mi propia identidad sin avergonzarme de las cosas que hago mal. 
Me olvido de llenar bolsillos de guerras ganadas que no se merecen. Vuelvo a los principios y veo que todo sigue estando vacío, justo como ayer, como mi diario de páginas en blanco sin empezar. Palabras que ya no soy capaz de pronunciar, caras que no recuerdo, cuerpos que no desaparecen, ni su silueta. Olores nuevos que me han marcado para siempre, aunque solamente lo sepa mi almohada. La eternidad se me antoja breve, corta, ínfima. El dolor va debajo de la piel, y la sonrisa plantada en la cara, con ganas de gritar por las calles cómo es el latido de mi corazón, para que se escuche alto y fuerte, para que se sepa que aun sigue en mi interior...

miércoles, 19 de enero de 2011

CINCO

"CORRE COMO UN DEMONIO DETRÁS DE LA VERDAD Y SERÁS SIEMPRE LIBRE, AUNQUE NUNCA LLEGUES SIQUIERA A PISARLE LOS TALONES".

Clarence Darrow

LOS HILOS DE MI VIDA

Las relaciones personas a veces penden de un hilo. En ocasiones es de plata, como el que dejan los caracoles a su paso, pero otras veces es de oro, del más valioso y brillante de los metales. Todos desean tener hilos de oro colgando de sus contactos, pero lo peligroso es que es tan fino que con una simple frase puede dañarse hasta quebrar. Con una simple palabra somos capaces de hacer a alguien reír o llorar. El poder de la voz humana llega a recovecos insospechados. Aparentemente inofensiva, pero ataca directamente al cerebro y al corazón. Daña mente, cuerpo y alma...así son las armas vitales del ser humano.
La confianza es una factor importante que fluye por las fibras de cada hilo. Se va ganando con el tiempo y es lo que hace que un desconocido se convierta en alguien importante en cuestión de tiempo. Pero es precisamente el tiempo el que engaña y tima a cada uno haciendo pensar que las cosas son como realmente nunca serán. Nos confiamos tontamente y al final el hilo de oro se convierte en un triste pelele de paja que se lo lleva el viento al más lejano horizonte.
Los hilitos van y vienen constantemente a lo largo de una vida. Son de todos los materiales y de todos los colores. Yo los he tenido de hierro, de aluminio, de plata y oro, rojos pasión, verdes esperanza. Algunos siguen en pie a día de hoy y todavía no tienen ni un rasguño. Otros se han ido dañando con el tiempo pero siguen en pie gracias a la persistencia de los relacionados. sin embargo, muchos de ellos se han destruido a sí mismos, o simplemente han desaparecido sin ni siquiera ser conscientes de ello. La historia de cada hilo me apasiona.
Es extraño ver cómo algo que se ha conseguido con esfuerzo, se ha plantado con ilusión, y ha crecido con cariño puede llegar a morir de forma trágica, o lentamente, o simplemente mientras lo contemplamos sin poder hacer nada. ¿Acaso la vida volverá crear esos hilos con la ayuda del tiempo? Quizá seamos nosotros mismos los únicos que tenemos el poder para reinventar nuevos hilos más fuertes y resistentes que nos hagan invencibles hasta la muerte. Yo quiero hilos de diamante que no se rompan ante nada, que sean impermeables a las palabras y al dolor. O hilos de rayos de luna, que no desaparezcan ni apareciendo el sol, que sean infinitos.
A partir de ahora intentaré convertirme en un especialista en la materia. Aprenderé a tejer los hilos más envidiables del planeta y todo el mundo querrá compartir uno conmigo. Sin importar el grosor, la longitud o la velocidad de la relación acabaré hilvanando, cosiendo y remendando hilos antiguos para que sigan vivos y presentes en las vidas. No dejaré que ningún hilo vuelva a romperse...lo prometo.

miércoles, 12 de enero de 2011

REQUIEM POR UN BLOG

A veces me siento ridículo mostrando mi reflejo en un blog. Tecleando todo lo que sale de mis entrañas para releerlo una y otra vez y nuevamente no poderlo olvidar jamás. Me he convertido en alguien demasiado sincero convirtiendo una página en la red en el ente más confidente que existe en la actualidad. Disfrazando historias o decorándolas para que parezcan tan maravillosas o dolorosas como yo las llegué a sentir. Desdibujando personajes que no quiero que parezcan tan importantes como en mi vida real. Contando historias que al final caben sin comprimir en un mísero calcetín estrecho. Hechos que para mí significan un mundo, pero que para el mundo no son más que estupideces.
Escondiéndome constantemente tras un puñado de palabras mal dichas que a veces ni siquiera llegan a expresar lo que viví. Culpando a la dicha y el destino por cada uno de mis pasos e impidiendo a la suerte que me eche las cartas como de costumbre. Siento que aquí voy a contratiempo intentando apagar un fuego que se extinguió hace rato. Rachas de sequía absoluta, penosa y momentos de lucidez mental y literaria. A veces yo, a veces mi ego, otras muchas...mi vergüenza, pero siempre con estos mismos dedos que más de una vez dejaron de confiar en mí.

martes, 11 de enero de 2011

WHEN WE COLLIDE...


Las despedidas forzadas me matarán por siempre, pero creo que he aprendido que en muchas ocasiones son necesarias. Dan tiempo a reordenar el mobiliario de la cabeza; comprar puertas y pomos nuevos para los armarios, reorganizar las gavetas y volver a pintar las paredes.
Sin siquiera ser consciente acabé dentro de algo que no entiendo del todo, pero que estaba acabando con algunas de mis neuronas. Un triángulo de las bermudas que terminaría ardiendo si no se cortaba uno de los vértices. El que decide marcharse no es porque lo vaya a pasar mejor, ni el más valiente por dar el paso...pero sí que era "the right thing to do". El tiempo coloca los ángulos en sus debidos grados y las cosas en su lugar correcto. No puedo esperar a ver cómo termina del todo la geometría final, pero todavía tengo la certeza de que dos y dos suman cuatro, y no es tan complicado de ver.
Maldita memoria esta que no me deja olvidar nada de lo dicho o hecho, y maldito tiempo que es tan inoportuno al colocar vidas unas dentro de otras mezclándolas y haciendo que formen parte unas de otras de forma tan compleja. Una semana marca la diferencia casi igual que dos años. Almas que van y vienen, vemos pasar sus colores y nos damos cuenta que son bastante parecidos a los nuestros, o simplemente que nos atraen tanto que no podemos dejarlos escapar. Ya no se si mi alma es arcoiris o negro como el azabache, pero lo que tengo claro es que ninguna queda libre de pecado...ni siquiera la mía.
Una despedida que aunque no es definitiva se me hace amarga por todas las noches, días y horas que pasé regándola con conversaciones infinitas de temas variopintos. Así soy yo, cuidando todas mis flores para que no se marchiten hasta que me doy cuenta que voy dejando otras morir sin quererlo. Hay quien cultiva una o dos, pero a mí me gustan los jardines y se que puedo mantenerlos bonitos para verme reflejado en ellos. Esta vez prefiero dejar a un lado esa rosa tan extraña y congelarla en el tiempo hasta que vuelva el verano y la haga brotar de nuevo.

lunes, 10 de enero de 2011

LEY 38

"CUALQUIER COSA QUE LE SUCEDA YA LE HABRÁ OCURRIDO A TODAS LAS PERSONAS QUE CONOCE, PERO DE FORMA MÁS GRAVE".

OTTO

Confieso que un día, solamente un día como cualquier otro se subió en mi coche. Estaba asustado, neurótico, nervioso. No hablaba como solía. Yo tampoco pude ser el de costumbre al principio, pero luego volví a ser yo. Abrí mi pecho, arranqué mi pequeño corazón y se lo deposité en las manos. Él lo miraba sin saber qué hacer...tan solo asentía con la cabeza atónito, como dándole la razón a un tonto. Me preguntó por el corazón y yo le respondí: "no es mi corazón, se trata de mi verdad, ahí la tienes". De repente vi en sus ojos el paso del tiempo, los malos tratos de las revanchas del destino y los palos que cayeron como lluvia en forma de granizo.
No pude evitarlo y le acaricié la cabeza; la más suave que mis manos han tocado jamás. Su rostro era tan hermoso y yo intentaba hablar pero tan solo tartamudeaba. Luego me di cuenta que era para mis adentros. Había perjurado mantener la compostura como en los encuentros previos, pero esa vez no podía prometer nada. Después de su pelo fue su nariz, sus cejas, sus orejas...todo tan perfecto, tan simétrico...todo tan complicado. Acabé enredándome a mí mismo con el ritmo de la música, que se convirtió en la banda sonora de nuestro encuentro. Si alguien nos vio...yo no podría decirlo. Estaba hipnotizado, embrujado por el momento, saboreando susurros, diciendo palabras que no tenían por qué salir a la luz. Pronuncié todo aquello que juré no hacer público, y aunque en privado, mis labios me traicionaron, mi voz salió de mi garganta y no paró hasta que terminó su infinito recital escondido.
Finalmente descubrí que incluso sin mi corazón, aún quedaban palabras escondidas en mi pecho y sin latidos no se pudieron contener. Vaya traiciones recibo de mi propio experimento, que me utiliza como conejillo de indias para complicar un poco más mi ocupada existencia. Frotando barbas que sonaban celestiales y saboreando el perfume que salía de su cuello, aquel que desde ese día no podré olvidar. Después de las horas que se me hicieron minutos se terminó para siempre el tiempo, el mundo, la vida. Tras su marcha se cerró la puerta del coche de un portazo y todavía al día siguiente persistía su aroma en el sillón de mi coche...maldita tapicería, quién pudiera tenerte intacta eternamente. A partir de esa noche que ya me parece lejana tendré que volver a meterme en mi papel de justiciero que pelea contra el mal a toda costa. Contra viento y marea, aunque su perfume persista en mis sentidos.

'TILL IT BREAKS

Una de mis aficiones ocultas siempre ha sido los abrazos...me pasaría la vida entera abrazando personas. A lo largo de mi corta, pero intensa existencia he conocido diversos tipos de abrazos. Los abrazos de pasión, de amistad, de bienvenida, de "cuánto hace que no hablamos". Abrazos de "ojala fueras mío", o abrazos de "me quedaría así para siempre". Adoro los abrazos.
Los he conocido de colores. Los abrazos rojos son románticos y eternos, los rosados son delicados y preciosos. Los abrazos verdes son esperanzadores y reconfortantes. Aunque mis preferidos son los azules; esos que se dan cuando estamos tristes, que normalmente acompañan lágrimas, pero que te hacen más y más fuerte, que te protegen. Esos brazos que te acogen y no dejan que nada ni nadie se interponga...todos ellos los he guardado en mi memoria hasta el día de hoy y se morirán por siempre conmigo. Por siempre infinitos ellos.
Hace algunas lunas me dieron un abrazo con olor. Olía a frescura, a ternura, olía a "especial". Me hubiera quedado dormido en ese abrazo. De hecho, creo que todavía tengo la esencia en mis fosas nasales, todavía tocadas por el impacto olfativo. Echaré mucho de menos ese olor especial. Y quién sabe, si algún día podrá ser mío eternamente. ¿Se podrá poseer un abrazo? Yo estoy convencido de ello. Tengo tantos guardados en mi cuerpo que no pasa un día que no recuerde alguno.
Me gustan especialmente los abrazos fuertes. Esos que me estrujan tanto que no puedo respirar... sentir pecho con pecho y unos brazos agarrándome fuertemente. También me encanta un abrazo tierno, con la barbilla en los hombros y la nariz oliendo el cuello muy sutilmente sin que nadie se de cuenta. Los abrazos de despedida...los más tristes que jamás se hayan dado. Son los que dejan un sabor agridulce en el cuerpo y acaban duraderos en el alma y el cuerpo.
Tantos abrazos he probado que no se qué tipo se me da mejor. Quiero pensar que mis abrazos son naranjas con olor a algo nuevo y místico. Un olor familiar que perdure en el olfato. Con mi abrazo inclinado sobre el otro cuerpo para saborear mejor el momento. Me encantaría que me robaran abrazos eternamente. Mis amigos, mi familia, extraños, sufridores, soñadores...todo el mundo merece un buen abrazo al día. Aunque ayer tuve abrazos para todo un año, ¿sería posible conseguir alguna vez un nuevo abrazo? Estoy seguro que sí...

viernes, 7 de enero de 2011

MÚSICA EN ESPAÑA

Normalmente no suelo hacer crítica social en mi blog ni lo utilizo para hacer protestas o parafernalia, aunque debería hacerlo un poco más a menudo. Hoy tengo el día peleón y me apetece comentar mi opinión (como país libre en el que nací, vivo y resido) sobre el estado actual de la cultura musical en España.
Gracias a la piratería hemos conseguido vivir en un país un poco más ilegal e irrespetuoso. Yo comprendo perfectamente que no todo el mundo tenga la opción de comprar música o pagar por un cd o concierto. Está claro que no vamos a comprar toda la música que nos gusta escuchar, pero sí que se puede aportar un mínimo de apoyo a todos esos artistas que se parten el culo por llevar adelante un trabajo. Un disco no se trata de una foto bonita de portada, cuatro acordes de guitarra y cinco gritos por canción. Estamos hablando de meses e incluso años de trabajo. Editores, fotógrafos, maquilladores, decoradores, cantantes, letristas, músicos, productores y un sinfín de personas que trabajan conjuntamente para que un proyecto salga adelante.
Hablamos de un cd que probablemente no pase de los 10 euros y que si lo hace, jamás tendrá un precio tan desorbitado como para no podérselo permitir (trabajadores o no). Me dirijo a los no trabajadores porque ellos también se dedican a pagar entradas de discotecas a 10 y 15 euros y pagan por copas o botellones 6 u 8 euros, que encima afectan a nuestro hígado y nos dan resaca. De hecho, se trata de una noche que igual ni siquiera lo pasaremos bien, mientras que un cd lo tendremos para siempre.
Me parece perfecto que se descargue música, siempre y cuando sea para escuchar el trabajo de algún artista y si nos gusta comprar (o no) su álbum en el mercado. También para grabar cds personalizados e incluir canciones que ya hemos pagado por ellas o incluso descargarlas en páginas de cobro, que al fin y al cabo a nadie le debería molestar pagar 50 céntimos de euro por una canción original. Tanto los trabajadores como los no trabajadores seguramente tendrán ordenador y también conexión a internet y ahora no me salen las cuentas de cuántos cds podrían comprar con todo ese dinero, o simplemente con el pago de un recibo de internet cualquier mes.
Ser autónomo tiene ventajas y desventajas, pero en el caso de la música está totalmente infravalorado. Que un artista solamente pueda sacar un single de su disco, con un videoclip digno de orquestas isleñas en un parador de lo más cutre sí que es penoso. Conozco casos de artistas nacionales reconocidos que se dedican a dar conciertos gratuitos porque su música está tan infravalorada que la gente no se digna a comprar ni un solo cd, y no porque sea malo o no se escuche, sino porque ya ha habido varios miles de descargas previas y es más barato y cómodo así.
Lo que posiblemente ignoren todas esas personas que fomentan la piratería a toda costa, es que posiblemente muchos de sus artistas no vuelvan a sacar música al mercado o simplemente tarden mucho más en volver a lanzar un álbum por el mero hecho de que su disco anterior no ha tenido ni la aceptación ni la acogida necesaria. Las discográficas presionan y despiden por ventas y llegará un punto en el que o bien se dediquen a hacer sus discos en casa con la grabadora o se monten su propia discográfica en la azotea de su vivienda.
Con todo el respeto del mundo para los vendedores de top-manta que recurren a la piratería por necesidades básicas, que comprendo profundamente. Sin embargo, esto va más bien dirigido a la sociedad española de clase media y alta que debería replantearse un poco más si es un gran sacrificio gastar diez euros en un trabajo de un artista al que admiramos y que probablemente no estemos respetando. Es un trabajo como cualquier otro que merece ser recompensado y no me voy a detener a desglosar qué porcentaje de un mísero cd que se vende a 9 euros va destinado al propio artista que pone voz y cara a esa portada, pero es penosa la situación mundial y en concreto de nuestro país, uno de los mayores consumidores de piratería del mundo.
Con razón es todo un lujo que cualquier artista llegue a tener un disco de oro o platino, que encima se ha tenido que reducir a causa de las descargas por internet, y ni aún así está al alcance de muchos artistas. Tan solo unos pocos pueden llegar a vender 40 mil copias de su disco y recibir un mísero disco de oro, que antes se conseguía al vender 50 mil, y hasta discos de diamante en bastantes ocasiones.
Ahora si llegan a tener 300 usuarios para descargar la canción de internet son todos unos "vendedores".

jueves, 6 de enero de 2011

LOS AMANTES DEL CÍRCULO POLAR


A veces cierro los ojos y me convierto en Otto. En aquel chico complicado cuyo nombre se podía leer tanto al derecho como al revés sin cambiar nada. Grito a los cuatro vientos que mi familia me puso ese nombre porque era capicúa y así tendría la suerte de mi lado para siempre. Vivo la historia de amor más bonita jamás contada y cada día despierto con brillo en los ojos por encontrar a Ana. Voy dando pasos lentamente pisando una tras otra incontables casualidades, porque mi existencia siempre ha estado formada por el azar.
Me miro al espejo y veo a ese Otto particular lleno de sentimientos que contar pero que al final se los guarda muy adentro. Los escondo en lo más profundo de mi ser esperando que Ana se enamore de mí del todo. Me convierto en piloto y vuelo por los cielos más azules y fríos en busca de mi amada. Allí, en Laponia me espera y como no podía ser de otra manera...la casualidad me juega la más cruel de las pasadas...
Desde ese momento me dedico a vivir en los recuerdos del pasado y mis días cuentan hacia atrás hasta que cumplo ocho años de nuevo y veo a Ana por primera vez. Ella corre con todas sus fuerzas hasta que cae al suelo y es justo en ese momento donde nos conocemos...los amantes del Círculo Polar.

Y me repito una y otra vez: "Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, solo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro... Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo".

VERSOS INCONTROLADOS

Aquel hombre sigue ahí sentado. Hace bastante que no cambia nada. Parece que sigue siendo aquel solo de violonchelo fuera del estribillo. Aquel momento de melancolía de la canción más triste del mundo le sigue perteneciendo. Su romanticismo murió hace años y todavía no lo ha recuperado. Quedó atrás, como aquel amor que se alejó sin motivo aparente, como las olas en alta mar. Se prometieron que la vida los volvería a reunir, y desde entonces no es más que un ogro disfrazado de ser humano...sin creencia aparente. Se limita a plasmar sus palabras en un blog que ya nadie lee. Le cuenta lo bonito de todas aquellas cosas en las que ya no cree. Mientras se van difuminando con el tiempo, tanto el blog como él.
En su cajón siguen guardadas todas aquellas cartas con versos de desenfreno y locura, de honestidad. Permanecen arrugadas de todas las lágrimas que vertió sobre ellas y se desdibujan poco a poco a la vez que se amarillean con los meses que van quedando atrás. Ya no le quedan armas, tan solo la retórica absurda que a todos lados le acompaña. Me pregunto si todavía conserva aquella guitarra de dos cuerdas que utilizaba para susurrar las palabras más bonitas que nunca ha dicho jamás. Gente que pasa a su alrededor y lo mira pero nadie lo observa. Ya no, porque su rostro se ha congelado y sus manos se han marchitado de no tocar música nunca más.
Siempre creí que volvería a ser un mínimo porcentaje de lo que alguna vez fue. Algún mensaje en una botella tirada al mar, o alguna rosa roja escondida en el parabrisas del coche acompañada por una nota con recuerdos de amor. Todo se quedó en la nada, pero aún le escucho comentar por las calles que no se ha dejado vencer, que sigue siendo él. Sin embargo, todos sabemos que miente...seguramente para hacer creer a sí mismo que algún día, no muy lejano...la vida los volvería a reunir...

miércoles, 5 de enero de 2011

CUATRO

"EL VIAJE DE MIL KILÓMETROS
COMIENZA CON UN ÚNICO PASO".


Proverbio chino

THE LONG FALL

Remendando mis heridas provocadas por todas aquellas cosas que no dije, que pensé millones de veces y no pude pronunciar. Deberías saber que seguiría siendo tu harapo por el fin de los tiempos porque los seres humanos no somos más que eso...humanos sin voluntad ni fe que educar. Mi religión eres tú y la única ética que llegué a aprender. Podré ser patético, e incluso neurótico, pero no habrá otro como yo.
Parte de mí desea gritar tan alto que podría ser capaz de destrozar un millón de tímpanos con apenas unos acordes de voz. Al final lo más que consigo es susurrar un te quiero que apenas puedo disimular porque es lo único sincero que he sentido jamás. Vuelvo a dejarme vencer en esta cama mientras tiro mi vida por la ventana desde el ático del rascacielos que creaste tú, con tu infinita sonrisa.
Frente a ti pensé que me mirabas y no discernía tus palabras, que hablaban de todos menos de mí. Mirabas tras mi hombro el paisaje que te adoraba. Pobre de mí que creyó que era el brillo de mis ojos lo que contemplabas. Mi principio y mi fin, sobre todo mi fin. Llegaste como un regalo y sin atreverme a abrirte te encontré un día desdoblado sin querer. Excusas que me creí porque tú eras mi verdad, lleno de mentiras pero mi verdad después de todo.
Disfracé tus engaños para que fueran más sinceros, hablaba de ti en cada esquina comentando en tercera persona lo maravilloso que eras. Nadie supo jamás que mis palabras describían lo que yo quería que fueras, y no quién eras en realidad. Mi corazón se quedó pequeño de tantos sentimientos y esperaba explotar de un momento a otro. Vaya vida que nunca imaginé que tendría...te quiero tanto...
Por ti me convertí en cenizas de una hoguera que ardió hasta el último día. Aquella noche en la que me consumí y el barrendero me tiró a la basura cual cenicero. Yo lloraba, pero el viento secó cada fibra de mi ser para que nadie lo notara. Supongo que convenciste también a la brisa que te rozaba la piel. Cómo echo de menos esa piel tan suave que no aprenderé a volver a dormir sin ella.
Loco, me decía mi memoria, idiota, me llamaban mis neuronas, pero al final todas cedían y te adoraban. Estúpido fui una y mil veces, pero no me arrepiento porque yo era tú, y tú...tú eras solamente tú. Me encantaba que fueras tú, sin colorantes añadidos, tan solo tú. Por eso te quise tanto, porque eras tú y nadie más que tú.
Hablan de un hechizo que no me ha dejado indiferente. Tu perfume me hipnotiza todavía y me lleva en direcciones fraudulentas que nadie quiere seguir. Me quieres en ocasiones tórridas, cuando necesitas ayuda, cuando el tiempo te gana y yo espero todas las horas que me sobran al día, para servirte, para ofrecerte todo lo que ya no soy, porque sin ti no soy nada.
Mi no cumpleaños, mi no vida, mi no alegría, todo te desea hasta el infinito. Sigo escuchando esa canción que me guía hasta el abismo de la oscuridad. La persigo como el ratón al flautista. Me promete que en el fondo del acantilado te encuentras tú, para prometerme amor eterno para siempre. Y yo, aún enamorado, decido dar un último salto para alcanzarte en la caída...la más dulce de mis vivencias.

AMAL...


Todos hablamos del alma y la introducimos en todo tipo de frases hechas y pensamientos, pero realmente nadie sabría describir su significado. Podría ser acaso una inteligencia espiritual que nos llega cuando nacemos y se va cuando morimos. ¿Tendrá el alma color? ¿Se podrá tocar? Yo creo en la metempsicosis en la que la transgresión del alma a otro cuerpo después de la muerte existe. No podría explicar por qué, ni en qué me baso para creerlo, pero le veo su lógica. Me encantaría saber si el alma de una persona puede hacerse visible. Si justo al morir un cuerpo pasa como en las películas que sale esa especie de fantasma del cadáver y sube hasta el cielo. Aunque personalmente creo que el cielo es un lugar que la humanidad ha creado para esconder la triste realidad de la muerte...que es la nada, el vacío, el fin. El alma igual podría tener incluso peso y masa. Puede que hasta un carácter y defectos. Quién sabe si cuando muera mi alma se mete en otro cuerpo y de repente me encuentro hablando con la boca de una niña y a medida que crece se da cuenta de lo asquerosamente perfeccionista que es. Probablemente se enfade consigo misma por ser tan cabezota y demasiado sincera. Igual mi esencia nunca llegue a morir del todo o quizá ni siquiera fue mía jamás, sino una mezcla de algún antepasado egipcio en el que nació. Ya no se si tengo cara, nombre o perfil...¿será por culpa de mi alma?

domingo, 2 de enero de 2011

SI PONGO CORAZÓN

Alguien me dijo una madrugada inesperada que tenía un pedazo de su corazón. Me pregunto si ese pedazo es grande, pequeño, redondo o cuadrado. Si está escondido en el fondo o presente con cada latido. ¿Cuánto tiempo se puede tardar en conseguir un pedazo de corazón de una persona? ¿Realmente qué implica? Quiero imaginar que ese pedacito de corazón es realmente mío y lo mimo con mi respiración...pasándome horas y horas escuchando sus palpitaciones, irregulares, hermosas. Tan melódicas que se convierten en mi sonido favorito.
Me encantaría cuidar ese espacio con mi compañía y decorarlo con dibujos que salgan de mi imaginación. Espero que siempre sea mío y que nadie me reemplace. Tengo entendido que los sentimientos cambian mucho con el tiempo, aunque me gustaría pensar que ese lugar llevará mi nombre de por vida. ¿Acaso existirá la eternidad? Supongo que la mente causará estragos hasta hacer que se olvida a quién pertenece realmente. Ya no me importa si es un trozo muy pequeño, porque el latir del corazón se hace más notorio en espacios reducidos. Además, ¿para qué quiero una gran habitación si nunca llevaría a nadie a quedarse conmigo? En mi pedazo de corazón solamente puedo estar yo.
Iría en mis momentos de soledad, de frío, de tristeza. Sería como mi purgatorio personal, el único espacio en La Tierra en el que puedo ser yo del todo, sin conservantes de ningún tipo. Si pude conseguir un trocito de corazón en muy poco tiempo...¿podré lograr el corazón entero en algún momento? Igual se me queda muy grande y no puedo controlarlo. Tengo miedo de que salga huyendo por mi mala gestión y al final me tenga miedo de verdad. ¿Realmente alguien ofrecería un trozo de su corazón a otra persona de la que solamente conoce un 5% de su ser? ¿Y cuánto tiempo ha de pasar para entregar un corazón entero? Pues yo soy de los que piensa que quien no arriesga no ganará jamás...y me gusta ser valiente.
Poseer parte de un corazón es una gran responsabilidad y no siempre se puede aceptar. Hay que estar preparado para ello, porque se trata de un acto de fe. ¿Si nunca le digo a ese alguien que yo también he reservado una parte de mi corazón con su nombre podrá imaginarlo alguna vez? A veces me gusta dejar las sospechas en el aire y que pasen por los cinco sentidos en forma de brisa, sin palabras claras ni gestos bruscos. Otras veces me convierto en alguien demasiado sincero que cede terreno aunque lo pisen con pies llenos de barro. Muchas veces me veo solo por la noche limpiando el portal de mi corazón, pero nunca lo sabría sin intentarlo antes.
Mi corazón no es fácil de llevar, pero muchas veces late tan fuerte que hace que cada recoveco suene más lleno cada vez. Mi corazón está desordenado pero yo siempre encuentro todo lo que busco y se qué pedazo pertenece a cada persona. Por las noches late muy despacito mientras sueña en todas las cosas que le gustaría ver antes de desaparecer. Mi corazón es tan valiente que a veces creo morir del dolor cuando se corta en pedazos, pero es tan, tan fuerte que nunca deja que los pedazos se alejen mucho para que vuelvan a recomponerse con el tiempo. ¿Acaso alguien querrá tener un pedacito de mi corazón?

EL COMIENZO NUNCA RESIDE SOBRE NINGÚN PRINCIPIO...

Parecía que nunca nacería, pero aquí está...con una estética forzada y protocolaria. Con un toque propio de esos que te recuerdan a quién pertenece y con muchas expectativas de futuro (para liberar tensiones más que nada). Sin más, pongamos puntos y suspensivos a esto que nace hoy y que nadie sabe hasta dónde llegará....bienvenidos a mi verdad




"LA LOCURA QUIZÁ NO SEA OTRA COSA QUE LA SABIDURÍA MISMA QUE, CANSADA DE SOPORTAR LAS INJUSTICIAS DEL MUNDO, HA TOMADO LA INTELIGENTE RESOLUCIÓN DE VOLVERSE LOCA"

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE

TODO OBJETO VARÍA SEGÚN LA VISIÓN DEL QUE LO CONTEMPLE